Padres, la revolución pendiente
La Vanguardia - lunes, 13 de julio de
2015
"Break free". Sin citar la mítica
canción de Queen, pero utilizando esta expresión de liberación y libertad, el
primer informe sobre el estado de la paternidad en el mundo presentado hace
tres semanas en la Organización de las Naciones Unidas aboga por que los
hombres rompan las estrechas paredes entre las que se ha construido el concepto
de qué significa ser hombres y ser padres. El cambio social más importante del
siglo XXI, se subraya, es que ellos pasen a tener un papel activo o más activo
en el mundo del cuidado, el cuidado de los hijos, del hogar, de los demás.
Chelsea Clinton fue la encargada de presentar
en las Naciones Unidas el informe State of the world's fathers (El estado de
los padres del mundo), realizado a partir de centenares de estudios con los
datos disponibles en 30 países sobre desigualdad de género en el ámbito del
cuidado de los hijos y del hogar, del trabajo no remunerado. Pero en esta
ocasión la novedad es que son ellos y no las mujeres los protagonistas de un
análisis encaminado a subrayar lo que se pierden los hombres, y el mundo en
general, si no se rompen de verdad los roles de género presentes en todo el
planeta, aunque las diferencias varíen según los países.
Una paternidad activa, indica el informe,
impacta en los niños de forma similar a la implicación de las madres, se
vincula con un mayor desarrollo cognitivo y mejores resultados en la escuela,
una mejor salud mental de los pequeños e índices más bajos de delincuencia en
los chicos. Estudios en diversos países muestran también que una mayor
interacción de los padres es importante para desarrollar empatía y las
habilidades sociales de niños y niñas. La dedicación de los hombres a la
familia hace que los niños acepten la igualdad de género y que las niñas tengan
mayor sentido de la autonomía y el empoderamiento.
Los padres que dan un sentido profundo a la
relación con sus hijos aseguran que esta es la fuente de felicidad y bienestar
más importante de su vida. Impacta así, siempre según este amplio trabajo, en
su salud mental y física. Esta implicación de los padres está creciendo en las zonas
con mayor desarrollo económico, pero el denominador común es que si ellas son
el 40% de la fuerza laboral general, siguen en cambio realizando entre el doble
y diez veces más de las tareas domésticas y de cuidado. En ningún país del
mundo existe una distribución equitativa entre hombres y mujeres del trabajo no
remunerado. Y una de las principales causas de este desequilibrio es la falta
de políticas públicas.
El informe, por tanto, destaca que los hombres
necesitan ayuda, mensajes que les animen a implicarse y políticas que lo hagan
posible. Los padres importan y es una prioridad global urgente, se indica.
Importan no porque sean hombres y esto suponga una aportación única e
intransferible en el desarrollo de los pequeños, sino porque estos necesitan que
les cuiden, les calmen, les alimenten, y esto no viene dado por la identidad
sexual ni por la biología. Si es posible, dos son mejor que uno. Está
demostrado según los estudios que se citan que todos y todas tienen la misma
capacidad para hacerlo.
El informe recoge una visión general del mundo
indicando que en los países con rentas medias y altas ha habido avances
importantes. Pero los obstáculos que se detectan son universales. La pobreza y
la inestabilidad económica normalmente significan que ellos deban invertir más
tiempo y esfuerzo centrándose en su rol de proveedores económicos. La
emigración por causas laborales ha hecho que muchos hombres se hayan separado
de sus familias, como sucede en las zonas del mundo con conflictos bélicos.
Además de estas causas de fuerte impacto, las
tradicionales normas de género siguen en pie y ser un padre plenamente
implicado en los cuidados suponer hacer frente a comportamientos profundamente
enraizados. Algunas mujeres sienten que el hogar es el lugar donde ejercen
cierto poder y control y son reacias a cederlo. Se sigue pensando erróneamente,
según indica el informe, que los roles definidos por la biología son
diferentes. Y todos y todas albergan sospechas profundas sobre la capacidad de
los hombres como cuidadores. Esto se traduce en reticencias a ofrecer apoyo, y
en muchas ocasiones se reprimen sus habilidades.
En este sentido se considera que explicitar los
numerosos beneficios de una paternidad profunda y un aumento en la implicación
en los cuidados del hogar requiere transforma la paternidad en una institución,
con las medidas sociales, económicas y políticas que ello comporta. El informe
realizado por Mencare -una campaña que vincula a varias oenegés, entre ellas
Save the Children, con el apoyo de la ONU- no se centra en analizar las parejas
heterosexuales, sino que se refiere a todo tipo de paternidades: biológicas,
adoptivas, legales, en una relación con una pareja del mismo sexo...
En esta petición para que las instituciones se
impliquen, destaca sobre todo la apuesta por facilitar la baja de los hombres
cuando nacen sus hijos. Es una de las vías para fomentar -siempre con los
derechos laborales garantizados- una mayor implicación en la vida de los
pequeños. Si la baja por maternidad es hoy prácticamente universal, la paternal
es posible en 92 países, aunque en la mitad de ellos es menor a tres semanas.
Por ello se considera fundamental una específica para ellos, transferible y
pagada.
"Este camino puede ser clave para animar a
un mayor número de hombres a acogerse a ella, un camino para implicarse en casa
y lograr la equidad en el reparto del trabajo no remunerado del cuidado".
Son ellos el objeto de análisis, pero es evidente que esta revolución pendiente
es fundamental para las mujeres, porque la carga que arrastran del trabajo no
remunerado impacta en todos los aspectos de su vida: educación, empleo,
riqueza, independencia, vulnerabilidad, estrés. Que la mujer pueda tener más
margen para emplear su tiempo va a beneficiar las relaciones de pareja, señala el
informe, y por lo tanto para los hijos.
Si las mujeres participasen en el mercado de
trabajo como lo hacen los hombres en Estados Unidos, el PIB del país crecería
el 5%, un 9% en el caso de Japón o un 34% en Egipto. Hay que romper por tanto
la falsa creencia, se señala, de que ellos necesitan más que ellas emplearse
fuera del hogar. Es una estereotipada construcción social cuando lo necesario
es mirar conjuntamente los dos ámbitos.
"Los padres importan". Cuando los
hijos son pequeños, jóvenes y también adultos. Normalmente ellos se implican en
la parte más satisfactoria del cuidado -juegos- y son un importante motor de
desarrollo. Pero no es el único papel que pueden tener. Las relaciones
familiares son complejas y dinámicas, unos pueden compensar las carencias de
los otros, pueden compensarse el uno al otro. Después de 16 informes seguidos
de la maternidad en el mundo, por fin llega el primero sobre los padres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario