Las economías emergentes no sacan provecho de
la devaluación de sus monedas
The Wall Street Journal. - julio de 2015
El aumento de las exportaciones debería ser
supuestamente el lado positivo de la devaluación de una moneda. Pero en algunos
mercados emergentes clave, eso no está sucediendo.
Las divisas de algunos de esos países han
alcanzado nuevos mínimos, con descensos de hasta 30% en los últimos dos años y
medio. El crecimiento de las exportaciones de economías emergentes, mientras
tanto, se ha desacelerado a sus niveles más bajos en más de media década. Las
exportaciones en sí descendieron 14,3% interanual en los tres meses hasta mayo,
el mayor declive desde 2009, según Capital Economics.
Hace apenas un año los gobiernos de muchos de
estos países intentaban debilitar sus monedas con la esperanza de impulsar las
exportaciones y volver a estimular el crecimiento. Incluso se habló de guerras
cambiarias.
Sin embargo, el flojo crecimiento en Estados
Unidos, Europa y China, combinado con los menores precios de las materias
primas, eliminaron cualquier tipo de repunte esperado. Ahora, EE.UU. se alista
a elevar las tasas de interés, los inversionistas se están retirando de los
mercados emergentes, lo que debilita aún más sus divisas, y países que van de
Brasil a Indonesia luchan para apuntalar sus economías.
El crecimiento económico en Indonesia ha caído
a su nivel más bajo en cinco años, lo que llevó al presidente Joko Widodo a
limitar las importaciones. Ante “el colapso de nuestras exportaciones, nuestras
importaciones han tenido que encogerse”, dijo Widodo en una reciente entrevista
con The Wall Street Journal. “Debemos conservar nuestra moneda. Por lo tanto,
debemos satisfacer más de nuestras necesidades de fuentes internas”.
En Brasil, el sector de la exportación se ha
contraído por 11 meses consecutivos debido a menores precios de commodities
como el hierro, el café y el azúcar. El país ya recortó su presupuesto en mayo
en US$22.600 millones. Ante la caída de los ingresos impositivos, el ministro
de Hacienda, Joaquim Levy, anunció hace poco una nueva ronda de recortes
fiscales.
El real ha perdido un tercio de su valor en los
últimos 12 meses y el viernes cerró en su nivel más bajo en 12 años en relación
con el dólar. La rupia indonesia registró el jueves un mínimo de 17 años frente
a la moneda estadounidense, en tanto que el baht tailandés aceleró su reciente
caída y tocó su nivel más débil en más de cinco años. El ringgit de Malasia
alcanzó este mes su menor cotización desde 1999 y acumula un descenso de 13,6%
desde principios de 2014.
Estos países, especialmente los que dependen de
modelos de crecimiento basados en las exportaciones, “se ven obligados a
ajustarse a la débil demanda externa, los bajos precios de los commodities y un
reequilibrio en China”, afirma Alex Wolf, economista de mercados emergentes de
Standard Life Investments.
“El crecimiento de las exportaciones de los
mercados emergentes ha sido inusualmente débil, lo cual es una característica
del actual ciclo que ha sido bastante preocupante”, señala Claire Dissaux,
economista de Millennium Global Investments Ltd. “Pero las exportaciones han
sido más débiles en términos de valor, comparado con volúmenes, lo que refleja
el impacto de la caída de los precios de las materias primas”, agrega.
El jueves, Aberdeen Asset Management, una de
las mayores gestoras de activos en los mercados emergentes, informó que los
inversionistas retiraron una suma neta de 9.900 millones de libras esterlinas
(US$15.500 millones) de sus fondos en el segundo trimestre, en gran parte
debido a los temores de que las economías en desarrollo trastabillen cuando
EE.UU. suba sus tasas de interés.
Aún es posible que la debilidad de las monedas
impulse el crecimiento económico en los mercados emergentes. “Se necesita
tiempo para ver si esto llega al desempeño de las exportaciones”, dice Alberto
Ramos, analista de Goldman Sachs en Nueva York. “Incluso cuando hay un gran
movimiento en la divisa, toma tiempo encontrar nuevos canales de distribución y
nuevos compradores antes de empezar a exportar cosas que nunca has exportado”.
Otros indican que los bancos centrales de
algunos países en desarrollo necesitarían adoptar una postura más enérgica. Las
tasas de interés en los mercados emergentes se encuentran, en términos reales,
en torno a su nivel más alto en 15 años, según Emerging Global Advisors,
gestora de activos con sede en Nueva York.
La firma escribió en una nota el mes pasado que
los bancos centrales de Hungría, India, Malasia, Polonia y Tailandia, entre
otros, aún tienen margen para reducir las tasas y “que una política monetaria
más relajada debería, en última instancia, suministrar un mejor crecimiento”.
La semana pasada, el banco central de Hungría
hizo justamente eso, al recortar la tasa de interés de referencia en 0,15
puntos porcentuales, más de lo previsto, a un mínimo récord de 1,35%, además de
indicar que permanecería baja por un tiempo. “Se puede esperar una política
monetaria relajada y de larga duración para los próximos años para beneficiar
el empleo y el crecimiento”, aseveró Gyrorgy Matolcsy, gobernador del Banco
Nacional de Hungría.
La debilidad de estas economías ha puesto de
relieve la necesidad de larga data de reformas. Los detractores argumentan que
países como Indonesia deberían haber aprovechado el período de bajas tasas y
altos precios de las materias primas para reducir los subsidios y su
dependencia de los commodities.
En las últimas semanas, Indonesia, que lucha
para reducir su déficit de cuenta corriente, se vio obligada a aumentar los
aranceles sobre las importaciones de varios bienes, que se han vuelven cada vez
más caros. Las exportaciones del país cayeron casi 13% interanual en junio y
las importaciones registraron un declive de más de 17%. El jueves, Indonesia elevó
los aranceles de importación de una amplia gama de bienes de consumo después de
haber reducido una semana antes el límite a las importaciones de ganado de
Australia en 80%.
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