Los nuevos problemas de la región emergente
Forbes - martes, 4 de noviembre de 2014
El club que empieza en México y termina en el
Cono Sur dejó de ser el más pobre del mundo, pero destaca por la mala
distribución del ingreso, su rezago educativo y baja productividad. Por eso
secretaria de la Cepal, Alicia Bárcena, llama a conectar las cadenas
productivas de la región.
Alicia Bárcena es de los pocos personajes a
nivel mundial que tiene una visión clara de las tendencias económicas y de
negocios que vienen, la capacidad de influir en los países a través de
políticas públicas o liderando proyectos regionales desde la Comisión Económica
para América Latina (Cepal).
Desde que tomó la dirección de este organismo
en 2008 hasta la fecha, mucho ha cambiado la realidad económica global y, por
supuesto, los mercados latinoamericanos no han sido la excepción. Los
principales cambios en el contexto regional vinieron dados por la crisis
económica que inició ese mismo año y que se postergó hasta 2010, pero también
por fenómenos poblacionales y disrupciones tecnológicas que han abonado a un
cambio de paradigmas en los modelos de negocios y de desarrollo.
Lo anterior se ha traducido en lo que Alicia
Bárcena llama “tiempos de enorme incertidumbre”, en que la volatilidad y los
cuestionamientos constantes de hacia dónde van las economías y cuál debe ser el
siguiente paso para América Latina, dominan la escena pública.
Dice Bárcena que los nuevos capitales que
lleguen a la región, a diferencia del pasado, hoy deben pasar por el filtro de
la sostenibilidad –la Cepal estima que de aumentar la temperatura 2.5 ºC
respecto al promedio histórico, los costos económicos del cambio climático se
ubicarían entre 1.5 y 5% del PIB latinoamericano.
Básicamente, las firmas trasnacionales que
lleguen a invertir tendrán que evidenciar que tienen bajas emisiones de
carbono. “El mundo se está preparando en esa dirección y hacia allá tenemos que
ir.” En la actualidad, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de la
región representan 9% del total global. Una proporción significativa de éstas
se debe al cambio de uso de suelo, la deforestación y la agricultura.
El próximo año se firmará el Pacto de Cambio
Climático a nivel mundial, y se prevé una nueva movilización de sectores
productivos hacia procesos, productos y servicios más eficientes, más
ecológicos y más sostenibles.
La funcionaria del organismo de la ONU conoce
como la palma de su mano de lo que carecen México y sus pares latinoamericanos.
Ha tenido como una de sus principales tareas liderar políticas públicas
estructurales a nivel regional, y desde Chile, donde se ubica la sede de la
Cepal, se ha desplazado decenas de veces a los países de la región para
observar los avances en materia de desarrollo, y sentir de manera directa el
pulso económico y social de cada nación.
–¿Cuáles son los elementos que inciden en la
configuración de un nuevo entorno latinoamericano?
–Específicamente son cuatro: la revolución de
datos, la reconfiguración energética, el cambio climático y la transición
demográfica. Es una región que envejece y va caminando de moverse de una
población de 0 a 14 años hacia los 60-65 años. Se trata de un cambio
poblacional que tendrá un gran impacto en temas de seguridad social y en el
terreno de la productividad, por ejemplo.
Un aspecto que viene aparejado a lo anterior y
que preocupa a la funcionaria por los cambios que puede derivar en los modelos
de producción agrícola es la creciente oleada migratoria del campo a la ciudad,
principalmente en los países sudamericanos, donde 80% de la gente ya vive en
las urbes, ya sea porque fueron despojados por la tecnología agrícola o
atraídos por las oportunidades de empleo en las metrópolis.
El Big proyecto
La funcionaria de la Cepal está completamente
segura de que uno de los proyectos que será estratégico para la región en los
próximos años es el del Big Data, una iniciativa que creó el secretario de la
ONU, Ban Ki-Moon, que busca reunir información y desarrollar plataformas
tecnológicas que permitan, por ejemplo, anticipar desastres naturales.
Lo que es una realidad es que la información
que se genera en Internet es aprovechada en la actualidad más por la iniciativa
privada que por organismos que buscan incidir en el desarrollo social, como es
el caso de la Cepal.
