La economía de Brasil: ¿ganadora
del Mundial 2014?
BBC - lunes, 14 de julio de
2014
El fantasma del 7 a 1 contra
Alemania perseguirá durante mucho tiempo a los brasileños, pero el Mundial no
será solo este mal recuerdo: también tendrá un beneficio económico para el
país, que algunos ponen en duda.
¿Será la resaca económica mayor
que la futbolística o, por el contrario, serán los beneficios a largo plazo un
consuelo para una derrota apabullante?
Según la aseguradora Euler Hermes
la Copa del Mundo añadirá un 0,2% al crecimiento del Producto Interno Bruto
(PIB) brasileño y un 0,5% al de la inflación.
"Las modestas ganancias que
tiene para el PIB (Producto Bruto Interno) están neutralizadas por la presión
inflacionaria. Productos importados necesarios para la infraestructura como
vidrio, plástico y cemento salieron más caros por el proteccionismo económico
brasileño. Lo mismo sucedió con televisores y otros productos de consumo
masivo", le dijo a la BBC Mundo Ludovric Subran, economista jefe de la
firma aseguradora Euler Hermes.
En cambio, la consultora
internacional Ernst and Young, predice un impacto económico que multiplicará
por cinco la inversión realizada.
"Nuestro cálculo es que
habrá un efecto cascada en toda la economía brasileña. A la inversión en
infraestructura que comenzó en 2010 y continuará después de la Copa del Mundo
hay que añadir el impacto en el consumo, la recaudación impositiva y los
negocios que se hacen y se harán gracias al Mundial", le indicó a BBC
Mundo el director de mercados estratégicos de Ernst & Young Marcos Nicolas.
Inversión en infraestructura
Cuando Brasil fue seleccionada
sede en 2007, presentó un informe a la Federación Internacional del Fútbol, la
FIFA, en el que calculó un gasto de US$1.100 millones en infraestructura
deportiva.
Sólo en este rubro la suma
gastada en 12 estadios se disparó a US$3.300 millones. El total del gasto de la
Copa del Mundo trepó a más de US$11.000 millones, el más alto de la historia.
En Sudáfrica 2010 se gastaron
US$6.000 millones; en Alemania, sede del Mundial de 2006, unos US$2.000
millones; en Francia 98 y Estados Unidos 94, menos de US$1.000 millones.
Con ocho años de distancia del
evento, el Instituto Alemán de Investigación Económica de Berlín (DIW, por sus
siglas en alemán) cree que el impacto económico de la Copa del Mundo de 2006 (y
el de Brasil ahora) fue nulo.
"En nuestros estudios no
encontramos un impacto medible en Alemania. Y acabamos de hacer un estudio
sobre Brasil con el mismo resultado. Pensamos que todo ese dinero habría estado
mejor invertido en capital humano que en estadios", le comentó a BBC Mundo
Karl Brenke, del DIW.
Parte del problema es que medir
los costos es relativamente fácil: mucho más complicado es cuantificar los
beneficios.
Según Peter Grant, especialista
en economía y deportes de la Cass Business School de Londres, esta diferencia
vuelve altamente hipotética la evaluación de relación costo-beneficio.
"El impacto del turismo y el
consumo añadido son difíciles de medir. La generación de infraestructura
depende del uso que se le va a dar. Y hay otros factores como el prestigio
ganado y la exposición de un país que se vuelve más conocido para todo un
planeta. ¿Tiene esto un beneficio contable concreto?", le dijo a BBC
Mundo.
Los elefantes blancos
La construcción de estadios tiene
un efecto estimulador "keynesiano": genera empleo que se vuelca al
consumo funcionando como un activador económico.
En algunos casos, estadios como
el Maracaná en Río de Janeiro tendrán vida propia después del Mundial, pero es
difícil ver ese uso para los US$300 millones que se gastaron en el estadio de
la fascinante ciudad norteña de Manaos, con capacidad para 40.000 espectadores.
Con un promedio de 1.500
espectadores para los partidos locales, es posible que el estadio termine
siendo el costosísimo escaparate vacío de una fiesta muy breve.
Según el periodista y escritor
brasileño Flavio Aguiar, Brasil tiene una estrategia para evitar que estos
estadios terminen siendo elefantes blancos.
"Se ha transformado a los
estadios de fútbol en arenas que prolongarán su vida útil más allá del mundial.
Esto es fundamental. Una 'arena' es un espacio multiuso que puede ser utilizado
para otros deportes, para shows, convenciones, etc.", le dijo a BBC Mundo.
