Silicon Valley: peligros y
promesas
Forbes - viernes, 4 de
julio de 2014
Silicon Valley es más que un
lugar físico. Es una idea que representa la innovación, entendida como formas
alternativas de lidiar con problemas.
¿Qué es lo primero que piensas
cuando escuchas de innovación digital? Quizás en Silicon Valley, al sur de la
bahía de San Francisco, donde se crearon importantes compañías y se
fortalecieron grandes figuras del emprendimiento tecnológico. Es un espacio
geográfico que concentra talento, dinamismo, oportunidades, inteligencia y
recibe miles de millones de dólares (mdd) en inversión de capital de riesgo.
Pero ahí también existe una nueva tendencia hacia el emprendimiento banal:
proyectos ligeros, intrascendentes y sin un impacto verdadero.
Ahora que México está
desarrollando un efervescente ecosistema emprendedor, estamos en riesgo de
copiar el modelo de emprendimiento banal de Silicon Valley. Representa un
camino más fácil para los emprendedores porque no requiere resultados
concretos. Por otro lado es seductor, inmediato, práctico y brutalmente
atractivo para los medios de comunicación. Valora la fama y una aparente
capacidad para generar ganancias, aunque el producto no implique un progreso
real.
Recientemente en México ha habido
cambios estructurales que promueven la creación y el desarrollo de empresas. El
optimismo permea el terreno de la innovación. Primero, por las condiciones
macroeconómicas favorables. Segundo, por el boom demográfico. México es un país
de jóvenes y la mayoría de la población está en edad laboral. Tercero, porque
hay una ola de iniciativas públicas y privadas que busca impulsar la
innovación. En el nuevo marco de política pública se puede detectar una serie
de medidas que fomentan el emprendimiento.
Ante esta ventana de oportunidad,
la tecnología debe estar al servicio de la humanidad. La cultura tecnológica es
una fascinación, sobre todo para las nuevas generaciones, pero ¿por qué no
obsesionarse con la verdadera innovación?, la que resuelve efectivamente
problemas, mejora las dificultades habituales, cambia la manera en que
interactuamos con nuestro entorno y llevamos a cabo actos cotidianos. Puedo
pensar en múltiples factores que afectan de manera negativa la realidad
mexicana: desigualdad de oportunidades, tráfico, contaminación, obesidad,
diabetes, desempleo, inseguridad, corrupción.
México necesita mentes
brillantes, nacionales e internacionales, que desarrollen nuevas soluciones a
estos problemas, y el ecosistema debe estar preparado para recibirlos e
impulsarlos.
Bill Gates comentó en una
entrevista que si la mitad de las nuevas empresas de Silicon Valley son tontas,
esto no representa un riesgo para el mercado. En México no debemos permitir que
este 50% sea el que ejerza influencia en el ecosistema. ¿Qué podemos hacer las
personas e instituciones involucradas en el sector emprendedor para evitarlo?
Primero que nada hay que actuar con seriedad, definir funciones claras entre
los actores y llamar las cosas por su nombre.
Una plataforma digital no es lo
mismo que un fondo de inversión; una landing page no es una empresa y una
intención no es una realidad. La coordinación y cooperación entre los actores
activa el ecosistema y crea espacios dinámicos para la vinculación, pero no
perdamos la energía que trae la competencia por la postura de la colaboración.
El énfasis no debe estar solamente en resultados inmediatos.
La mayor oportunidad de mercado
consiste en resolver los grandes problemas de nuestro entorno y atender las
necesidades no satisfechas de la sociedad. El marco del ecosistema debe estar
más apegado a la realidad mexicana. Comencemos por cambiar México; del mundo
nos ocupamos después. Imaginar no es suficiente. Los emprendedores no solamente
deben pensar en grande, sino también en cómo hacer que suceda. Ahí está el
reto.
El emprendimiento impulsa el
progreso. Innovación no es frivolidad, es creatividad en una de sus expresiones
más puras y utilitarias. Innovar no es crear respuestas; es la respuesta. La
creación de empresas innovadoras es una manera de acelerar el crecimiento
económico de un país, generar empleo, satisfacer necesidades sociales, fomentar
la movilidad social y resolver problemas no atendidos.
Silicon Valley es más que un
lugar físico. Es una idea que representa la innovación, entendida como formas
alternativas de lidiar con problemas. De Silicon Valley tenemos que adoptar la
actitud progresista, el optimismo, la pasión, la ebullición de nuevas ideas, la
posibilidad de sobrepasar límites y crear lo inimaginable y la intención de
resolver problemas reales, no sólo inquietudes frívolas. Tal vez este proceso
sea más lento y complicado, pero definitivamente los resultados serán más
útiles y trascendentes.
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