–¿Cómo pretende hacer la Cepal para generar un
ecosistema informático que beneficie a la sociedad y a los pequeños y medianos
productores?
–Lo que buscamos con este proyecto es que la
información que se genera a partir de grandes plataformas como Google o
Facebook ofrezca alertas tempranas de epidemia, indicios de desastres y llegue
en tiempo real para desplegar emergencias humanitarias. Hoy, 99% de los datos
efectivamente es utilizado por empresas privadas para reorientar el consumo,
llegar a mercados específicos, saber nuestras preferencias. Si a esto le
logramos dar un carácter social para saber cuáles son las viviendas a las que
les falta agua, saneamiento, nos ayudará a focalizar con mayor impacto nuestros
esfuerzos.
El gran reto para las instituciones públicas,
de acuerdo con Bárcena, es “poderse subir a este tren que ya salió de la
estación” y generar políticas que permitan, por ejemplo a las instituciones de
estadística, asociarse a esta revolución digital.
En el caso de México, comenta la secretaria de
la Cepal, el INEGI mantiene un rol muy activo para promover el Big Data;
incluso, su titular Eduardo Sojo es un miembro muy activo en el consejo
conformado para impulsar este proyecto a nivel regional.
La oportunidad histórica
Bárcena
prevé que tanto México como Centroamérica mantendrán una tendencia de
crecimiento en sus economías (para 2015 se estima un crecimiento de 3.5 y 4.1,
respectivamente), sobre todo impulsado por la mejora mostrada por la economía estadounidense
en los últimos meses. Sin embargo, la funcionaria asegura que en lo que
respecta a México el potencial de crecimiento podría ser mayor, si lograra
redefinir su plataforma exportadora.
–¿Qué es lo que debe hacer en particular México
para que sus exportaciones detonen el crecimiento económico del país?
–Lo importante es el contenido de las
importaciones en las exportaciones. Hay que analizar qué cantidad de bienes
intermedios nacionales tienen y cómo podemos añadir valor local a la producción
final, para hacer de esto un motor de crecimiento. Hay muchos insumos que
provienen del exterior y hay que hacer un mayor esfuerzo para que dichos bienes
intermedios de México sean más competitivos, y eso se cumple en toda la región.
Una ventaja de Centroamérica que observa la
secretaria de la Cepal con respecto a México es que la región vecina está más
integrada en su comercio de lo que está México con relación a América Latina.
De acuerdo con estimados de la Cepal, el comercio intrarregional del país no va
más allá de 20%, mientras que en los países centroamericanos supera 28%; por lo
tanto, hay una mayor dependencia de las cadenas productivas y menos dependencia
de Estados Unidos.
–¿Hoy, dónde tienen puesta la mira Alicia
Bárcena y la Cepal?
–En la desigualdad. Creemos que en América
Latina ha llegado la hora de la igualdad. No podemos seguir conviviendo con los
actuales extremos en lo que se refiere a la concentración de ingresos. No somos
la región más pobre, pero sí la más desigual, y esto aplica tanto para ingresos
como para educación y productividad. Hay que crecer para igualar, pero igualar
para crecer.
El camino que se ha propuesto Bárcena para
lograrlo es el del cambio estructural, a través de un modelo cualitativo y
cuantitativo del tejido productivo que se asocie a mayor valor agregado, empleo
con derechos, trabajo satisfactorio y generación de conocimiento.
Entre los países en los que la secretaria de la
Cepal ve cristalizado este esfuerzo está Uruguay, donde el tejido social es más
igual que en el resto de la región, así como en Perú y Chile. “Quizás el caso
más impresionante es Bolivia. Brasil está pasando por un momento difícil, pero
es un país que ha hecho enormes esfuerzos para avanzar hacia una sociedad más
igual.”
Un modelo de desarrollo referencial para
Bárcena es el nórdico, donde la igualdad, la productividad y la eficiencia son
valores arraigados en la sociedad. “Ahí paga más el que más tiene.”
Pensar en este tipo de modelos de crecimiento
vanguardista, comenta la secretaria de la Cepal, es pensar en el futuro. “Y
México debe estar preparado para éste.”
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