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lunes, 20 de julio de 2015

Irán

Irán Revive multimillonario ‘kiosco’ de petróleo y gas


El Cronista Comercial - ‎  ‎julio‎ de ‎2015
No publicitaron su presencia. Pero en los días y las semanas previos a acuerdo nuclear celebrado el martes entre Occidente e Irán, ha habido un flujo continuo de visitantes de algunos de los grupos de energía más grandes del mundo a Teherán.

Según circula, hicieron más que intercambiar tarjetas comerciales. En las palabras de un ejecutivo occidental senior, pocos de los grandes jugadores de la industria pueden desconocer el "kiosco" que representa Irán, que ahora se prepara para exhibir en la vidriera un negocio multimillonario de proyectos de petróleo y gas.

Una serie de sanciones de Estados Unidos y la UE, en vigor desde 2012, impidió negociaciones detalladas. Pero una vez levantadas dichas sanciones, se llevarán a cabo serias conversaciones sobre un regreso al país, encabezado por las empresas más importantes de Europa.

Para como Royal Dutch Shell, Eni de Italia y Total de Francia, cuyos funcionarios, entre los de otras empresas, se reunieron con sus colegas iraníes en Teherán, puede faltar meses para que llegue ese día. Negociaciones con grupos de energía de Estados Unidos -ausentes desde las nacionalizaciones que siguieron a la revolución islámica de 1979- podrían incluso estar más lejos. Una compleja gama de restricciones deberá volverse atrás en Estados Unidos.

Así y todo, para un Irán urgido de fondos, desesperado por rehabilitar una industria nacional de petróleo y gas abatida por la mala gestión, la corrupción y falta de inversión, ahora hay una perspectiva real de un cambio de rumbo... y un enorme aumento de ingresos provenientes de una producción y exportaciones mayores. Estados Unidos estima que Teherán renunció a u$s 160.000 millones en ventas de petróleo en los últimos tres años, cuando colapsaron las exportaciones a Europa y países asiáticos como India buscaron suministros alternativos.

"Irán precisa imperiosamente inversiones y tecnología", sostiene Daniel Yergin, autor de la historia clásica sobre el petróleo, The Prize (El premio). Pero las charlas no serán nada fáciles, ya que requerirán pragmatismo de los iraníes luego de una caída del 50% en el precio del petróleo. "Lo que cambió es que las empresas ya no van a la caza de barriles como lo hacían cuando los precios subían. Ahora lo que en verdad se ve es un mercado de compradores, cuando se trata de acuerdos de petróleo y gas", agrega.

"Teherán tendrá que dejar atrás un siglo de relaciones turbulentas con la industria petrolera internacional y concentrarse en ser comercial y competitiva. A las grandes empresas les preocupan los costos y la rentabilidad."

Suponiendo que se levanten las principales sanciones económicas a comienzos de 2016, Bijan Zanganeh, el ministro de Petróleo de Irán, confía en poder aumentar rápidamente la producción y las exportaciones a 1 millón de barriles por día. También se considera posible la entrega de 40 millones de barriles de petróleo almacenados en buques petroleros iraníes, lo que pesaría aún más sobre los precios.

Pero sus ojos están puestos en un premio mayor. Quiere que la experiencia occidental reviva los viejos yacimientos y la infraestructura quebradiza de Irán y le devuelva al país su lugar de cuarto productor más grande después de Arabia Saudita, Estados Unidos y Rusia. La meta es aumentar la producción 50% en solo cinco años, a 5 millones de barriles por día.

Detrás de estas escenas, junto con las negociaciones diplomáticas restantes, ya se está trabajando. Mehdi Hosseini, asesor del ministerio de Petróleo de Irán, sostiene que Teherán está concluyendo un nuevo estilo de contrato que espera que abra la puerta a acuerdos con inversores extranjeros por un monto de hasta u$s 100.000 millones.

Podría haber para repartir hasta 50 proyectos, con acuerdos que cubran exploración, el desarrollo de yacimientos terrestres y mar adentro y el suministro de nueva tecnología. Probablemente incluyan los enormes yacimientos de gas de South y North Pars, que juntos comprenden casi 350 toneladas de pies cúbicos de reservas no desarrolladas, y yacimientos petroleros importantes como Ahvaz, Gachsaran, Marun y Aghajari, que se estima que originalmente contuvieron 200.000 millones de barriles de petróleo crudo y han producido durante décadas. También podría haber cooperación, en materia de petroquímicos y gas natural licuado.

En particular, los conocedores de la industria afirman que Teherán quiere traer una petrolera extranjera para ayudar en la construcción de una planta de GNL para manejar el gas proveniente del yacimiento South Pars, parte de una reserva que Irán comparte con Qatar. Los rumores de posibles socios incluyen a Shell, que ha sido pionera en tecnología de conversión de gas a líquidos y será el proveedor de GNL más grande del sector privado luego de su propuesta de £ 55.000 millones para adquirir BG Group.

 "Qatar aventaja a Irán por lejos", sostiene Hosseini. "Esta injusticia se debe a las sanciones. Nuestro gas se produce en pozos qataríes en vez de iraníes. Esto hiere los sentimientos nacionales".

El llamado de Irán a inversores extranjeros es claro. Según Wood Mackenzie, una consultora, el país es el tercer tenedor de petróleo y gas más grande del mundo, con más de 250.000 millones de barriles de petróleo equivalente en reservas restantes.

