Internet: dualidad incomprensible
Forbes México - julio de
2014
Es incomprensible para los padres
ver a sus hijos pegados al celular, e incomprensible para los hijos ver a sus
padres incapaces de usar ese aparato.
Sin él no podemos vivir. Su
ausencia nos genera un estrés incomprensible. Es parte de todos los ámbitos de
nuestra vida. Difícilmente escapas de él. Escuchas y se discute sobre él, y
todo gira a su alrededor. Dependiendo de nuestra edad, sexo, origen y nivel
socioeconómico, su presencia es variable; sin embargo, se ha vuelto
imprescindible, convirtiéndose en un factor clave de esta era. No, no es algo
metafísico. Es intangible, sí, pero genuinamente se hace presente en diferentes
ámbitos; sus usos y aplicaciones nos rebasan. No puede pasar inadvertido, si
bien tiene detractores; quizá eso lo haga más fuerte. Finalmente, se sigue y se
seguirá hablando de él. Seguramente lo conoces de cerca. Sobra decir su nombre,
pero no pequemos de sabios y hablemos, pues, de Internet.
Dependientes o no, sabemos de su
existencia y su poderío. No por nada se dice que vivimos en la era de la
información, no por nada su llegada generó una serie de cambios que dejó atrás
a la revolución industrial, para dar paso a una era que no terminará, sino que
evolucionará hacia un futuro incierto pero revolucionado, informado y
conectado: la revolución tecnológica.
Es difícil citar ahora mismo una
cifra de usuarios de Internet a nivel mundial. Este número se modifica segundo
a segundo, según Internet Live Stats. El aproximado indica un total de
2,937,507,788 de usuarios, y contando.
La dualidad de Internet: ¿arma de
dos filos?
Dualidad se refiere a la reunión
de dos características distintas en una sola cosa. Internet posee esa cualidad,
pues así como tiene una serie de beneficios, a la vez conlleva una discusión
sobre la cantidad de información negativa o mal informada que contiene en su
ADN.
Una de las discusiones a su
alrededor la atribuyo a la brecha generacional. Es incomprensible para los
padres ver a sus hijos pegados al celular, e incomprensible para los hijos ver
a sus padres incapaces de usar ese aparato. La cantidad de información y el
fácil acceso a ésta es otro tema a discutir; desgraciadamente, en la web
encontramos desde una enciclopedia hasta redes de pornografía. Su dualidad
también alcanza a los gobiernos, que discuten sobre su regulación y la
privacidad… ¿aún existe?
Veamos el otro lado de la moneda
y observemos un mundo conectado y sin fronteras; miremos las alternativas para
la educación, gobierno electrónico y progreso económico; revisemos los nuevos
modelos de negocios basados en Internet, y aprovechemos que vivimos en la
sociedad del conocimiento.
¿Quién tiene el poder?
La dualidad de Internet es, en
efecto, un arma de doble filo, pero a pesar del poder de dicho medio, tenemos a
nuestro favor el libre albedrío, la creatividad y la innovación. Sumemos,
además, la ola de jóvenes (generación Y) nacidos a la par de los detonantes
tecnológicos, que apuntan a ser los agentes de cambio a nivel mundial.
Niel Postman, sociólogo
estadounidense y alumno del visionario de la sociedad de la información Marshal
McLuhan, afirma acertadamente que la tecnología da, pero que también quita: la
dualidad de Internet en toda su extensión.
El sociólogo explica que ante
cualquier beneficio que nos ofrece Internet, existirá de por medio una
desventaja. Sería idílico y hasta optimista pensar que el universo de
posibilidades que ofrece esta red mundial implique sólo beneficios. Internet
es, en efecto, un arma de doble filo. Es tan poderoso, real, infinito y
dominante a la vez, que se le debe tratar con respeto.
Descubramos en este espacio todo
lo que nos ofrece este mundo conectado en el que nos tocó vivir. Elije si tú
tienes el poder o la red lo tiene sobre ti.
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