Ejemplo de este concepto es el
Mané Garrincha de Brasilia, que en sus 36 años de existencia recibió 340 mil
espectadores y en los seis meses desde que fue transformado en arena fue sede
de 27 megaeventos con una asistencia de 640.000 espectadores.
Otros analistas predicen un
futuro de luces y sombras."Es muy difícil convertir estos estadios en
exitosos centros de eventos porque necesitan una clientela permanente, como la
que puede dar el fútbol, para justificar no solo el costo de la obra sino
también el mantenimiento que requieren", señaló Grant.
El turismo y la actividad
económica
La estimación oficial es que unos
600.000 extranjeros vinieron a Brasil para el Mundial. A esto se suma el
turismo interno de alrededor de 1,3 millones de brasileños que fueron a las
distintas sedes a seguir los partidos.
Según le indicó a BBC Mundo
Claudia Sanz, de la Oficina de Turismo de Brasil, el gasto estimado total fue
de 6.690.000.000 reales: aproximadamente la mitad en dólares, poco más de
US$3.000 millones.
Este gasto se concentró en
hoteles, alquiler de apartamentos y autos, transportes, bares, pubs,
restaurantes y discotecas.
Los bares fueron grandes
ganadores de la Copa del Mundo.
"Antes del evento estábamos
preocupados porque por la cobertura mediática parecía que los estadios se iban
a caer y correría sangre por las calles. Nada de eso sucedió y en los bares
tuvimos un aumento de la actividad de 30%, comparable a lo que pasa a fin de
año", señaló Percival Maricato, de la Asociación Brasileña de Bares y
Restaurantes.
El cálculo es que facturará unos
12.000 millones de reales (US$ 5,4 mil millones), tres mil millones más que en
el mismo mes el año pasado.
El turismo limítrofe fue
particularmente importante para este aumento del consumo. La estimación del
Ministerio de Turismo sobre las visitas a San Pablo en la primera fase del
torneo mostró que, de los 121 mil extranjeros, Argentina encabezaba la tabla
con un 31,71%, seguido por Chile (17,7%), Uruguay (8,01%) y Colombia (5,05%),
seguidos luego por Estados Unidos e Inglaterra (4,18% cada uno), Holanda
(3,48%) y México (2,61%).
A diferencia de países más
alejados geográfica y culturalmente, este es un turismo con altas posibilidades
de volver al país y ser un propalador de Brasil como destino.
"El impacto de una Copa del
Mundo es diferente al de unos juegos olímpicos porque al realizarse en
distintas partes de un país tiene un alcance mucho más grande. En una nación
gigantesca como Brasil ha servido para poner en el mapa turístico mundial a
regiones desconocidas", señaló Grant.
Cálculo final
Desde ya, no todos se
beneficiaron. Entre los perdedores se encuentra la actividad industrial que
sufrió el impacto –todavía no cuantificado– de los feriados y la
"distracción" que produjo el Mundial.
El cálculo final tardará en
hacerse porque está compuesto de una masa muy diversificada de datos tanto de
corto como largo plazo que alimentarán el debate durante años.
La estatal Agencia de Promoción
de Exportaciones (ApexBrasil) estimó que podría cerrar negocios de exportación
e inversión extranjeros por unos US$9.000 millones con los 2.300 ejecutivos
invitados por compañías brasileñas para el evento con entradas para ver
partidos en cinco sedes: Brasilia, Sao Paulo, Río de Janeiro, Fortaleza y Belo
Horizonte.
El turismo interno brasileño y el
aumento del consumo son otros factores que solo podrán conocerse cuando vengan
las mediciones oficiales de actividad económica a fines de julio y que
igualmente deberán ser ponderados en relación a otras variables.
Según el economista jefe de Euler
Hermes, Ludovric Subran, el efecto positivo a largo plazo se deberá más a las
reformas que Brasil se verá obligado a hacer que al impacto sobre el
crecimiento.
"El Mundial ha servido como
señal de alarma que ha puesto el foco en cosas que no andaban. La necesidad de
una mayor y mejor inversión en servicios esenciales como el transporte, la
educación y la salud así como los estragos que puede causar el proteccionismo.
La presión para que el gobierno actúe en estos temas puede ser un efecto mucho
más duradero y económicamente importante", le comentó a BBC Mundo.
No es la opinión de Marcos
Nicolas, de Ernst and Young.
"Una cosa no quita la otra.
Las inversiones en salud, educación, etcétera tienen que hacerse, pero era
también importante toda esta inversión en infraestructura y esta proyección de
Brasil a nivel mundial", le dijo a BBC Mundo.
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