Deja de decir que odias tu trabajo, o despídete
de él
Forbes - martes, 28 de julio de 2015
Cuando envías un mensaje negativo en la
oficina, te etiquetas a ti mismo como alguien con quien nadie quiere trabajar.
No lo decimos nosotros, lo dicen los expertos.
La analista de banca de inversión era
terriblemente infeliz en su trabajo. A pesar de ser una mujer muy capaz, ya no
recibía el tipo de tareas interesantes que tenía en el pasado. En las
asignaciones que tenía, su jefe la microadministró, diciéndole que tenía que
hacer las cosas de nuevo cuando ella pensaba que había hecho un buen trabajo la
primera vez. Estaba tan molesta por la situación que empezó a quejarse con sus
compañeros y a criticar a su jefe. Más tarde, varios de esos compañeros se
acercaron al jefe y le dijeron cuán descontenta estaba la analista.
Preocupado, el jefe se acercó a otros miembros de su equipo, todos los cuales
habían escuchado quejas de la analista. Harto de las habladurías, el jefe la
llamó a su oficina y le dijo que si era infeliz, debía buscar un nuevo trabajo.
Los coachs de carrera dicen que éste es un
escenario común y que nunca es prudente hablar de cuán infeliz te sientes en el
trabajo, incluso con compañeros con quienes se tiene una relación más cercana o
de amistad. “Si continúas quejándote, te estás preparando para ser despedido”,
dice la coach Anita Attridge, que intentó convencer a la analista infeliz de
que se guardara sus problemas para sí misma. “A ella no le gustaba lo que yo
tenía que decirle.”
“Perdí la cuenta del número de veces que ha
ocurrido esto”, dice el coach veterano Ellis Chase, autor de In Search of the
Fun-Forever Job: Career Strategies That Work. Los trabajadores descontentos no
sólo se quejan con sus compañeros, sino que, al igual que la analista, insisten
en acusar directamente a sus jefes. “Es un error tremendo, algo que no
funciona”, dice. Chase, dice que cuando envías un mensaje negativo en la
oficina, te etiquetas a ti mismo como un misántropo. “Eres visto como alguien
con quien nadie quiere trabajar.”
Es posible que no quieras ser visto como
alguien que tiene motivos ocultos. Una de las clientas de Chase trabajaba en el
departamento de marketing de una compañía farmacéutica. Le dijo a todos que
estaba usando su trabajo como trampolín para iniciar su propia práctica de
consultoría. Incluso le dijo a su jefe que tenía planeado estar en ese puesto
sólo dos años. “Le dije que era un error letal”, dice Chase. Efectivamente, la
compañía tuvo una ronda de despidos y la clienta de Chase fue de los primeros a
los que se les mostró la puerta. “Su jefe le dijo que para él era fácil dejarla
ir, ya que no pensaba permanecer en la compañía de todos modos.”
El coach Roy Cohen, autor del libro The Wall
Street Professional’s Survival Guide, también tenía un cliente que se quejaba
de su trabajo fuera de la oficina. El cliente, un abogado a la mitad de sus 40
que trabajaba en un banco comercial que habían sufrido recortes de personal, se
encontraba haciendo trabajo que sentía era muy por debajo de su nivel de
experiencia. Enojado por el cambio en su situación, se quejó en repetidas ocasiones
ante sus compañeros y directamente con su jefe. “Su jefe dijo: ‘Mira, tengo las
manos atadas. Si no estás satisfecho aquí, busca otro empleo.’ En ese momento
no tuvo otra opción”, dice Cohen.
¿Qué podría haber hecho diferente el infeliz
abogado? En el trabajo debió haber mantenido la boca cerrada, y si realmente
necesitaba desahogarse, buscar a un confidente, como un mejor amigo o a un
coach de carrera. Los cónyuges no siempre son las mejores personas para acudir,
dice Cohen, debido a que un esposo o esposa tiene un interés personal en que
mantengas tu empleo incluso si lo odias. La mejor opción es encontrar una
solución a tu situación y luego hablar con tu jefe acerca de tu insatisfacción,
pero con un giro positivo. El abogado podría haber llegado con una forma de
automatizar sus tareas tediosas, tal vez generando un formato estandarizado que
un asistente administrativo podría llenar, sugiere Cohen.
Por supuesto, si eres infeliz y no ves una
manera de mejorar tu situación, tiene sentido buscar un nuevo trabajo. Sin
embargo, otro paso en falso común es decir a los posibles empleadores que eres
infeliz en donde estás. “Nadie quiere escuchar que tu último empleo era
horrible y que el lugar estaba por implotar”, dice Chase. “Ellos quieren oír
sobre tus éxitos y sobre el ser humano lleno de energía que eres.”
La coach Sarah Stamboulie está de acuerdo. “En
lugar de decir que estás huyendo de tu antiguo trabajo, debes actuar como si te
sintieras atraído por tu nuevo empleo.” De esa manera, tu empleador potencial
sentirá como si estuviera compitiendo por tus servicios con tu empleador
actual. “Detrás de todo esto hay una cierta analogía con el cortejo”, dice Stamboulie.
Si estás en una relación infeliz y conoces a una persona atractiva, no querrás
decirle que tu actual pareja es tan idiota que deseas salir con el primero que
se te atraviese. “Resulta mucho más atractivo si dices: ‘Tienes unos ojos
hermosos y eres tan interesante y divertida como nadie que haya conocido
antes.’” En el contexto laboral, si dices que amas tu trabajo y que adoras a tu
jefe, dice Stamboulie, “entonces tu potencial empleador podrá imaginarte
diciendo algo así sobre él mismo.”
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