Adiós a NY, la economía se muda a las
megaciudades
Forbes - lunes, 6 de octubre de 2014
La crisis financiera le quitó el brillo a los
grandes centros financieros como Nueva York y llevó el crecimiento a las
megaciudades de los países emergentes. Pero para capitalizar esta tendencia,
centros urbanos como la Ciudad de México deben reordenar su gestión hacia la eficiencia y la competitividad.
En la actualidad, las ciudades son centros de
dinamismo económico que atraen talento; han alcanzado dimensiones nunca antes
vistas en la historia de la humanidad. Los mayores centros urbanos del mundo,
las megaciudades, concentran poblaciones superiores a 10 millones de habitantes
y su impacto económico es un factor central para el desarrollo de los países
donde se localizan, pero también para el resto del mundo.
Se estima que para 2050 habrá más de 30
megaciudades en el mundo —en la decada de los 50 del siglo XX sólo Tokio
(Japón) y Nueva York (Estados Unidos) eran megacentros urbanos. Actualmente,
entre las principales megaciudades se encuentran Tokio (hoy con 37.5 millones
de habitantes), Delhi, India (24.1 millones), Shanghai, China (22.6 millones),
Karach, Pakistán (21.6 millones), Nueva York, Estados Unidos (20.6 millones),
la Ciudad de México (20.7 millones), y São Paulo, Brasil (20.3 millones).
El surgimiento y crecimiento de las
megaciudades tiene una explicación eminentemente económica. Las personas
migran hacia las regiones que ofrecen las mejores oportunidades para generar y
acceder a mejores ingresos. Una economía floreciente y productiva genera empleos
y ofrece condiciones que permiten satisfacer de mejor manera las necesidades
de la población.
Según el indicador City600 de The McKenzie
Institute, los 600 centros urbanos más grandes del planeta son el origen de
tres cuartas partes del PIB mundial. De éstas, 440 se ubican en economías
emergentes o en desarrollo. Por sí mismas, las ciudades emergentes generan 47%
del PIB mundial y presentan una tasa de crecimiento económico conjunto cercano
al 7%. Entre las ciudades emergentes con mayor crecimiento en el mundo se
encuentran las asiáticas, de las cuales 242 son centros urbanos chinos, 36
indios y 57 latinoamericanos.
La importancia de las ciudades emergentes como
motores de la economía global continuará aumentando en el futuro. Se estima
que para el año 2025, las 20 principales megaciudades estarán ubicadas en
países emergentes, siendo China e India las piezas clave en el crecimiento de
estos centros urbanos. Otras megalópolis importantes serán São Paulo, en
Brasil; Moscú, en Rusia; la Ciudad de México; Estambul, en Turquía; Lagos, en
Nigeria, y Dhaka, en Bangladesh.
Retos y beneficios de las megaciudades
El beneficio económico de las megaciudades
radica en su capacidad para elevar el ingreso de sus pobladores, y con ello
mejorar sus condiciones de vida. Con ingresos crecientes, gracias a una
actividad económica en constante expansión, el consumo y la demanda por
mayores y mejores productos y servicios también aumenta.
Las megaciudades son los mayores mercados de
consumo del mundo. Para 2025, el consumo de las ciudades emergentes se
incrementará en más de 10 billones de dólares. La expansión del consumo en los
centros urbanos ofrece significativas oportunidades de negocio e inversión en
una amplia variedad de nichos de mercado y de productos. Este fenómeno es muy
evidente en países como China.
Según estimaciones del Instituto Chino para la
Reforma y el Desarrollo, en 2020 la clase media china la conformarán alrededor
de 600 millones de personas, en un fenómeno que tendrá el impulso de la rápida
urbanización del país. En ese entorno, el consumo urbano será sin duda la base
del crecimiento económico chino que se espera para los próximos años.
En 2011 el ritmo de la urbanización de China
alcanzó una tasa de 51.3%; de ahí que el potencial de crecimiento urbano y, por
ende, la demanda doméstica en las ciudades de ese país, se considera que aún
son enormes. No es coincidencia, por lo tanto, que el gobierno chino haya
iniciado la migración de su modelo económico, basado en las exportaciones y la
inversión, hacia uno basado en el consumo doméstico.
La influencia de las ciudades sobre los negocios y la inversión
Las megaciudades, sus pobladores y necesidades
definen las decisiones de inversión, producción y comercialización de muchas
empresas en todo el mundo. Esta influencia ha originado que muchos negocios se
alejen de la visión país-región como guía para la toma de decisiones de
inversión, y se enfoquen en una visión de ciudad.
¿Cómo se define a una ciudad competitiva? En
términos estrictos, es el centro urbano capaz de atraer inversión y talento,
generar condiciones propicias para el desarrollo de negocios novedosos,
fomentar la innovación de productos y permitir la explotación de nuevos
segmentos de mercado.
Para que una ciudad sea considerada atractiva y
destaque en el mapa de los centros urbanos globalmente competitivos, requiere
que su economía y productividad, infraestructura, fuerza laboral, condiciones
de seguridad y disponibilidad de servicios básicos funcionen de manera óptima
y permitan el desarrollo eficiente de los negocios.
Las ciudades más exitosas a escala mundial
explotan el concepto del urban hot spot, mejorando las condiciones antes
mencionadas con el objetivo de atraer empresas multinacionales o convertirse
en sede de eslabones de producción o servicios que son parte de las cadenas de
valor globales, como hubs (centro de operaciones) de un subsector particular.
Ciudades chinas como Guangzhou y Shangai han
logrado atraer a numerosas empresas globales a través del modelo de “ciudad
competitiva global”. Guangzhou es el corazón de la región manufacturera y
comercial más importante de China, mientras que Shanghai es el centro
económico más grande del país, y al mismo tiempo es una de las ciudades más
modernas del mundo en términos de infraestructura urbana.
El crecimiento exponencial de estos centros
urbanos durante las dos últimas décadas, tanto en términos de población como de
ingreso, ha fomentado una enorme inversión en infraestructura y formación de
talento por parte de sus gobiernos, con la finalidad de garantizar la
continuidad de su éxito económico en el futuro.
Las ciudades
mexicanas en el mapa
Las ciudades mexicanas más exitosas son
víctimas de su propio crecimiento. La Ciudad de México es considerada una
megaciudad, en tanto que Monterrey, Guadalajara y Puebla son importantes
motores de crecimiento. Sin embargo, debido a una incorrecta planeación,
enfrentan problemas que limitan su competitividad y reducen su atractivo para
atraer y consolidar la inversión.
Las grandes ciudades mexicanas sufren las
consecuencias de la ausencia de planeación urbana y de la sobreestimación de
su capacidad: congestionamientos viales, insuficiencia de vivienda, transporte
y servicios públicos de baja calidad, contaminación, informalidad y
criminalidad. Estos efectos negativos de un crecimiento urbano desordenado no
sólo impiden que nuestras ciudades sean competitivas, sino también habitables y
sustentables.
La pregunta radica en las alternativas
disponibles para desarrollar ciudades competitivas en nuestro país. México
cuenta con importantes centros urbanos que pueden desarrollarse para formar
polos de crecimiento económico dinámicos. Para ello se requieren políticas
públicas que permitan tener una planeación adecuada sobre las necesidades y el
potencial de expansión de nuestros centros urbanos. México requiere desarrollar
ciudades competitivas, eficientes e “inteligentes”.
En nuestro país existen zonas urbanas que ya
son competitivas globalmente y que aún cuentan con potencial para expandirse.
El corredor fronterizo del norte del país, que incluye ciudades como Juárez,
Tijuana, Mexicali, Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros, es bien conocido por su
especialización en manufacturas electrónicas y su estrecho vínculo con la
industria manufacturera estadounidense.
Al mismo tiempo, la instalación de armadoras
automotrices asiáticas y europeas en sitios como Aguascalientes, Silao, San
Luis Potosí y Puebla conforman un corredor de ciudades especializadas en
diferentes eslabones de la cadena de valor global automotriz.
El futuro económico del país y del mundo se
ubica en las ciudades. Por ello, gobiernos y empresas deben centrar su atención
en el desarrollo ordenado de áreas urbanas que aún ofrecen elevado potencial de
expansión. El paradigma está en concretar decisiones de inversión pública y
privada que permitan el desarrollo ciudades más productivas, eficientes y
sustentables.
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