¿La filantropía
puede cambiar a la sociedad?, ellos creen que sí
Forbes -
miércoles, 22 de julio de 2015
Con más de 50 años de vida, la Fundación Botín
invierte poco más de un millón de dólares al año en la región para detectar a
jóvenes universitarios interesados en modificar el statu quo de sus sociedades.
El programa para el fortalecimiento de la Función
Pública en América Latina (Fupal) nació en octubre de 2010 como una iniciativa
de la Fundación Botín para crear una red de servidores públicos con alta
capacitación y verdadero compromiso por el interés social.
La Fundación Botín inició su quehacer en el
desarrollo integral de la sociedad en 1964, bajo la batuta de Marcelino Botín
de Sautuola. Actualmente, la fundación trabaja en toda España y a partir del
año 2010 comenzó a poner en marcha los programas en América Latina.
El objetivo del Fupal es contribuir al
desarrollo de la sociedad y primordialmente en la localización de talento
creativo y apostar por aquel que genere riqueza cultural, social y económica.
La capacitación se lleva acabo en el Brown University de Estados Unidos; la
Univeraidad de Cantabria; el Instituto Iberoamericano de la Universidad de
Salamanca y la Fundación Getulio Vargas.
Desde 2010 han pasado por el programa 400
jovenes provenientes de El Salvador, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y
México entre otros.
La Fundación también opera en España y al año
destina poco más de 26 millones de dólares (mdd) para su programa y para formar
la red de servidores públicos, en la que participan 87% de los jóvenes que ya
han sido capacitados.
El programa ha logrado involucrar a 400
universidades de 18 países en donde está presente, y tiene tiene contacto con
1,800 instituciones de educación superior más, con quienes está buscando
canales de interacción.
En México, el programa está presente en 64
universidades y hasta ahora han sido beneficiados cinco grupos de jóvenes
becados. Se realiza un programa por año y las universidades participantes
tienen el compromiso con los estudiantes, quienes se enfrentan a dar soluciones
reales y tangibles a los problemas comunes de índole social, ecomómica y
política.
Forbes platicó con Íñigo Sáenz, director
general de la Fundación Botín, quien nos explica cómo funciona el Programa para
el fortalecimiento de la Función Pública en América Latina.
¿En qué consiste el trabajo que realiza la Fundación
Botín?
La fundación Botín está en constante
innovación, se concentra en explorar y encontrar talento creativo en
universidades latinoamericanas, capaz de generar desarrollo y generar riqueza.
Se concentra en tres áreas importantes: educación, ciencia y tecnología y
servicio público.
Por otro lado, tenemos un sistema educativo que
hace énfasis en el arte y la cultura. En México, se enfoca específicamente en
la introducción del desarrollo emocional y social a través del sistema
educativo.
¿Cuál es el beneficio de integrar a los
universitarios al servicio público?
Al final, en buena medida el desarrollo
económico de las sociedades y la fuerza de generación de desarrollo está en
nosotros, en la sociedades, en las empresas, en los particulares. Para que se
reproduzca desarrollo social y económico y bien repartido en una sociedad
tienen que funcionar bien las instituciones.
¿Quién hace el primer acercamiento entre la
fundación y los aspirantes?
Nosotros enviamos una carta a todos los
rectores de las universidades de América Latina, les pedimos que pongan en
marcha el proceso. Sabemos que hay universidades que ponen mayor énfasis en el
procedimiento, otras prefieren dejarlo a consideración de los alumnos y hay
otras instituciones en las que los decanos piden que busquen a los aspirantes.
¿Cómo se lleva a cabo la selección del talento?
Las mismas universidades llevan a cabo la
selección previamente a nosotros, estamos hablando de 700 candidatos cuando
llegan a la Fundación Botín, de los cuales se eligen únicamente 40 candidatos
que participarán en el programa que dé la Universidad de Brown, junto con la
fundación Getulio Vargas.
¿Qué toma en cuenta la fundación de los
candidatos que se postulan al programa?
Queremos que los candidatos tengan unos magníficos
resultados académicos, pero además también queremos que nos demuestren el
compromiso que tienen con su entorno y que sea real. Para eso, les pedimos nos
cuenten las experiencias que han tenido en lo social y cuál es su compromiso
con el entorno.
Por otro lado, nos gusta descubrir cuáles son
sus posibles habilidades personales y sociales a través de actividades
deportivas o artísticas. Por último, y más importante, es la entrevista que les
realizamos por medio de un video, donde nos exponen qué realmente han entendido
del programa.
¿En qué consiste el programa?
Es un programa con una duración de ocho semanas
y los seleccionados sólo podrán inscribirse en una ocasión. La primera semana
los jóvenes elegidos toman cátedra en la Universidad de Brown. Durante la
estancia se tocan ejes de derecho, ética, sociedad civil y el marco
institucional de los países que a los participantes les parezcan más
atractivos. Debo destacar que los temas impartidos no se parecen en nada a los
que se ven en las universidades.
Durante la estancia en España existen
profesores prestigiados de universidades de Madrid, diputados, representantes
de la cámara, quienes se encargan de los temas de servicio público y guían al
estudiante a que elija en qué rama del servicio público se quiere especializar.
La intención del programa es poner en límite a los integrantes y sacar lo mejor
de ellos; además, todos cuentan con un coach personal.
¿En qué etapa se encuentran los jóvenes que ya
participaron en el programa en Latinoamérica?
El 60% de los que volvieron del programa hace
cuatro años ya está desempeñándose en el sector público, a otros no les hacemos
una evaluación postprograma cada cierto tiempo, más bien les hacemos un
seguimiento y los enriquecemos en pequeñas cantidades.
Ha habido una novedad, que es exigirles cuando
presentan la candidatura que se comprometan a hacer una estadía profesional en
un servicio público, esto es nuevo y la universidad a la que pertenecen es la
que tiene que gestionar este compromiso.
Para Fundación Botín es importante aclarar que
las fundaciones no son parte del sector público; sin embargo, la transparencia
es trascendental tanto en el ámbito público como privado. Es primordial que las
fundaciones cuantifiquen sus logros; demuestren que por cada euro que se
invierta en educación hay una mejora sustantiva. Asimismo, transparentar a las
fundaciones y crear indicadores para demostrar el trabajo que se ha realizado,
acciones que van desde el número de publicaciones en el caso de la parte que se
encarga de la ciencia hasta la satisfacción que tiene el personal docente que
imparte los cursos.
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