¿Por qué no es tan bueno hacer ejercicio con
música?
BBC Mundo - julio de 2015
Hay melodías que van de la mano con el
ejercicio, canciones que han formado parte de la banda sonora de películas que
han sido éxito de taquilla en el mundo entero y que nos transportan a jornadas
de sudor y esfuerzo físico.
Gonna Fly Now y Eye of the Tiger
de Rocky, la apertura de Carros de Fuego por Vangelis, Wild Thing de la Pelota
Mágica, o Maniac y What a Feeling de Flashdance.
Son ritmos que estimulan y que
hacen mover al cuerpo hasta límites insospechados y, como han confirmado
numerosos estudios, reflejan el efecto positivo de la música a la hora de hacer
ejercicios.
Una de las investigaciones más
recientes, liderada por el profesor Lee Bartelt, fundador y director del Centro
de Investigación de Música y Salud de la Universidad de Toronto, confirmó que
una persona puede llegar a aumentar hasta en un 70% la duración del ejercicio.
"Cuando tienes una música
con un ritmo energético se detona un elemento emocional que te hace sentir
mejor. Puede ser un estímulo de endorfinas", dijo el profesor Bartelt.
También se produce un efecto
neurológico por el ritmo. "La pregunta es que si esta estimulación hace
que uno se mueva más fácil, logre zancadas más largas o si los músculos se
muevan más intensamente", dijo al periódico canadiense The Globe and Mail.
Para el preparador físico Juan
Francisco Marco, profesor del centro de ciencia deportiva, entrenamiento y
fitness Alto Rendimiento, en España, la música es positiva porque "permite
aumentar el nivel de entrenamiento, reduce el índice de esfuerzo percibido,
favorece al metabolismo y sirve como elemento motivador".
Sin embargo, advierte, hay
factores que hay que tener en cuenta para que estos beneficios no se
transformen en desventajas.
Fatiga
La música permite incrementar el
volumen del ejercicio que se está realizando, en especial los aeróbicos. El
problema surge cuando uno no tiene una percepción constante del nivel de
esfuerzo al que se está sometiendo el cuerpo.
"Si lo que haces, digamos
entre comillas, es engañar al cerebro con la música, ya que al ser un estímulo
agradable el cerebro lo registra como algo preferente, no se percibe la señal
que puede mandar el músculo cuando se siente cansado", explicó Marco.
"Aquí es donde puede venir
el peligro, porque esto afecta a todo tipo de deportistas, desde los de élites
hasta los casuales. El riesgo es que se pueden sufrir desmayos, se pueden
producir hipoglucemias o deshidratación".
"Una persona que no tiene
una base de entrenamiento o una planificación correcta cuando se pone a
escuchar música lo que puede pasar es que en un momento determinado pueda
sentir un golpe de calor, una bajada de tensión o algo más", dijo.
Falta de ritmo
Tanto las ventajas como
desventajas de escuchar música van relacionadas unas con otras, lo que varía es
el balance que se necesita para sacar el mayor provecho.
Es por eso que uno de los
elementos donde la línea es más fina es en el ritmo y el efecto que puede
tener.
"Dependiendo de la
intensidad del ejercicio se debe buscar un ritmo u otro. Por ejemplo, para los
trabajos de fondo es recomendable una música moderada. Para los de mayor
intensidad ya se puede optar por un rock, una música tecno o algo más".
"Realmente puede alterar el
entrenamiento. Si tienes una música un poco acelerada en una carrera de fondo
te puede romper el ritmo de carrera y a nivel psicológico te puede llegar a
saturar y bloquear".
"Es igual que si a un
ejercicio de alta intensidad le pones una ritmo lento, música clásica o un
house la tendencia es a relajarte y no consigues el mayor rendimiento o los
beneficios que estabas buscando", dijo el especialista en entrenamiento
físico español.
Cuidado con el oído
El ritmo de la música es algo que
el organismo interioriza, que no hace falta compartir.
Es por eso que un individuo rinde
más cuando escucha su música preferida antes que el ritmo en una sesión de
ejercicios en grupo.
Otro factor es el volumen, que
puede ser perjudicial sin ofrecer un beneficio físico real.
"Hay que llevar un volumen
de música adecuado ya que no por escuchar la música más alta vas a conseguir
más motivación", alertó Marco.
También es evidente que hay un
factor que hay que agregar cuando el ejercicio se realiza al aire libre, donde
es necesario estar pendientes de lo que te rodea -huecos, personas, autos,
bicicletas, etc.- y que la música puede actuar como un elemento de distracción.
Muchos deportista de élite optan
por la música como un elemento relajador y motivador antes de la actividad
física.
La recomendación de Marco es que
si prefieres hacer ejercicio con música no te reprimas, pero hay que tener en
cuenta que escuchar la canción favorita de uno no debe ser el foco principal de
la actividad física.
"Si tienes programado salir
a correr una hora, la idea es que cumplas esa hora. Te puedes ayudar con
música, pero sólo para que ese tiempo sea más alegre, más agradable y sientas
menos fatiga", expresó.
"No porque te sientas mejor
vas a tratar de seguir, porque es allí cuando pueden venir los problemas."
No hay comentarios:
Publicar un comentario