‘Días de gracia’: Adriana Bello
Forbes - miércoles, 2 de
julio de 2014
Queridos lectores, esta semana
les platicaré la historia de Adriana Bello, productora ejecutiva de Días de
gracia, la primera película mexicana en llegar a la Selección Oficial de Cannes
en 2011.
Abriendo brecha…
Adriana nunca fue la niña de las
muñecas, pero siempre quiso ser mamá. Su mamá fue la primera en empujarla a
abrir camino y buscar la felicidad. La única manera: trabajar duro por lo que
uno quiere.
Comenzó la Licenciatura de
Relaciones Internacionales en la Universidad Iberoamericana, hecho que nunca le
agradó, aunque tenía las aptitudes. A los 19 años y en el quinto semestre de la
carrera, ocurrió un hecho que marcaría su vida: decidió mudarse a Estados
Unidos para terminar su licenciatura, ahora como periodista.
En sus tiempos libres, a los 20
años, escribía sobre cine en un periódico local y en una revista que se llamaba
Valiente. Ahí fue que su conexión con el cine comenzó a hacerse más tangible, aunque
era un amor que tenía desde los 10 años de edad.
Adriana se casó con un mexicano a
los 22 años en Estados Unidos, con lo que su visa cambió a Turista y que no
pudiera laborar. Así que para no perder el tiempo decidió hacer voluntariado en
el museo de ciencias de Dallas, Texas. Ella era quien daba el tour a los niños.
Sin embargo, su hiperactividad era demasiada, por lo que tuvo la gran idea de
proponerle a la dueña del museo hacer bilingües los contenidos, idea que se
pudo realizar, y hoy, a 10 años de distancia, aún se puede escuchar su voz en
algunos contenidos interactivos del museo.
Una coincidencia en el
supermercado…
Adriana se encontraba en el
proceso del trámite de divorcio con su esposo, tiempo en el que no lo pasaba
muy bien. Un día estaba en el supermercado con sus dos hijos cuando vio al
productor de cine Guillermo Arriaga –ella seguía siendo fan del cine–, así que,
sin pena, se acercó a él para felicitarlo por sus películas, y él respondió:
eres una persona que tienes mucho pero que estás muerta en vida, y es una
tristeza ver eso. Intercambiaron teléfonos, comenzó una amistad muy estrecha,
Guillermo le prometió no dejarla caer, que le daría trabajo en su productora.
Un día, Adriana le habló a
Guillermo por teléfono, y él sólo respondió: “Voy a hacer una película. Cuando
regrese, te aviso.”
Fue lo mejor que le pudo haber
pasado. Juntó varios artículos de cuando trabajó en el periódico y en la
revista, y le llamó mucho la atención lo que escribió sobre una cinta mexicana:
Tlatelolco. Comenzó a buscar a Everardo Gout, el director de Días de Gracia,
durante seis meses.
Días de gracia
En ese momento, Adriana y
Everardo ya compartían oficina en la casa de Luis Buñuel, padrino de Everardo.
Un día habló a su oficina y del conmutador se escuchó: “Para Días de gracia,
marque 1.” Adriana le preguntó a Everardo que de qué trataba Días de gracia.
Pasó mucho tiempo para que él le dijera que era la película que estaba
haciendo, y después de un largo tiempo, Everardo le enseñó el guión de la
película, y entonces Adriana decidió involucrar su propia historia con la de la
película.
Adriana logró conseguir en tres
días una pequeña parte de los fondos para la película, y Everardo no podía
creer que él llevaba tres años tratando de conseguirlos. Fue entonces que
Everardo le pidió que fuera la productora ejecutiva de Días de gracia.
En tres días buscó a medio México
para saber cómo se producía cine; ¡no sabía pero se aventó! Fue cuando platicó
con Mónica Lozano, quien le confirmó que lo que estaba haciendo era producir
cine. Esto fue un noviembre de 2007; para marzo de 2008 ya estaba todo el
dinero.
El costo total de la película
fueron 50 millones de pesos: 35 millones de capital mexicano y 15 millones de
capital francés. Comenzaron a filmar en mayo de 2008, exhibieron en salas y fue
Selección de Cannes hasta 2011.
Ella trabajaba como directora de
División de Cine y Marketing de Quality cuando le hablaron para decirle que su
película se iba a Cannes, hecho que no podía creer, y que tampoco pudo
festejar, porque comenzó a accionar para buscar apoyos para poder llevar a
todos a Cannes, con la premisa de que allá festejarían.
Adriana ha organizado festivales
de cortos y de cine, ha producido televisión y cine, y muy pronto la veremos
produciendo comedia en coproducción con Eugenio Derbez.
6 lecciones de Adriana
1) Nunca te tomes el tiempo para
preguntarte si quieres o no ser un emprendedor; sólo hazlo. Es el momento de
aprovechar lo que la vida te da, de intentar, de hacer algo padre.
2) Aviéntate: el “no” siempre lo
vas a tener. En todas las situaciones ahí está. Siempre es: ve y busca el sí,
pase lo que pase. Aprende a no tener miedo; sentir miedo es únicamente un
momento de: ¡cuidado!
3) Equivócate mil veces, diario.
Entre más te equivoques, más vas aprender. No hay fórmula. No importa cuántas
veces lo hagas mal; en un momento lo harás bien.
4) Ser fiel con lo que sientes.
Lo más débil es darte por vencido porque crees que no se puede.
5) Cambia como va pasando el
tiempo: siempre debes tener metas; cuando llegas, ya tienes otra. Nunca
termines, no voltees; al paso del tiempo te darás cuenta que no eres el mismo y
cuán lejos has llegado.
6) Aprende a pedir ayuda; nadie
llega sólo. Trabaja arduo por lo que quieres.
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