Los niños dueños de su propia
empresa
BBC Mundo - martes, 8 de
julio de 2014
No es poco común para los altos
ejecutivos de las empresas de tecnología de California ocultar todas sus cartas
hasta que están absolutamente preparados para el lanzamiento de un producto. Se
llama "modo oculto".
Thomas Suárez es un ejemplo
típico en ese sentido. Trabaja en una impresora 3D pendiente de ser patentada
que, dice, opera diez veces más rápido que el modelo MakerBot que tiene en su
casa.
Pero en casi todo lo demás,
Thomas es cualquier cosa menos "típico". A los 15 años ya es un
empresario con cierta experiencia.
El adolescente juguetea con la
tecnología de impresión tridimensional, cuando no está en la escuela o
programando alguna aplicación para teléfonos inteligentes o las Google Glass
(que lleva siempre fuera de las clases).
También es el dueño de su propia
empresa, CarrotCorp, formada cuando hizo su primera app a los 11 años.
Su creación más popular hasta
ahora es "Bustin Jieber", un juego para teléfonos en que el usuario
le pega a la estrella de la música Justin Bieber hasta hacerlo gritar, todo con
el fondo de la música de la serie cómida de televisión Benny Hill.
"Mantenerme innovando"
Entre Hollywood y Silicon Valley,
California siempre ha celebrado lo juvenil y el emprendimiento. Cada vez más,
estas palabras coinciden en niños que fundan sus propias compañías.
Thomas también hace revisiones de
productos de tecnología para el Festival de Cine Tribeca y ya es una voz
popular en conferencias de tecnología.
¿Pero dirigir una compañía no es
demasiada presión para un joven adolescente?
"Hay algo que me hace querer
seguir adelante y mantenerme innovando", dice entre risas cuando se le
pregunta si no estaría mejor en la calle encaramándose a árboles o paseando en
bicicleta.
"Siento que mis intereses
siempre estarán en la tecnología. Tal vez deba salir más pero simplemente me
gusta esto".
Thomas es completamente
autodidacta cuando se trata de programación y negocios, aunque recibe la ayuda
de sus padres.
La Escuela Incubadora fomenta el
espíritu empresarial en jóvenes.
Él cree que es un error su escuela
y otras del sistema de educación pública de California no ofrezcan más cursos
de tecnología.
"Muchos chicos de mi edad
quieren aprender pero no hay donde ir porque las escuelas no enseñan
programación", afirma.
"En realidad es muy
frustrante. Para mí fue muy frustrante todavía no tener clases de programación
o tecnología en la escuela. Es algo que de verdad creo que deberíamos
tener".
Para ocupar ese nicho, empezó un
club de aplicaciones con algunos amigos afines que se pueden ayudar a crear
nuevos juegos y programas.
Innovación
En contraste, en la Escuela de
Incubación de Los Ángeles, convertirse en multimillonario es el objetivo de
muchos.
En clase, combinan la jerga de
las grandes corporaciones con la de los videojuegos. En lugar de graduarse,
"pasan de nivel". Discuten estrategias de mercados para el puesto de
limonada de la escuela.
Y en la escuela, empezar un
negocio no es solo algo que promueven, pronto será una asignatura obligatoria.
Los alumnos piensan en crear su
propia empresa.
"Es una escuela temática
sobre emprender que se enfoca en la innovación. Queremos que los chicos
empiecen sus empresas y consideramos que nosotros somos una, así que estamos
constantemente experimentando con nuestro producto, que es tratar de crear una
educación que los jóvenes de verdad quieran", dice Sujata Bhatt, fundadora
de la escuela y jefa de estudios.
La escuela tiene todo el aspecto
de las pequeñas compañías de Silicon Valley, con carteles motivacionales en las
paredes y portátiles y tabletas en las mesas. Sólo es diferente en quienes los
usan, adolescentes de 11 a 13 años.
La escuela también enseña a
trabajar en equipo.
Cuando preguntas a los alumnos de
esta escuela lo que quieren hacer cuando sean mayores, casi todos responden que
dirigir su propia compañía.
"En realidad pensamos mucho
en eso, lo que queremos en el futuro", dice Ehsan Varnous, de 11 años.
"Queremos tener nuestro
negocio. Antes podía que fuera hasta vendiendo galletas pero ahora es más 'qué
vas a hacer, cómo vas a conseguir la financiación'".
La Escuela Incubadora, un
programa piloto de la Escuela Unificada del Distrito de Los Ángeles, tiene sólo
un año.
Cuando le preguntas si le
preocupa crear estudiantes avaros o si son demasiado jóvenes para tanta
educación empresarial, Bhatt dice que la filosofía de la escuela es sembrar el
espíritu empresarial.
"Una de las cosas que
estamos explorando es el trabajo en equipo, donde estamos fomentando la
colaboración, estamos explorando la ética del compartir beneficios. El
emprendedurismo social es una forma importante de hacer dinero en los
negocios", dice.
La escuela es mucho más que sólo
enseñar a hacer dinero.
"Queremos chicos que miren
al mundo y digan: 'Estos son problemas que necesitan ser arreglados y las
herramientas que necesito para resolverlos y hacer del mundo un lugar
mejor?'".
Mientras muchos jóvenes de la
escuela tienen elevados sueños de ser el próximo Zuckerberg o Spielberg en el
mundo de la tecnología y el entretenmiento, Heidi Mendez, de 11 años, está ya
aplicando sus habilidades en el mundo real.
Heidi empezó diseñando el logo,
con unas tijeras hizo una artística "L" para el nombre de la empresa
de su madre, Lucy's Mobile Gooming, y le hizo una página en internet.
"Ya tengo dibujadas otras
ideas en la pizarra de mi casa, pero quería ponerlo en una web", dijo.
"Eso lo aprendí aquí".
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