Transparencia y honradez, guías
del director financiero
Forbes - lunes, 14 de julio
de 2014
En el seno familiar se nos enseña
a respetar los derechos y bienes de los demás, pero corresponde a las escuelas
reforzar valores como la transparencia y la honradez en los negocios.
Cuando estudié mi MBA,
recurrentemente sugerí a la institución en la que lo estudié que instituyera
una materia sobre ética en los negocios de manera permanente y continua,
preferentemente en las carreras económico-administrativas que en dicha
institución se impartían.
Es una clara necesidad que esta
ética y moral se necesita reforzar no sólo en las universidades sino desde
niveles elementales de educación, en el entendido de respetar lo que es de los
demás… “El respeto al derecho ajeno es la paz.”
Desde luego que en las
instituciones de enseñanza no se educa a los individuos; se les forma. La honradez
se adopta con el ejemplo y los valores aprendidos y vividos desde el seno
familiar, y es aquí donde se nos enseña a respetar los derechos y bienes de los
demás. Bien decía Winston Churchill, que “para tener buenos hijos, primero hay
que tener buenos padres”… Sin embargo corresponde a las instituciones de
enseñanza reforzar el tema de los valores, como la transparencia y la honradez
en los negocios.
Es continuo ver, leer y oír sobre
la existencia de distintos desfalcos, fraudes, desvíos de recursos tanto en
instituciones del sector privado como en el sector público. Hemos perdido la
capacidad de asombro ante las continuas noticias que sobre estos temas
escuchamos recurrentemente, y de hecho vemos como un tema normal el que un
servidor público pida una comisión por el negocio a aceptar (tema que
comentaremos en otra ocasión) o de plano haga ahorros propios de la
administración de recursos de terceros, es decir de nuestros impuestos. Pero
¿en que podemos contribuir para evitar esta “práctica nacional”?
1) El buen juez por su casa
empieza. Primero que nada, en la medida en que cada individuo desempeñe con
honradez su función, máxime tratándose de la administración de recursos
monetarios, como es el caso de los CFO, en esa medida estaremos bien con nosotros
mismos. Y seremos un ejemplo para el resto de la organización y de la sociedad.
2) Supervisión del buen uso de
los recursos asignados. El CFO debe asegurar, mediante procedimientos,
políticas y un buen sistema de control, que los recursos asignados a las
distintas áreas se estén empleando de manera transparente y competente.
3) Denunciar malas
administraciones y a los malos administradores. Es bien cierto que se necesita
valor para denunciar estos abusos. Pero cuando se tienen las pruebas
contundentes de ello, es un deber no sólo como ciudadano, o como funcionario de
la entidad en la que se labora, sino un deber consigomismo, el no permitir que
este tipo de prácticas continúen. En la medida en que se denuncie a este tipo
de defraudadores estaremos coadyuvando a tener una mejor sociedad.
4) La escuela como formador de
profesionistas honrados. Recuerdo que en la época que estudié la secundaria
teníamos una clase de Civismo, y en esa clase nos enseñaban, entre otras muchas
buenas cosas, a ser buenos ciudadanos, a respetar el derecho de los demás y,
por ende, a ser buenos individuos. Las instituciones de enseñanza elemental
deberían seguir impulsando este tipo de materias para formar individuos de
bien, y esta enseñanza reforzarse y recordarse a nivel universitario.
5) Si crees que te encontraste
algo… seguramente tiene dueño. Muchas veces creemos haber encontrado algún
objeto perdido y nos apresuramos a hacer planes sobre ese objeto sin pensar que
le pertenece a alguien. Lo mismo sucede en las empresas: no hay nada que no
tenga dueño.
6) “At last but not least”, e l CFO debe ser un
ejemplo de honradez y decencia en su función. En la medida en que el CFO sea un
ejemplo de transparencia, honradez y pulcritud en el manejo de los recursos que
le han sido encomendados para su administración habrá dado un paso muy
importante como ejemplo no sólo para sus colaboradores más cercanos sino para
el resto de la organización y, desde luego, como un buen ejemplo para la
sociedad.
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