Enfermedad en el espacio: ¿cómo reacciona el
cuerpo de los astronautas?
Sin Embargo - miércoles, 1 de julio de
2015
Las personas no se lo suelen preguntar
pero, ¿qué padecimientos sufre el cuerpo en el espacio? ¿es que acaso los
astronautas nunca se enferman? Expertos consideran que en realidad no importa
que tan lejos se esté de la tierra, hay males que acechan a los seres humanos
en cualquier sitio, pero hay otros que se producen a partir de la pérdida de la
gravedad.
Desde los años sesenta la
expedición del Apollo 7, que estuvo 11 días en órbita, sufrió los primeros
altibajos de esta índole, cuando uno de los astronautas contrajo un resfriado,
el cual se fue expandiendo al resto de la tripulación.
A tres años de que se cumpla
medio siglo de dicha expedición, los nuevos astronautas pasan largas temporadas
en el espacio y este tema se ha sofisticado.
Por ejemplo, dentro de la
Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en Inglés), permanecen dos
médicos que cuentan con recursos suficientes como para tratar diversos malestares
y, eventualmente, poder enviar a una persona a casa.
Al parecer la falta de gravedad
refuerza la proliferación de bacterias. Un estudio realizado por el doctor
Leonard Mermel de la Universidad de Brown en consulta con archivos de la
Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) encontró que, en
un periodo de 30 años en el que se cuentan 106 vuelos aeroespaciales y 742
tripulantes, hubo 29 casos de enfermedades infecciosas. La mayoría fiebres,
pero también infecciones urinarias, de la piel y gastritis.
A continuación una lista de
cuáles son los padecimientos más comunes que afectan al hombre en el espacio:
DESORIENTACIÓN
De acuerdo con la NASA una de las
primeros problemas que se presentan en el espacio es la desorientación. Mientras
que en la Tierra el oído regula el equilibrio al saber dónde es arriba y abajo,
en el espacio los astronautas se pueden desorientar con facilidad.
El oído funciona porque la
gravedad estabiliza los fluidos dentro del mismo. Al perder la gravedad, la única
manera de orientarse queda a cargo de la vista. Sin embargo, es normal que al
principio el cuerpo se encuentre confundido con muchos señales. Por ejemplo, se
puede flotar bocabajo sin sentir que la sangre corre hacia cabeza.
Esta confusión es llamada también
“enfermedad espacial”, algo parecido a cuando al mareo que su sufren los
navegantes del mar. Sin embargo, la buena noticia es que la sensación no es
eterna y esta cesa conforme el cuerpo se acostumbra unas horas después de estar
en el espacio.
DESHIDRATACIÓN
Una de las primeras reacciones al
subir a la órbita es perder la sed. La razón podría ser que la gravedad también
afecta la manera que muchos fluidos corporales se distribuyen, incluyendo la
sangre.
El cuerpo elimina lo que cree que
son fluidos adicionales y resulta en visitas reiteradas al baño, refiere el
portal educativo de la NASA.
DESCALCIFICACIÓN EN HUESOS
Los huesos se descalcifican con
la ingravidez, el esqueleto ya no tiene que trabajar para sostener el cuerpo y
esto provoca el debilitamiento del sistema óseo. Para combatir este mal, los
cosmonautas realizan cuotas diarias de ejercicio.
De acuerdo con la revista
estadounidense Time, cuando la estación rusa Mir todavía estaba en el espacio a
los nuevos cosmonautas se les advertía no dar abrazos de oso a sus compañeros
con más tiempo en la estación, con el fin de evitar huesos rotos.
RELOJ BIOLÓGICO ALTERADO
El sentido del tiempo en el
espacio es otro. Un astronauta “ve la salida y puesta del sol cada 90 minutos”,
indicó la NASA. Este ritmo afecta el reloj biológico del cuerpo, por lo que el
aislamiento de la luz en horas de sueño es más importante.
Este reloj también es conocido
como ritmo cicardiano y está directamente relacionado no sólo con la siesta,
sino con los tiempos de alimentación.
EMPEORAMIENTO VISUAL
Uno de los sentidos más afectados
en el espacio es la vista, y sus efectos no retroceden precisamente cuando los
astronautas vuelven a la tierra.
La razón estaría relacionada con
los fluidos que van en dirección a la cabeza y que presionan el nervio óptico,
efecto que a la larga distorsiona el globo ocular.
El astronauta taiwanés Kjell
Lindgren entrevistado recientemente por la revista Time, enfatizó que el ojo
sufre irritación por el esparcimiento de pequeña basura que flota.
“La arena no se asienta a la nave
como lo haría en la Tierra. Entonces, las cosas son liberadas, pequeños pedazos
de metal del equipo o quizá, piel muerta, solo flota alrededor y provoca
irritación en el ojo”, dijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario