Brasil: Científico llama a "esfuerzo de
guerra" para salvar la Amazonía
AFP - martes, 4 de noviembre de 2014
Reducir a cero la deforestación ya no basta
para salvar la Amazonía: es necesario un "esfuerzo de guerra" que implique
el fin de la tala de árboles y también replantar selva para recuperar grandes
áreas devastadas.
El reconocido investigador brasileño Antonio
Donato Nobre, del instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), ha
lanzado esta alerta en el informe "El futuro climático de la
Amazonía", basado en 200 estudios y artículos científicos sobre el tema.
PREGUNTA: ¿Cuál es el objetivo de este
informe?
RESPUESTA: "El mensaje más importante es
que valoremos la selva. El clima se resiente a cada árbol que sacamos de la
Amazonía. El cambio climático ya no es una predicción científica, sino una
realidad. No tenemos más tiempo, el desastre está en curso. No sé a qué punto
sin retorno hemos llegado. En los últimos 40 años, destruimos 763.000 km2 de
selva (dos veces la superficie de Alemania); son 2.000 árboles por minuto. Eso
corresponde a una carretera de dos km de ancho de la Tierra a la Luna.
Tenemos que unirnos en un 'esfuerzo de guerra',
como hicieron los aliados durante la Segunda Guerra Mundial. La deforestación
cero ya no es suficiente, es necesario replantar selva, reconstruir ecosistemas
en zonas degradadas.
No sólo la Amazonía está en juego, estamos
hablando de las selvas del Congo, de Siberia... Es necesario que los gobiernos
del mundo, los empresarios y las élites se junten como lo hicieron en la crisis
de 2008: en 15 días encontraron miles de millones de dólares para salvar el
sistema bancario. Hay que hacer lo mismo para evitar el abismo climático y
salvar a la humanidad, y eso no sería tan caro".
PREGUNTA: ¿Qué es lo que este estudio aporta de
nuevo?
RESPUESTA: "Es un trabajo innovador porque
revela los secretos que hacen de la Amazonía un sistema único en el planeta:
exporta humedad, a través de 'ríos voladores de vapor' de agua, que son
corrientes de humedad que esa masa de árboles coloca en la atmósfera, llevando
lluvias al sureste, el centro-oeste y el sur de Brasil, y también a otras
regiones de Bolivia, Paraguay, Argentina, a miles de kilómetros. El problema es
que estamos destruyendo la fuente de esos 'ríos voladores'.
Sin el servicio de la selva, esas regiones
productivas podrían tener un clima casi desértico. Los árboles amazónicos
llegan a colocar en la atmósfera el equivalente de 20.000 millones de toneladas
de agua al día, más de lo que el río Amazonas vierte al Océano Atlántico cada
día (17.000 millones de toneladas). Es como una bomba que envía el agua a otras
regiones. Es por eso que no hay desierto ni huracanes al este de los Andes. Hay
grandes pruebas de que la crisis climática está vinculada a la deforestación de
la Amazonía.
La sequía excepcional que vive la región
sureste de Brasil, especialmente Sao Paulo, puede ya ser el resultado de la
destrucción de la Amazonía".
PREGUNTA: ¿Ese gran esfuerzo podría aportar los
resultados esperados?
RESPUESTA: "La deforestación cero debería
haber comenzado ayer. El gobierno brasileño hizo un trabajo magnífico entre
2004 y 2012, cuando consiguió reducir la deforestación de 27.000 km2 por año a
4.000 km2. Pero el nuevo Código Forestal que amnistió a quienes talaban envió
una señal de impunidad y todo ha recomenzado.
Si reaccionamos, tenemos la capacidad de
recuperarnos, aunque el resultado no está garantizado porque existen cambios
climáticos mundiales. De todas maneras, reconstruir los ecosistemas es la mejor
solución".
La Amazonía se extiende por 6,9 millones de km2
entre Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Surinam, Venezuela, Guyana y la
Guyana Francesa. El 60% se encuentra en territorio brasileño.
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