A 20 años del asesinato del jugador
colombiano Andrés Escobar
Colprensa - miércoles, 2 de
julio de 2014
El 14 de junio de 2014 es una
fecha para recordar. La Selección Colombia regresaba a un mundial de fútbol
luego de 16 años de ausencia con un triunfo para la memoria de más de 45
millones de personas, donde jóvenes, viejos, hijos, padres, abuelos que han
sufrido derrotas y han celebrado las más agónicas victorias, vuelven a unirse
con una sola camiseta.
No es para menos. 16 años fuera de una
competencia en la que Colombia no ha sido el gran protagonista vuelven a
encender la ilusión de los colombianos, y a abrir las páginas de la historia
del fútbol nacional.
Una de esas páginas fue la Copa del Mundo de
Estados Unidos 1994, especial por muchas razones. El 5-0 a Argentina un año
atrás, 'el Pibe' Valderrama, Fredy Rincón, 'el Tren' Valencia, Faustino
Asprilla, Víctor Aristizábal y otros selectos nombres jugaron, e ilusionaron, a
sus compatriotas en aquella cita orbital.
Dirigida por Francisco Maturana y Hernán Darío
Gómez, Colombia era una de las favoritas a llevarse la Copa del Mundo, en la
que llegaba no solo con jugadores de renombre sino con un favoritismo por el
juego mostrado en la gira por Europa y por supuesto el triunfo al equipo de
Maradona.
Entre esos 22 jugadores había uno que será
recordado por un hecho que solo el fútbol tiene, y quizá el que lo sentenció en
su regreso a Colombia. Andrés Escobar, como lo relatan sus columnas escritas
para el diario El Tiempo, era el hombre con más ilusión cuya responsabilidad
era evitar disparos al arco.
El 19 de mayo de 1994, el ex defensor de
Atlético Nacional, talentoso por su juego limpio y por su claridad para salir
jugando con la pelota, comenzaba un efímero paso por la escritura con una
columna de opinión llamada 'La Selección por dentro'.
En las páginas del diario bogotano, Escobar
escribió 10 textos que se dividieron en dos: la ilusión de su participación en
el Mundial de ese año y lo que vino después de esa inesperada eliminación.
Allí, se le notó el entusiasmo, la alegría, el nerviosismo, el ánimo y la
tristeza, la desolación que produjo ese torneo.
Hijo de Darío Escobar y Beatriz Saldarriaga,
hermano de María Esther, José Darío, Juan Fernando y Santiago y el menor de ese
matrimonio era Andrés, el que los hinchas del verde de Antioquia y la Selección
Colombia recuerdan luego de 20 años de su muerte.
Victor Rosas, autor del libro 'El día que
murió el fútbol' en honor a Escobar, lo describe como una persona tranquila,
alegre, que le gustaba el fútbol y que callaba momentos de tristeza, pero que
siempre iba adelante.
Sobre las tres y media de la madrugada del 2
de julio de 1994, en la vía Las Palmas de Medellín, fue asesinado en el que es
quizá el acto más intolerante que haya conocido el deporte colombiano. Su
cuello y tórax recibieron la descarga completa de un revólver calibre 38.
Andrés yacía sin vida y el fútbol se vestía de negro.
“El mundo consternado rechazaba
con voz doliente el escalofriante episodio que segaba la vida de un caballero,
de un ser humano impecable, de un deportista intachable, de un hijo
ejemplar...”, relata el periodista Rosas en su libro.
Así se apagó la vida 20 años atrás uno de los
grandes hijos de Atlético Nacional, con quien ganó en tres años tres copas:
Copa Libertadores de América (1989), Copa Interamericana (1990) y el título del
Fútbol Colombiano (1991).
Para Santiago Escobar, el asesinato de su
hermano aún no se asimila por el dolor que significa el tratarse de una persona
que nunca estuvo metida en ninguna clase de problema. “Una persona tan buena
que se haya ido fue algo sorpresivo y lamentable, que uno no alcanza de
entender. Fue una tristeza profunda”, expresó Santiago.
EL AUTOGOL DEL 22 DE JUNIO
Este 22 de junio se cumplieron 20 años del
inesperado autogol de Andrés Escobar. La muerte del defensa número 2 se
relaciona con esa anotación, en la derrota ante Estados Unidos el 22 de junio
de 1994, con la que Colombia quedaría eliminada del Mundial.
Transcurría el minuto 33 del encuentro en el
estadio Rose Bowl de Los Ángeles (California). Escobar con su pierna derecha
trataba de rechazar un centro de un jugador americano, con tan mala fortuna que
el balón se desvió a su propia puerta, marcando la primera anotación para los
norteamericanos.
Ese autogol significó para Escobar, como él
mismo lo relató en su columna del 24 de junio “uno de los momentos más tristes
de mi vida. Casi no pude dormir por todas esas circunstancias que nos rodean y
aún más por lo que pasó en el partido contra Estados Unidos”.
Era notable la tristeza del
defensa. “Jamás esperé un hecho de esa índole, verse derrotado, liquidado, sin
poder reaccionar. Para mí es una pena mayor (…) nunca se me presentó como
aficionado ni como profesional y se presenta justamente en el momento más
importante para el fútbol colombiano”, agregó.
La Selección dirigida por el estratega
chocoano regresaría al país y los jugadores a unas vacaciones. Andrés fue a
Medellín para estar con su familia y en la madrugada del 2 de junio no volvería
a defender el arco verdolaga ni el de la tricolor.
“HAY QUE RECORDAR A ANDRÉS COMO
UN EJEMPLO”: SACHI
Santiago escobar, extécnico de Atlético
Nacional, recordó a Andrés como un 'caballero', con el que se ganó el apodo de
'El Caballero del Fútbol', y dijo que si su hermano estuviera vivo “sería el
hombre más feliz con los triunfos de la Selección”.
“Entre la riqueza más grande que
uno puede tener como ser humano está tener siempre a Dios y a la Familia. Mi
familia estaba conformada por mi padre, mi madre y cinco hermanos. Tuvimos una
infancia feliz donde tuvimos siempre el afecto y el amor de nuestros padres.
Ellos nos inculcaron los valores y principios por los que después de tantos
años se le reconoce a Andrés más como persona que como jugador”, dijo el 'Sachi'.
Así mismo dijo que Andrés se fue haciendo un
camino en el fútbol. “Era un niño que jugaba en las calles, en el colegio, y
fue llamado a la Selección Antioquia de donde salió para Nacional”, relata el
entrenador.
“Cuando yo me hago profesional él
me pregunta que si podía ser un día jugador profesional. Yo le dije que si
tomaba eso como una profesión seria, seguramente iba a tener la oportunidad de
mostrar sus condiciones futbolísticas”, contó Santiago, y añadió que “desde muy
joven mostró una clase y técnica impresionantes y un excelente manejo de su
pierna zurda. Jugaba como un hombre que a pesar de su juventud, en lo
futbolístico aparentaba muchos años y por eso llegó muy rápido a la Selección
Colombia”.
Cuando 'El Caballero' ganó la
Copa Libertadores de 1989 con Nacional, Santiago Jugaba en América. Así trajo a
su memoria ese momento: “Él tenía una emoción muy grande y toda su familia
estábamos muy felices. Esa fue una de las alegrías más grandes en su carrera
deportiva. Él disfrutó mucho de esa copa, era su sueño, y algo que tenía entre
ceja y ceja. Yo lo felicité. A él se le notaba esa felicidad y me dijo que se
quería ir al fútbol del exterior, era su sueño y al final se cumplió”.
Para Santiago su hermano fue un
profesional íntegro, un hombre que vivía para su profesión y que las 24 horas
estaba practicando fútbol. Su muerte marcó una tristeza y un hueco imborrable,
pero para él que Andrés sea el 'Caballero del Fútbol' se lo ganó por su
personalidad.
Hoy, 20 años después de su muerte dice recordarlo
con alegría y “con el orgullo de que dejó una huella. Creo que hay que
recordarlo así porque fue un hombre con alegría y que fue un ejemplo para todo
el país. Fue un ejemplo de rectitud, de transparencia y de valores que siempre
quiso darle alegría a todos los simpatizantes de la Selección. A Andrés hay que
recordarlo con alegría”, aseguró.
Finalmente fue seguro en afirmar que su
hermano menor sería la persona más feliz del mundo con los triunfos de la
Selección Colombia de José Pékerman en Brasil 2014. “Estaríamos en Brasil. Él
sería el hombre más feliz porque era un hombre que le hacía fuerza para que a
Colombia le fuera bien. Estaría como un hincha y sería un técnico de fútbol,
algo que siempre quiso ser”, concluyó.
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