Alemania: la máquina que golea en
la economía
Forbes - lunes, 14 de julio
de 2014
Crisis económicas y guerras
mundiales derribaron a Alemania. Pero siempre se ha levantado, y con más
fuerza.
No sólo es la máquina teutona la
que se impone en la cancha de juego, pues en la economía también mete goles con
contundencia.
Pero no todo ha sido siempre
favorable para el país. Tuvo que superar la hiperinflación que siguió a la
Primera Guerra Mundial y la pérdida, en gran medida, de su aparato productivo
después de la Segunda Guerra Mundial, así como la deuda que se le impuso por
todos los daños que causó en el conflicto bélico, lo que le impidió haber
crecido. No obstante, supo jugar bien el partido para superar esos golpes y
llegar a ser la potencia económica en Europa.
¿Cuándo inició su racha ganadora?
Los caminos de Alemania en el
ámbito económico y futbolístico son paralelos. Inclusive podría decirse que el
milagro alemán se gestó el 4 de julio de 1954, en Berna, Suiza, cuando el
cuadro teutón venció a la entonces mítica selección húngara 3-2 en la final de
la Copa del Mundo. La hazaña fue mayúscula si se toma en cuenta que en la
primera ronda los húngaros aplastaron 8-3 a los germanos.
Al día siguiente de que Alemania
Federal se coronó campeón, el diario Der Spiegel reseñó: “Después de 2,000 años
de tomar el camino equivocado, los alemanes han descubierto el verdadero
destino de su existencia como nación.” El resto de la historia ya se conoce.
En el ámbito económico, Alemania
comenzó a cimentar su poderío una fría mañana de noviembre de 1967, cuando un
banquero llamado Karl Blessing clavó la primera piedra de lo que hoy es el
Bundesbank, el banco central de Alemania.
La historia cuenta que Blessing
empuñó el martillo y en cada golpe a la piedra gritó: “¡Trae fortuna y
beneficio al pueblo alemán!”, “¡Benditos sean los que entren y salgan de
aquí!”.
Hoy, la influencia del Bundesbank
sobre la política monetaria europea es tal que el Banco Central Europeo (BCE)
está situado en Frankfurt, la misma ciudad donde está el Buba, como también se
le conoce.
“No todos los alemanes creen en
Dios, pero todos creen en el Bundesbank”, dijo una vez Jacques Delors, ex
presidente de la Comisión Europea.
El país lleva la bandera como la
nación económicamente más grande de Europa, con un Producto Interno Bruto (PIB)
a precios de 2005 que asciende a 3,087 billones de dólares en 2012, según datos
del Banco Mundial, y que representa 21% de toda la economía de la Unión Europea.
Sus fortalezas
Su capitana, Angela Merkel, quien
se llevó el puesto número uno de la mujer más influyente en el mundo del
ranking elaborado por Forbes en 2014, lleva el rumbo de su economía.
Actualmente tiene la responsabilidad de sacar adelante a su país de la crisis
de deuda que impera en Europa.
El desempeño alemán tiene un
fuerte sustento en su mercado interno, en los avances tecnológicos y en la
calidad de sus productos. Además, su sector exportador, principalmente hacia
los otros países de la Unión Europea, opera como un impulsor de su desempeño,
con lo que su comercio llegó a representar 60.6% de su economía en 2012.
Este país no sólo se vale de los
factores externos para su crecimiento, sino que también ha sabido llevar a cabo
un crecimiento de largo plazo desde adentro, gracias a su capital humano que se
emplea en las industrias de producción y exportación de maquinaria, vehículos,
químicos y equipo para hogares. Esto ha llevado a Alemania a convertirse en el
país más representativo del continente y que le vale el título de máximo
goleador.
La tasa de desempleo alemana fue
de tan sólo 5.3% en 2013, mientras que la nación de Diego Armando Maradona
registró una tasa de desempleo de 7.1%.
Además, los teutones registraron
una inflación de 1.6% el año pasado, cuando en Argentina alcanzó 10.6%, de
acuerdo con datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En lo que respecta a su
competitividad, según una encuesta realizada por Ernst & Young, el país
actualmente es el favorito dentro de Europa para poder invertir, ya que tiene
un mercado interno que llama la atención a los empresarios para poder expandir
sus operaciones en ese lugar. Sin embargo, en el reporte Doing Business 2014,
realizado por el Banco Mundial, su situación no es tan favorable, ya que se
ubicó en la posición número 21 del ranking a nivel global, y en el octavo lugar
de los países europeos.
Alemania vs Argentina
Incluso, fuera del terren de
juego y antes de conocer el resultado de la final, la máquina teutona ya le
metió una goliza a la albiceleste en el campo económico.
Si hablamos en términos
económicos se podría decir que, como pasó en el campo: sin duda, Alemania
vencería a Argentina, incluso con una mayor diferencia de lo que hizo con
Brasil.
Si usamos una razón matemática de
cuánto representa el Producto Interno Bruto (PIB) alemán respecto al argentino,
la selección teutona se impondría 9-1 frente a su rival. Y es que la economía
argentina, a pesar de haber sido una potencia económica en los años cuarenta y
cincuenta, actualmente no tiene los fundamentales económicos con los que cuenta
Alemania.
Crisis inflacionarias y
cambiarias, desbalances en sus finanzas públicas, problemas con los acreedores
internacionales, disminución de las reservas internacionales, entre otros
males, han venido azotando al país sudamericano. Tampoco cuenta con figuras
como Merkel que puedan contrarrestar su situación y poder presentar mejores
resultados.
El mal manejo de la economía por
parte de Cristina Fernández y del banco central argentino ha hecho que el
ambiente para invertir en el país sea desfavorable, lo que desalienta a las
empresas extranjeras a expandir sus operaciones en ese país, impidiendo
aumentar sus componentes de demanda agregada e impulsar la producción
argentina.
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