¿Cómo usan los gurús tu huella digital para la
publicidad?
Forbes - viernes, 3 de julio de 2015
Pretender ser omnipresente ya no basta.
La regla de oro de los nuevos tiempos es tener mensajes adecuados para cada
momento y que cubran una necesidad determinada para los consumidores. Ellos,
los gurús, te explican cómo hacerlo.
Enciendes la TV un domingo
cualquiera y miras un spot sobre calzado deportivo que protagonizan estrellas
del futbol. Pero la misma marca te hace saber que se trata de una versión
editada y que el comercial podrás verlo completo en YouTube, y que en Twitter o
Instagram hay detalles del behind the scenes.
Ésta sólo es la primera parte de
una exitosa estrategia de comunicación digital, que puede comenzar en los
medios tradicionales, pero que tendrá su boom cuando la sigas a través de
diferentes plataformas, aunque cada una cuente con un mensaje diferente que
puedas compartir.
“Ya no basta con estar en todas
partes. Como marca, necesitas aprender que cada plataforma es diferente y crear
un contenido especial para cada una. Después tienes que lograr que entre ellas
se complementen y que el usuario interactúe con toda la cadena. Sólo entonces
lograste entregar tu mensaje y te comunicaste con tu consumidor”, explica en
entrevista Rob Norman, director digital de GroupM Global, la compañía de
inversión en medios más grande del mundo.
En otras palabras, sin importar
qué tan bueno sea, ya no basta con tener un sólo mensaje. En el mundo digital
hay que considerar qué clase de usuario hay en cada plataforma: Facebook,
Twitter, LinkedIn, Snapchat, YouTube… y crear una estrategia para cada una de
ellas.
¿Por qué? Porque los usuarios
tienen diferentes formas de pensar según la plataforma en la que están, explica
Deirdre McGlashan, global chief digital officer en MediaCom.
“Lo digital no cambia la forma en
la que un usuario se comporta. Los consumidores siguen teniendo exactamente
las mismas necesidades: tener información, entretenimiento, participar. Pero en
términos de cómo una marca puede satisfacer esas necesidades, ahora hay que
pensar en dónde está parado el consumidor. La gente usa las plataformas de
distintas maneras y las marcas tienen que saberlo y entender que es como si
fueran una marca diferente en cada plataforma y, por lo tanto, en cada una se
debe hablar diferente”, complementa.
Pero si piensas que la clave del
negocio sólo está en que una marca tenga diferentes mensajes para cada
plataforma, no has visto la película completa.
Regresemos al comercial de
calzado deportivo: después de compartir la información que hallaste en la web,
te encontrarás con que, quizá en Facebook, ocasionalmente te aparecen anuncios
vinculados al tema de ese anuncio.
Eso es porque tu huella digital
se puso en acción y la otra parte de la estrategia está en que la marca pueda
ofrecerte servicios y soluciones personalizadas, después de haberte conocido a
través de tus propias búsquedas y aplicaciones.
Sobre lo último en herramientas
digitales, Deirdre McGlashan dice: “Estamos recolectando muchos datos. Los
consumidores están proporcionando datos con la interacción digital que tienen
día a día y lo más innovador que podemos hacer es utilizar esos datos en una
estrategia para hacer llegar a esos usuarios un mejor mensaje, más apropiado
según sus necesidades. Podemos ver qué visitan, qué les gusta, en qué clase de
productos están interesados y podemos usar esos datos para hacerles llegar
mensajes enfocados exclusivamente en sus propios intereses”.
De alguna forma, el usuario se
convierte en el arquitecto de la estrategia digital que le ofrecerá productos,
servicios; que le entregará información o entretenimiento.
Carl Fremont, global chief
digital officer de la agencia MEC, dice que la tendencia es no pensar qué tipo
de información le está llegando a un consumidor, sino en cómo personalizarla.
“No importa si se trata de una receta de cocina, de servicios financieros, de
un seguro vehicular o productos de higiene y consumo. La clave está en entender
cómo personalizar el mensaje según esas necesidades, esas búsquedas de
información”.
Este experto en marketing y
medios dice que la recolección de datos para servicios digitales implica un
ganar-ganar, tanto para las empresas como los consumidores. Las primeras,
“ahorran millones” cuando la tecnología les permite conocer qué necesita cada
usuario, mientras que los segundos tienen a la mano servicios personalizados en
tiempo real, aún antes de requerirlos.
Como lo resume Fremont, se trata
de usar el marketing como un servicio. La publicidad misma te ofrece lo que
estás buscando según tus necesidades.
