El Camino de los incas: la
autopista milenaria
BBC Mundo - julio de 2025
La red
de caminos inca es una de las obras de ingeniería más extraordinarias del
mundo. Para el siglo XVI había ayudado a transformar un pequeño reino en el
imperio más grande del hemisferio occidental.
Y, para envidia de los ingenieros
modernos, tramos sustanciales de la red de 39.000km sobreviven al día de hoy,
uniendo cientos de comunidades a través de Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador y
Perú.
Increíblemente, fue
construida enteramente a mano, sin hierro o transporte con ruedas.
Una exhibición en el Museo
Nacional de los Indios Americanos es el resultado de seis años de
investigación, que concluyen que los antiguos incas sabían una o dos cosas
acerca del agua.
"Cuando ves Machu Picchu, en
Perú -esa estructura maravillosa en lo alto de la montaña que millones de
turistas visitan todos los días- lo que la mayoría de la gente no ve y
desafortunadamente tampoco sabe, es que una verdadera maravilla está debajo de
ella", dice José Barreiro, uno de los curadores de El Gran Camino del Inka
(el museo Smithsonian usa la forma quechua para "inca").
El momumento de piedra se
encuentra sobre un complejo sistema de irragación de conductos y canales que
controlan el flujo del agua hacia fuentes que todavía funcionan hoy.
Y mientras que los arqueólogos lo
conocen desde hace un tiempo, la exhibición muestra la dimensión de la
comprensión inca del agua y cómo aplicaron la misma tecnología a la
construcción de caminos.
"Cada año, el agua destruye
muchas vías modernas. Pero las incas tienden a mantenerse", dice Barreiro.
"Se construyeron teniendo en
cuenta la posibilidad de eventos sísmicos y eso es lo que emociona a los
ingenieros que las estudian: cómo pueden beneficiarse de ese
conocimiento".
La sostenibilidad era clave para
el éxito. Los incas prestaron atención a las condiciones locales, usaron
materiales locales y trabajaron con el paisaje.
En terrenos escarpados
construyeron escalones para disipar la energía del agua y contrarrestar la
erosión. En grandes altitudes pavimentaron el camino con piedra local para
proteger la superficie del hielo y la nieve derretida, y cuando necesitaban
paredes de apoyo les dejaron agujeros para que el agua pudiera drenar.
José Barreiro, del Museo Nacional
de los Indios Americanos, afirma que la sostenibilidad fue la clave del éxito
en la construcción del Camino.
"Los incas se preocuparon
por preservar el ambiente y la vía es parte de la Madre Naturaleza", dice
Ramiro Matos, jefe de curadores de la exhibición y un nativo en lengua quechua.
Matos creció transitando la red
de caminos incas (también conocido como el Qhapaq Nan) en Perú y dice que tiene
una conexión emocional fuerte con él.
"El Camino no es solo una
vía física", dice. "Es una vía cosmológica, y hoy en día se la
considera una vía viva".
"Los Kallawaya (doctores
itinerantes de Bolivia) todavía la usan para caminar y reciclar su energía.
Dicen que el camino tiene un espíritu".
La capital y centro espiritual
del imperio era Cusco, en el sureste de Perú. Todos los caminos emanaban de la
ciudad. Todas las rutas y lugares sagrados fueron marcados con wakas -con
afloramientos de piedras, edificios o incluso la confluencia de ríos que servía
de altares para la Pachamama (Madre Tierra) o el Inti (dios Sol).
La Unesco declaró el Camino
Patrimonio de la Humanidad en 2014
Muchas de esas tradiciones se
mantienen al día de hoy, y parte de la exhibición explora la forma en que la
vía todavía une a personas de diferentes etnias a través de la vasta región de
los Andes.
"Contactamos a descendientes
de los incas y les preguntamos cómo se sienten acerca de la vía y su
significado", dice Matos. "Hemos tenido la investigación histórica;
ahora también tenemos la tradición oral".
La investigación revela un lado
diferente de los incas, a quienes con frecuencia se recuerda por su
predilección por el sacrificio humano. Pero mostrarlos como ambientalistas no
excluye sus características menos atractivas.
"No estamos proyectando (la
idea) de que son culturas perfectas", dice Barreiro. "Pero nuestro
foco era dejar a un lado lo macabro y mirar el otro 90% de la vida, cómo se
organizaba y el genio y el ímpetu de los incas para llevar a cabo esta tarea en
particular (la construcción de la vasta red de caminos)".
Barriero afirma que la sociedad
inca era ciertamente "estricta", pero que en su centro había
unafilosofía de reciprocidad. Los incas le devolvían a la naturaleza lo que ésta
les daba y todo el mundo sabía cuál era su rol en la comunidad.
La compleja red de caminos
aceleró la desaparición de sus creadores, ya que permitieron a los españoles un
acceso sin precedentes a todos los rincones de su imperio.
"Todo el medioambiente
estaba vivo. Todo, desde las rocas a los animales, pasando por el cosmos,
necesitaba algún tipo de interacción con un ser humano, sea a través de una
plegaria, conectividad o apreciación.
"Todo estaba organizado y
regulado por el Estado. Tenías a los maestros de la vía, los maestros de los
puentes, el khipu -un aparato con nudos que hacía seguimiento a las personas
que transitaban por la vía-, productos, censos organizados y noticias de todas
partes del imperio".
Ejemplos del khipu y otros 140
objetos -algunos de los cuales tienen más de 2.000 años de antigüedad- están
incluidos en la exhibición, para ayudar a ilustrar el desarrollo del Camino del
Inca y su concepción espiritual.
Pero, irónicamente, fue esa misma
red de caminos lo que aceleró la desaparición de sus creadores.
Algunos objetos incas tienen más
de 2.000 años de antigüedad.
Cuando los españoles llegaron la
costa del Pacífico en 1532, encontraron un imperio debilidado por las luchas
internas y la viruela. Y la misma vía que le había dado a los incas un acceso
sin precedentes a todos rincones de su imperio le abrió paso a los conquistadores.
En un año habían consolidado su
dominación y habían dejado a Cusco sin poder, estableciendo la nueva capital
colonial en Lima. El Qhapaq Nan cayó en el abandono. Las rutas que habían sido
vitales para las comunidades incas fueron despreciadas por los españoles, que
estaban más interesados en acceder a las minas de oro y plata del imperio
caído.
Pero el Camino del Inca sigue
vivo, combinando la historia con su nuevo propósito.
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