Digamos que, a diferencia del Ártico sin explorar, sus recursos se han mapeado y sus costos de producción son bajos. Su estabilidad política en comparación con Irak, asolado por el conflicto con el Estado Islámico de Irak y el Levante, es un atractivo extra. Por cierto, con la lucha de los grupos de energía por realizar grandes descubrimientos, Wood Mackenzie dice que Irán ofrece una oportunidad "dorada" de empresas petroleras integradas y gigantes nacionales.
"Aún debemos revisar los detalles", afirma Patrick Pouyanné, CEO de Total. "[Pero] Total tiene vasta experiencia en Irán y está dispuesta a regresar cuando las sanciones se levanten y si las condiciones son interesantes".

Zanganeh redactará los términos del compromiso de Teherán -una serie de condiciones conocidas como el "Contrato de petróleo de Irán" y anunciadas como más beneficiosas que acuerdos pasados- más adelante este año. El gran interrogante es si los contratos serán suficientemente atractivos.

Si bien no ofrecerá contratos de producción compartida -que son los que la mayoría de los inversores extranjeros prefiere-, Teherán mejorará las condiciones de sus contratos de "recompra" o de servicios que generan amplio rechazo. Fereidun Fesharaki, de la consultora Facts Global Energy, sostiene que van a parecerse más a contratos de producción compartida, donde las empresas extranjeras ganan el derecho a la producción y las reservas, y el riesgo es compartido.

Los nuevos contratos permitirán a las empresas extranjeras establecer joint ventures con la empresa estatal iraní NIOC (National Iranian Oil Company) o una de sus filiales. Se espera que tengan una vigencia mayor, unos 20 a 30 años. La remuneración será más flexible. En lugar de un canon fijo, las tasas de rendimiento se basarían en una escala móvil y serían proporcionales a los riesgos que rodean el desarrollo. Los pagos podrían estar atados a los precios del petróleo. Se cree que los gastos de capital no tendrán tope.

Fundamentalmente, las empresas también podrán registrar el valor de las reservas en sus balances. Pero, según Elham Hassanzadeh de la consultora Energy Pioneers, esto estará sujeto a "condiciones estrictas". La ley iraní prohíbe la propiedad extranjera de las reservas y Hosseini afirma: "Si el registro de reservas se interpreta como una transferencia de propiedad a las petroleras internacionales, nosotros [Irán] no vamos a dejar que eso suceda".

Hassanzadeh agrega que las compañías petroleras internacionales indagaron los detalles y la respuesta fue positiva. Pero mientras un ejecutivo europeo niega cualquier participación, otro se muestra escéptico. Hassanzadeh considera que las tarifas planas pagadas bajo los viejos contratos de servicios -que duraron de seis a doce años- fueron "pésimas" y cree que será difícil llegar a un acuerdo con funcionarios iraníes, conocidos como negociadores difíciles. "Las empresas van a estar activas, pero no estoy seguro de que veamos una explosión inmediata en los contratos."

Un observador petrolero occidental de Teherán, que dice haber visto elementos de los contratos, también cuestiona los beneficios. Los términos propuestos guardan escasa similitud con la producción compartida, sostiene. El capital, la inversión y la producción no serían compartidos, como así tampoco el riesgo de financiación.

 Por otra parte, sigue habiendo incertidumbres políticas y jurídicas. El acuerdo nuclear podría desbaratarse con rapidez y podrían volver a imponerse sanciones si Irán violara los términos del acuerdo.

Los ejecutivos del petróleo serán cautos, también, respecto de los pedidos de que trabajen con proveedores locales sospechosos de vínculos con la Guardia Revolucionaria de Irán, que en el pasado se benefició de adjudicaciones de contratos enormes. El hecho de que la NIOC haya sido designada por Estados Unidos como una filial de la Guardia podría dañar la reputación de cualquier empresa que realice negocios con esta.

Las empresas que sí invierten también enfrentan la amenaza de acciones legales por parte de individuos con demandas contra Irán fundadas en su apoyo al terrorismo. Marcos Dubowitz, de la Fundación para la Defensa de las Democracias, un grupo de expertos con sede en Washington, sostiene que en tribunales estadounidenses se concedieron indemnizaciones por alrededor de u$s 18.000 millones a demandantes contra Irán. Podrían hacerse esfuerzos para que las empresas con operaciones en dicho país cumpliesen con dichas indemnizaciones.

 Tampoco se deben subestimar las dificultades técnicas. Las sanciones se cobraron un alto precio en relación a la producción. La capacidad de producción de crudo se retrajo de 3,6 millones de barriles diarios, registrados en 2011, a alrededor de 2,8 millones de barriles diarios. La producción de gas natural se desaceleró a 5,7 miles de millones de pies cúbicos en 2013. "Muchos pozos se cerraron. Algunos quizá estén tan dañados que haya que tener otros nuevos", afirma Hosseini. Per Magnus Nysveen, de la consultora Rystad Energy afirma: "No quiero ser demasiado pesimista. Hay potencial para una gran cantidad de producción y exportaciones de condensado [aceite ultraligero]. Sin embargo, con la producción de crudo, soy más escéptico..."

Nysveen señala los campos Marun, Ahvaz, Gachsaran y Aghajari, donde las tasas de recuperación están en el mínimo del 25%, lo cual exige realizar grandes gastos. Proyectos como Sur Azadegan y extensiones a South Pars -donde Teherán experimentó descontentos con sus socios chinos- también sufrieron problemas. "Para estimular estos yacimientos, se requiere mucha actividad industrial, como perforación e inyección de agua y gas", añade.


Incluso si se acuerdan proyectos en meses, su implementación efectiva tardará años, y los analistas sostienen que la inversión necesaria podría llegar tranquilamente a u$s 200.000 millones. Wood Mackenzie ve un aumento de la producción de crudo a 3,4 millones de barriles diarios en 2020, menos de la meta de Teherán, pero agrega que la producción podría llegar a 4,4 millones de barriles diarios en una década, si se cuenta con la suficiente inversión extranjera. El gas tiene un "enorme" potencial a largo plazo.

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