El tema espinoso
Uno de los debates más espinosos
sobre estas tendencias de marketing y comunicación digital gira en torno de la
privacidad: ¿qué tanto los datos deben o no estar disponibles para hacer
negocios?
Carl Fremont confía en el usuario
y dice que en él recae la responsabilidad sobre qué hacer y qué información
compartir. “Tienes que permitir que el usuario sea quien tome las decisiones
sobre qué información quiere compartir o no, y si él quiere compartir siempre
debe existir la posibilidad de que lo haga. Cuando una aplicación pide permiso
‘¿podemos conectar con tu Facebook?, ¿podemos enviarte mensajes relevantes?’,
tienes la opción de negarte. Es tu decisión controlar esas propiedades:
compartir qué estás haciendo y en dónde lo estás haciendo”.
Pero sobre todo, apunta Fremont,
las estrategias nunca son acerca de individuos, sino de patrones de comportamiento.
“Esa información que te identifica no es una cuestión de preocupación. No
puedes identificar a través de una cookie a un individuo. Y si estamos hablando
de cookies, no se trata de algún tipo de invasión”.
El hecho de que cada usuario
tenga diferentes actividades en cada plataforma permite que los patrones de
comportamiento sean diferentes y, por ende, los datos también.
Norm Johnston, chief digital
officer de la agencia Mindshare a nivel mundial, dice que la clave en la
recolección de datos para la estrategia digital está en entender cómo
complementar su uso. “Facebook ha sido muy inteligente y lo ha entendido bien.
Entiende que vivimos en un mundo guiado por las aplicaciones. Un usuario
utiliza apps diferentes para cosas diferentes, pero aunque tenga muchas,
diariamente no usa más de ocho. Y lo que Facebook ha hecho es comprar tantas
de esas ocho apps como le sea posible, y en las que se generan los datos más
importantes de los usuarios: Facebook, WhatsApp, Instagram, Messenger”.
Según este experto en innovación
digital en publicidad, si bien Facebook no utilizará WhatsApp para vender
anuncios, sí puede usar los datos que se generan en esa aplicación para definir
audiencias. “A veces no es apropiado tener publicidad en estas aplicaciones,
pero se trata de utilizar los datos y la información que ahí se generan para
capitalizar otras plataformas”, explica.
Johnston sabe que el debate de
privacidad apunta hacia este negocio y, en su opinión, en los próximos cinco
años habrá una revolución respecto al tema, pues “los usuarios apenas comienzan
a darse cuenta que no tienen verdadero control sobre sus datos”.
Va más allá: “La gente creía que
no dejaba información confidencial en línea, pero las estadísticas muestran que
la gente deja todo tipo de información ahí.”
No es apropiado tener publicidad
en todas las aplicaciones, explica Norm Johnston, de la agencia Mindshare.
Cuando te conectas te comportas
como si hubieras bebido dos copas de vino y tienes menos inhibiciones. Los
usuarios apenas comienzan a estar conscientes sobre toda la información que
van dejando en línea y sobre el control que necesitan tener sobre estos”.
En los últimos años, el debate
sobre la regulación en la recolección y uso de datos se ha intensificado. No
sólo por el uso comercial que tiene la venta de estos desde sitios como
Facebook o Google, sino como explica Norm Johnston, tras la noticia de que un
gobierno puede utilizarlos.
“¿Y qué va pasar, entonces? Otro
negocio va a despegar: el data locker business (algo así como el casillero de
datos personales). Un datalocker literalmente te permite controlar todos tus
datos, das permisos a Facebook y otras plataformas, autorizas quién puede usar
tu información y cómo puede usarla, a qué datos tienen acceso”.
Suscribirse a un servicio de este
tipo será una tendencia en el mundo digital, será la opción para no renunciar a
la tecnología, dice el directivo de Mindshare. “Con éste, tendrás el control de
datos”.
Pero mientras el usuario hace
conciencia sobre la necesidad de tener más control de esa información, ¿qué?
Según Norm Johnston, la industria debe autorregularse y nunca cruzar la línea
que separa esos patrones anónimos de datos personales, pero sobre todo debe
empoderar al usuario para que tome decisiones informadas sobre qué hacer con su
huella digital.
Así que la próxima vez que estés
frente al televisor y veas algo que te inspire una búsqueda en internet, la
descarga de una aplicación o compartir en redes sociales, ya sabes la
mecánica que siguió ese anuncio y lo que podría pasar después de cada like.
Lo que venga después, será tu
responsabilidad.
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