https://www.facebook.com/wilber.carrion.1 - Twitter: @wilbercarrion  
  Su apoyo es bienvenido, cuenta: BBVA Continental- 0011 0175 0200256843  

martes, 7 de octubre de 2014

pueblos

El caso buitre se usa para disciplinar a los pueblos


INFOnews - ‎martes‎, ‎7‎ de ‎octubre‎ de ‎2014
La abogada especialista en Derecho Internacional Stella Maris Biocca analizó en profundidad la guerra que los fondos buitre le han declarado a la Argentina y el rol de los Estados Unidos.

–¿Cuál es su opinión sobre la declaración de desacato del juez de Nueva York, Thomas Griesa?

–No puede haber desacato para un Estado nacional, sí para una persona física o jurídica. La primera valoración que debemos hacer es que esta es una declaración que, por sí misma, carece de eficacia jurídica. La segunda valoración que debemos hacer es que si lo que se pretende con esta decisión es aplicar luego sanciones económicas. Se puede aplicar penalidades o multas que buscan que el accionado cumpla con la sentencia, para efectivizarla. Sin embargo, en todos los antecedentes que hay en la materia de derecho internacional no se llevaron nunca a cabo sino que los litigios se han  solucionado de manera diplomática.

–¿Es una declaración que apunta a incentivar las negociaciones?

–Es una sanción de tipo moral, porque la Argentina no cumple con lo que  pretende Estados Unidos y tal cual propone el Consenso de Washington, esto es una política de aperturismo total, una política económica de tipo liberal a ultranza. Desde este punto de vista, la declaración de desacato sería una sanción por no alinearse a los intereses de Estados Unidos. En ese sentido, pero desde el punto de vista de la política interna, con la declaración juegan con que hay también actores internos, como existen siempre en todos los tiempos y en todos los países, grupos de pertenencia de un país que sin embargo resuelven aliarse con los del exterior para obtener una ventaja de naturaleza política. Y esa conjunción puede producir las sacudidas internas, algunas de las cuales ya estamos viendo y que han sido señaladas por la presidenta Cristina Fernández.

–¿Cómo podría reaccionar el sector financiero, que se ha caracterizado por una actitud conservadora en este litigio?

–Podríamos preguntarnos si esta declaración significa que se va a cortar el flujo de capitales. Si son capitales privados, es una decisión que tomará cada uno en función de su evaluación del riesgo. Eso es lo que siempre ha ocurrido y no me parece importante ahora si esta decisión judicial afecta la decisión de alguna empresa privada. Respecto de los capitales públicos, el flujo no tiene por qué cortarse ni interrumpirse. Si quedan pendientes créditos otorgados por el Banco Mundial, por caso, estos podrían llegar al país sin interrumpirse.

–En el caso de Rusia, al desacato se le acompañó con multas…

–Rusia, tenía entre otros, documentos de los que se había apropiado al expropiar a residentes rusos judíos. El hecho sucedió muy atrás en el tiempo. Con posterioridad se iniciaron las acciones legales. El año pasado salió la sentencia, la declaración de desacato y la aplicación de una multa, todo lo cual quedó sin efecto. Se resolvió en forma diplomática.

–¿Pero la salida diplomática invalida la decisión jurídica?

–La deja en el aire. En el caso de Rusia había, además, una dificultad de poder reintegrar muchos de esos documentos. La resolución fue con la devolución de una parte de los documentos demandados en el juicio, pero se suprimieron todas las multas. El desacato fue una declaración, lo que podía tener efecto era la sanción económica y esta no se ejecutó nunca.

–¿En esta materia hay distintas lecturas posibles, es opinable?

–No cuestiono a los que piensan diferente, considero sí que están equivocados porque no se puede aplicar el desacato a un Estado soberano, sí a las personas privadas. Y en el caso concreto nuestro, Estados Unidos considera a los Estados como personas privadas cuando actúan en los mercados como sujetos activos o pasivos. Pero esta es una figura de la jurisprudencia de Estados Unidos que falta a la realidad. Por eso en el caso de Rusia se arregló en forma diplomática, al igual que en el del Congo. Ha llegado el momento en que Estados Unidos debe considerar que son Estados soberanos, no puede no considerarlo.

–¿Qué opina de los argumentos esgrimidos en la carta enviada por la embajadora argentina en Washington, Cecilia Nahón, al secretario de Estado John Kerry?

–Allí se hace referencia a dos tratados o convenciones, uno es el constitutivo de Naciones Unidas y el otro es el constitutivo de OEA. A partir de allí desarrolla la línea de que en la comunidad jurídica, cuando los países están reconocidos como tales, son reconocidos como Estados soberanos y no se los puede tratar como una persona privada. Pero el criterio judicial de Estados Unidos es el otro.

–¿Son argumentos que van a chocar con la pared judicial de EE UU?

–No necesariamente. Hay algo más gracias a lo cual se resolvieron los casos de Rusia y del Congo, y si ahora hubiera habido algo de voluntad, se habría resuelto el de Argentina, y es la existencia de una cláusula preconstitucional, esto es, anterior a la Constitución de Estados Unidos, de lo que resulta que el Poder Ejecutivo no violenta la división de poderes cuando deja sin efecto un acto judicial que puede afectar las relaciones internacionales de ese Estado.

–¿Es lo que señaló el periodista Greg Palast, en el sentido de que el presidente Obama no aplicaba por miedo a la derecha repúblicana?

–Sí, sólo que él lo asienta en la Constitución y es una norma preconstitucional. Lo cierto es que la facultad está y en nuestro caso es bastante clara la posibilidad de su aplicación y porque la declaración de desacato es bastante clara. Pero creo que si no se ha hecho uso de esta facultad del Poder Ejecutivo no es porque Obama le tenga miedo a los fondos buitre sino porque se trata de una sanción disciplinaria. Para Estados Unidos, la Argentina no está haciendo las cosas que debería hacer, por eso yo digo que la no acción tiene ese sabor, el de generar miedo al interior del país. Gramsci ha dicho que con el miedo se puede disciplinar a los pueblos. Esta sería una forma de disciplinar al pueblo, haciéndole creer que vamos a entrar en un caos tremendo, poco menos que en una guerra nuclear con Estados Unidos. Una cosa sin sentido.

–¿El tratamiento del Estado como sujeto privado no es contradictorio con el respeto de su soberanía en término de activos financieros vía la ley FSIA?

–En diversas oportunidades, por esta cuestión de la deuda externa, se han planteado distintos embargos de fondos en los Estados Unidos que en su momento tenían depositados el Banco de la Nación y el Banco Central también. Y en todos esos casos se aplicó esa jurisprudencia en el sentido de que se trata de bienes públicos de Estados soberanos. Son argumentos, ahora hay que aplicarlos.

–¿El fallo de Griesa de febrero de 2012 apunta a que todos los bonistas cobren el ciento por ciento, incluso los reestucturados?

–Ese fallo fue una interpretación errónea de una cláusula. No hay que asustarse. Los jueces en definitiva son seres humanos que cometen errores o interpretan mal. Pero acá lo extraño fue que interpretó mal un juez, el caso fue a la Cámara y aprobó su decisión, fue a la Corte y esta dijo "no voy a intervenir". Por eso digo que no quieren entrar en un terreno jurídico. ¿Qué hizo Griesa? Hizo una interpretacion del pari passu exactamente a la inversa de lo que corresponde en derecho. Esa igualación que hay que hacer en materia de deuda nunca es hacia lo máximo sino a lo mínimo. Si la reestructuración dice que se va a pagar, supongamos, un 60% del capital más los intereses vencidos, o que se suprimen los intereses, ese es el techo. En cambio, lo que hace Griesa es que se les pague a todos el ciento por ciento. Es una interpretación del pari passu que no tiene mayores antecedentes.

–¿El caso argentino influye sobre las futuras reestructuraciones?


–De alguna manera ya ocurrió esa influencia con la reestructuración de Grecia, de 2010-2011. Allí se preservó el hecho de que si se va a una acción judicial, el techo es el de la reestructuración. Justamente se incorporó una cláusula que es lo contrario de la RUFO. Los países se dan cuenta de que hay que buscarle un marco jurídico porque, de lo contrario, se va a caer siempre en lo que establezca el más poderoso.

No hay comentarios: