Los robots dejarán sin empleo a millones de
trabajadores cualificados en cinco años
Economíahoy - julio de
2025
Foxconn es el mayor fabricante del mundo. De
sus factorías salen los iPhone, las Playstation, los Kindle, etc. Su millón y
medio de trabajadores se sienten amenazados por el plan que maneja la compañía:
en un plazo de tiempo no muy lejano, el 80 por ciento de esa mano de obra será
sustituida por robots. El primer ejecutivo de la firma, Terry Gou, está
liderando un plan multimillonario para automatizar la actividad con el fin de
"resolver la escasez de mano de obra cualificada", ha dicho. Incluso
ha adelantado que de aquí a cinco años usará robots para fabricar a otros
robots.
Si usted no forma parte del millón y medio de
trabajadores de Foxconn igual no tiene por qué preocuparse. O quizá sí. De
hecho, si a esta empresa le compensa adquirir y programar robots para sustituir
a las personas en un país como China, donde la mano de obra es mucho más barata
que en Occidente, ¿qué podemos esperar de lo que sucederá en Europa?
"Llevamos 40 años oyendo lo mismo sobre la
llegada de los robots a las casas y a las empresas", reconoce el director
del Museo de los Robots de Madrid, Pablo Medrano. "Sin embargo, es cierto
que vivimos un momento idóneo para su popularización y esa realidad está cada
vez más cerca al abaratarse de forma sustancial los costes de estas máquinas.
Esa realidad también se acerca por gracias al código abierto y a que se compartan
desarrollos nos acercamos a esa realidad. Digamos que ahora confluye todo lo
necesario para conseguir esa convivencia con los autómatas". Así lo
asegura este desarrollador, experto y fanático de los robots, también
propietario de la mayor colección de estos seres en nuestro país.
En mayor o menor peligro
Un equipo de investigación de la Universidad de
Oxford ha estudiado un total de 702 empleos y los ha clasificado según sean más
o menos susceptibles de ser realizados por máquinas. Cada uno de esos trabajos
recibe un porcentaje: cuanto mayor es ese dato, más probabilidades existen de
que se vea afectado por esa próxima revolución. Según vemos, los médicos serían
los que estarían más a salvo. En cambio, otros oficios con funciones bien
compartimentadas y que no requieren de demasiada cualificación estarían más que
en la cuerda floja. Según este estudio de la Universidad de Oxford, los
camareros tendrían un 96,3 por ciento de papeletas para ser sustituidos, aunque
la palma se la llevan los operarios de fábrica, con un 98 por ciento. Tampoco
salen bien parados los bibliotecarios (64 por ciento).
Para el technology evangelist Javier Sirvent,
"estamos en una cuarta revolución industrial". "Cuando llegaron
la primera y la segunda, se pensó que las máquinas iban a sustituir al hombre.
Después se comprobó cómo, simplemente, surgieron otras ocupaciones. De hecho,
en estos momentos, por cada empleo tradicional que se destruye se crean otros
2,6 nuevos relacionados con entornos digitales", asegura. "Desde
luego que ya hay empresas, como Foxconn, que están planificando la forma de
sustituir trabajadores por máquinas y con presupuestos salvajes. El futuro va a
cambiar. Algunos sindicatos son conscientes de que hay asalariados que van a
dejar de existir. También los Gobiernos están empezando a tener conciencia de
esta nueva situación y están buscando nuevas reglas", añade Sirvent.
En este sentido, el CEO de Juguetrónica, Daniel
Bayón, tienda especializada en robots, considera que también "se va a
generar muchísimo empleo fabricando estas máquinas, desarrollando nuevas
aplicaciones para ellos y también en otros sectores". Y avisa de que con
el tiempo, se podrán descargar esas aplicaciones para ir mejorando el robot
desde una tienda online, como si fuera un smartphone.
La creatividad no es replicable
A priori, los profesionales que más difícil
tienen ser replicados por robots serían aquellos que llevan a cabo una
actividad creativa. Roger Penrose ya dejó claro en su libro de 1989 La nueva
mente del emperador que la creatividad del ser humano no es de naturaleza
algorítmica y que, por lo tanto, no se puede replicar. En esa línea camina la
paradoja de Moravec, según la cual la inteligencia artificial y la robótica
necesitan de poca computación para resolver complejísimas operaciones, pero en
cambio son incapaces de llevar a cabo sencillas tareas manuales y habilidades
sensoriales y motoras que el hombre realiza de forma casi espontánea. Pero
tampoco es cuestión de dormirse en los laureles, pues ya hay programas capaces
de escribir poesía, incluso libros, de componer imágenes y hasta de tocar el
violín. Sergio Rozas, diseñador y montador de la película Autómata, recuerda en
este sentido el experimento del director de cine Lars von Trier con cámaras
robotizadas, que "daba como resultado un trabajo frío, incapaz de conectar
emocionalmente con el público".
Precisamente Autómata, protagonizada y
producida por Antonio Banderas, está ambientada en el año 2045. No es
casualidad esa fecha, porque justo si seguimos la ley de Moore -según la cual
cada 18 meses se duplica la capacidad de los procesadores y se reduce a la
mitad el espacio que ocupan- en ese año la inteligencia artificial superaría la
suma de todos los cerebros humanos. Como apunta Javier Sirvent, "la ley de
Moore se ha cumplido durante 60 años por lo que no hay motivos para pensar que
vaya a frenar su progresión".
Para Javier Sirvent, lo más inmediato en lo que
vamos a notar el cambio va a ser en el campo de la conducción autónoma.
"En 10 años, los vehículos serán mucho más inteligentes y además nadie se
va a resistir a que un coche provoque menos accidentes, a que consuma mucho
menos... Una marca alemana ya permite que le digas al coche que quieres parar a
tomar algo y no solo detectará qué estación de servicio con cafetería es la
próxima, sino que te llevará hasta ella mientras lees el periódico.
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