Naufragio en la bahía de La
Habana
BBC - domingo, 13 de julio
de 2014
Tic, tic, tic, tiiiic. Radio
Reloj da la hora. 8:16 minutos. Zozobró
embarcación robada por elementos antisociales. En la madrugada de hoy,
elementos antisociales sustrajeron por la fuerza una embarcación del puerto de
La Habana con el fin de abandonar ilegalmente el país.
En su huida la embarcación
zozobró aproximadamente a siete millas de la costa. El incidente continúa
siendo investigado por las autoridades competentes.
Así informó la radio cubana por
primera vez del hundimiento del remolcador 13 de Marzo y la muerte de 41 de sus
ocupantes cuando intentaban salir ilegalmente del país.
A 20 años del suceso, BBC Mundo
reproduce el testimonio de un sobreviviente, Sergio Perodín, quien vio morir a
su esposa y su hijo aquel día, y de Jorge García, quien también perdió un hijo
y otros 13 miembros de su familia, para conocer sus recuerdos sobre uno de los
episodios más oscuros de la migración ilegal de cubanos hacia Estados Unidos.
Jorge García no había podido
conciliar el sueño en toda la noche. Llevaban más de tres meses preparando la
salida y era el día esperado: 13 de julio de 1994.
La partida se había pospuesto
tres veces por diversas razones, por lo que la noche del 12 de julio estaban
todos con una mezcla de ansiedad y expectativa. Finalmente emprenderían el
viaje rumbo a aguas de Florida, Estados Unidos.
El cuñado de García, Fidencio
Ramel Prieto Hernández era el líder de la expedición. Tenía unos 51 años, era
de origen campesino, estatura media, cara redonda y gafas cuadradas.
Además de ser el jefe de
operaciones del puerto de La Habana, Prieto era el secretario del Partido
Comunista. Esos dos cargos le concedían una autoridad suficiente como para
moverse con total libertad por el puerto sin ser cuestionado, y le daban acceso
privilegiado a la información de las operaciones portuarias.
Era el día perfecto para la
salida. El mar estaría en calma en todo el estrecho de la Florida, según el
parte meteorológico que estudiaban hacía semanas. Con poco viento y un motor de
1500 caballos de fuerza, estarían en los cayos de Florida para la hora de la
cena.
En total viajarían 72 personas.
Para evitar filtraciones de información a la policía, habían dividido a los
viajeros en grupos. Solo los cuatro jefes de grupos sabían el día de la salida
y el lugar. Las madres les habían dicho a los niños que iban a acampar.
"Esa noche un grupo se
reunió en mi casa y de ahí salieron a encontrarse con los otros en la terminal
del puerto de La Habana, donde estaba la embarcación 13 de Marzo, un remolcador
industrial de 25 metros de largo", recuerda García.
"Prieto se había encargado
de revisarla minuciosamente, probarla en travesías de trabajo, ponerle casco y
motor nuevos. Él tenía todas las llaves necesarias incluyendo las del timón y
el motor del remolcador, por lo que no fue necesario usar la fuerza en ninguna
instalación, ni en ninguna persona. Los siete tripulantes que trabajaban
habitualmente en la embarcación se habían sumado a la fuga".
A la 01:30 am ya no quedaba nadie
en casa de García. Aunque no irían en la travesía, ni él ni su mujer pudieron
conciliar el sueño. Sabían que los riesgos podían crecer sin previo aviso y
convertirse en letales.
Pero casi todos los mayores de
edad enlistados estaban con muy buen espíritu. La embarcación, a diferencia de
las balsas caseras utilizadas frecuentemente por los cubanos para escapar a
Miami, era segura.
La salida
Sergio Perodín, uno de los jefes
de grupo y sobreviviente de la tragedia, le cuenta a BBC Mundo que alrededor de
las 3:00 am ya estaban los 72 viajeros a bordo del remolcador 13 de Marzo.
"La zarpada fue a unos 300
metros de la capitanía del puerto de La Habana. Con el motor a muy bajas revoluciones,
decidieron alejarse al máximo de capitanía y bordear la bahía".
Pronto se dieron cuenta de que
estaba siendo seguido por dos embarcaciones modelo Polargo, remolcadores de
fabricación holandesa y casco de acero, habilitados para apagar fuegos con sendos
cañones de agua salada a presión.
Según los relatos, las Polargo le
hacen señas al 13 de Marzo en un par de ocasiones con sus potentes luces, pero
el remolcador acelera y por momentos se aleja de las naves que tratan de
impedir que siga su rumbo hacia aguas internacionales.
Perodín cuenta que a la altura
del Castillo del Morro –la entrada de la bahía de La Habana- las embarcaciones
que los persiguen comienzan a disparar sus potentes ráfagas de agua arrasando
todo lo que encuentran en cubierta.
Los sobrevivientes cuentan que
algunas mujeres deciden salir con sus hijos en brazos para alertar a las
Polargo de las consecuencias de sus acciones, pero los chorros se aceleran y la
presión del agua lanza a algunos al mar.
"Poco después, otra nave
Polargo se suma y comienzan a embestir a la 13 de Marzo provocando una ruptura
en el casco del remolcador, que era de madera", recuerda Perodín.
"La embestida por popa deja
una grieta por donde el barco empieza a hacer agua. Algunos de los niños y
adultos que se encontraban en la sala de máquinas mueren en ese momento
atrapados entre la entrada del mar y las máquinas del remolcador".
"Una vez lanzados al mar y
el 13 de Marzo totalmente hundido, comienzan a salir a flote fragmentos del
barco como pedazos de madera y una nevera industrial con aire atrapado en su
interior. De la nevera se agarraron un grupo de sobrevivientes, afirma Perodín
enconversación con BBC Mundo.
"Las tres naves Polargo, con
sus motores a máxima revolución, montaron un cerco alrededor de los sobrevivientes
creando remolinos de agua", agrega.
En un momento apagaron motores y
abrieron paso a una embarcación militar de las tropas Guardafronteras para que
recogiera a los náufragos, a la vez que un buque de bandera griega entraba al
puerto de La Habana y pasaba a menos de una milla del incidente.
Mala señal
Alrededor de las 06:00 a.m. del
13 de julio, Jorge García, sin poder pegar un ojo durante toda la noche, se
levanta de la cama para hacerse un café y como cada mañana casi de forma
automática, sintoniza Radio Reloj.
En ese momento escucha que
"en la madrugada de hoy, elementos antisociales sustrajeron por la fuerza
del puerto de La Habana una embarcación con el fin de abandonar ilegalmente el
país".
Todas las alarmas se dispararon,
la cabeza le dio mil vueltas y su mujer, parada en la cocina al lado de él,
tuvo que sentarse porque las piernas no le servían para sostenerla.
"Cálmate flaca, que en el
puerto se roban constantemente embarcaciones para fugarse del país", dijo
tratando de controlarse él también. "¿No escuchas que dijeron que la nave
fue robada a la fuerza? No puede ser la nuestra."
Hacía pocas semanas se habían
robado la Polargo 5 para desviarla a Estados Unidos, y los tripulantes habían llegado
sin problemas. Poco después, la nave fue retornada al gobierno cubano por su
capitán, quien alegó que había sido desviado a Florida por la fuerza.
Jorge recuerda que a mediodía
llegaron a su casa dos autos de la seguridad del Estado con militares de alto
rango. De la puerta trasera salió su hija mayor María Victoria García Suárez.
María Victoria lucía como si un
motor se la hubiese tragado y escupido, afirma Jorge. "Tenía el pelo
impregnado en grasa negra industrial, la ropa destrozada y llena de moretones
por todo el cuerpo".
El militar les comunicó que
"un número indeterminado de tu familia ha perecido en un trágico
accidente".
"Yo pensé que el mundo se me
acababa", recuerda Jorge en conversación con BBC Mundo en Miami, donde
vive actualmente.
Los militares abandonaron
inmediatamente la casa. "Y ahí empezó el gran calvario", recuerda
Jorge.
Jorge, aún en estado de shock y
sin tiempo para poder procesar los hechos, le preguntó a María Victoria:
"¿Dónde está Joel?"
María Victoria respondió: "No papa, no".
"¿Dónde está Juan Mario? -
"No papa, no".
"¿Dónde está Eddy? -
"No papa, no".
"¿Dónde está Estrella?
-"No papa, no".
"Todos están muertos, papa, nos
hundieron. Son unos asesinos", respondió María Victoria y se echó a
llorar.
De 17 miembros de la familia de
García que intentaron salir de Cuba ese día sobrevivieron solo tres: su hija y
dos sobrinos hijos de Ramel.
En total 41 cubanos murieron
aquel día, 10 de ellos menores de edad. 31 personas sobrevivieron.
"Piratería irresponsable"
Los hechos que ocurrieron aquella
madrugada en la bahía de La Habana nunca han sido esclarecidos del todo por el
gobierno cubano.
Al día siguiente, el diario
oficial Granma informó que "había zozobrado un remolcador robado por
elementos antisociales y que salieron con vida 31 personas: 20 hombres, 5
mujeres y 6 menores de edad, existiendo un número indeterminado de
desaparecidos".
La prensa oficial calificó lo
ocurrido como un "irresponsable hecho de piratería promovido los elementos
más reaccionarios de Miami" y anunciaron una investigación.
Días después el periódico Tribuna
de la Habana informó que el naufragio fue el resultado de un lamentable
accidente al producirse una colisión. Se dijo además que el remolcador robado
tenía una avería por donde entraba agua.
Años después, el entonces presidente cubano
Fidel Castro habló de los hechos con el periodista Ignacio Ramonet en su libro
Biografía a dos voces.
Castro contó que los remolcadores
que persiguieron al 13 de Marzo iban tripulados por trabajadores del puerto y
que lo hicieron "por su cuenta, sin comunicarse con nadie".
"Era una noche oscura con
olas. ¿Qué hicieron aquellos tripulantes? Se ponen a maniobrar para hacer que
el otro regrese. Se ubica uno delante y el otro detrás y en esa situación se
produce un accidente: el que va detrás, un remolcador metálico, está muy cerca
y en un momento dado el oleaje provoca un choque accidental con el viejo
remolcador de madera. La colisión abre una brecha en el barco secuestrado –iban
más de 60 personas-, la embarcación comienza a hacer agua y empieza a caer
gente al mar", cuenta Castro.
En 1995, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (CIDH) abrió un caso por las
denuncias recibidas de parte de sobrevivientes de la tragedia y grupos de
derechos humanos.
El Gobierno de Cuba remitió a la
CIDH copia de la intervención de Castro ante medios de comunicación cubanos del
5 de agosto de 1994, en la que refiere al caso.
Al día de hoy, los familiares
aseguran que los cuerpos de los ahogados nunca les fueron entregados. Jamás se
publicó en Cuba ninguna investigación independiente sobre el hundimiento del
remolcador 13 de Marzo y aunque Fidel Castro admitió públicamente que los
autores de la tragedia no tenían ni órdenes ni jurisdicción para sus acciones,
jamás han respondido ante la justicia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario