Los 10 mandamientos de relaciones públicas para
un CEO
Forbes - lunes, 6 de octubre de 2014
“En el fondo son las relaciones con las
personas lo que le da sentido a la vida”, y las relaciones públicas son de
quien las trabaja.
Sin lugar a dudas, las Relaciones Públicas,
definidas como el manejo Estratégico de las Relaciones entre una Organización o
Institución con sus Stakeholders, son el factor clave para tener una mejor
reputación, mayores oportunidades de negocio y, ¿por qué no?, ampliar sus
horizontes. Y es que al paso de los años, cuando uno mira hacia atrás para ver
todo lo que ha conseguido (y también lo que no), se da cuenta de que gran parte
de ese bagaje se debe gracias las semillas que un día se quedaron ahí y hoy
siguen dando frutos.
Conseguir un puesto de mayor responsabilidad,
hacer mejores negocios, es lo que evidencia el conocimiento, habilidad y
experiencia en el manejo adecuado de las Relaciones Públicas, que no sólo se
tratan del talento natural de algunas personas que supieron dar una sonrisa, un
apretón de manos y hasta una palmada en el hombro, sino también consiste en
saber dar el mensaje adecuado a las personas adecuadas. Recuerde que en el
pedir está el dar.
Pero más allá de hablar de las bondades o beneficios
que puede dejarnos establecer grandes relaciones personales y profesionales, a
lo largo de mi carrera profesional, ejerciendo las Relaciones Públicas en
diferentes empresas multinacionales, puedo compartirles 10 puntos que los CEO
deben considerar en cuanto a esta disciplina se refiere, toda vez que a niveles
directivos existen sutiles aspectos que van más allá de la formación académica
o de la técnica en sí. Hablamos de puntos éticos que se reflejan en la conducta
de quienes representan a las marcas.
1. Al César lo que es del César
Este primer punto se refiere al profesionalismo
que exige saber cuál es su lugar y su función dentro de cualquier alianza
estratégica, es decir, debe asumir que su principal rol consiste en ser un
facilitador o un puente entre unos y otros.
Ya sean medios de comunicación, clientes,
proveedores y empresas públicas, privadas, gubernamentales u ONG, el CEO debe
ser una persona que facilita información, gestiona escenarios, desarrolla
soluciones, y todo esto con el fin primordial de colocar a sus clientes en el
justo lugar adonde quieren llegar.
2. Todólogos
Si bien por cuestiones éticas y hasta legales
un CEO en RP tiene sus límites bien acotados, su función no es unidireccional,
y esto se debe a que si pretende que su estrategia sea global, debe atender
diferentes circunstancias, que de alguna manera lo llevan a tener conocimiento
de la planificación, de la comunicación, de la promoción y de todas las
disciplinas involucradas para lograr el éxito.
Y aunque al hablar de un “todólogo” pueda sonar
que abarca mucho y domina poco, en el caso de las Relaciones Públicas, la
versatilidad y el amplio conocimiento de su entorno son unos de los principales
valores agregados en estos mandamientos para CEO.
3. Especialización
Aunque el punto anterior hablaba del alto
margen de maniobra, una de las principales tendencias en Relaciones Públicas
apunta a la especialización. Si bien es cierto que como CEO y principal
representante de una empresa debe conocer las diversas áreas que la componen,
es innegable que su especialización radica en lo que ofrece a sus diferentes
mercados; en otras palabras, debe ser un especialista en su negocio.
4. “Tecnoamigable”
Esto no quiere decir que los CEO deban tener el
gadget de moda o ser expertos en las nuevas tendencias tecnológicas, pero
manejar la tecnología para fines de facilitar cualquier tipo de proceso es
crucial para estos directivos, que hoy por hoy deben tener la capacidad de
estar en más de un lugar a la vez (por supuesto de forma virtual).
5. Flexible y moderno
Uno de los puntos más relevantes a estas
alturas del siglo XXI tiene que ver con los buenos ambientes de trabajo, ésos
en que el ecosistema de los empleados es el motor de la productividad, de la
felicidad y, por supuesto, del endomarketing. De esta manera se favorece la
calidad de producción y la calidad de vida de sus colaboradores, lo cual será
muestra del líder de una empresa flexible y moderna.
6. Empresa Socialmente Responsable (RSE)
Encabezar una empresa es, por sí solo, un hecho
que implica una responsabilidad en todos los sentidos, pero operar con la
bandera de RSE (Responsabilidad Social Empresarial) como un modus operandi es
uno de los factores que más aportan a la reputación de una marca, y si hablamos
de Relaciones Públicas sabemos que la reputación es cuestión de vida o muerte,
y ya lo decía el empresario e inversionista estadounidense John D. Rockefeller:
“Junto a hacer lo correcto, lo más importante es hacerle saber a las personas
que estás haciendo lo correcto.”
7. Políticas claras
Si bien éste es un asunto de principios y bases
empresariales, ser un CEO con Políticas de Comunicación muy claras le hará
estar del otro lado, ya que tendrá voz propia y aprovechará sus canales de
difusión para expresar lo que pasa al interior de su empresa, además de emplear
una comunicación asertiva dentro de la propia organización.
8. Branding personal
El término branding ha tomado un papel
protagónico a nivel empresarial, pero cuando se trata de un asunto personal,
todos los aspectos recaen sobre el CEO. La forma de hablar, de vestir, de
gestionar y hasta de pedir las cosas son vitales para que un director cuente
con un branding positivo o uno negativo que al final del día se convierte en el
de la empresa. Y en este sentido, el octavo mandamiento refiere a la
construcción de una reputación lo más favorable y congruente posible.
9. Imagen pública
No todos somos iguales ni queremos serlo. Bajo
esta premisa, la imagen de un CEO no está ligada necesariamente a la idea del
directivo con traje a la medida y corbatas italianas. Lo más importante, en
este sentido, es que tanto su ropa, su lenguaje y hasta sus modos expresen el
mensaje que quiere expresar. Para tener una idea más clara de este punto,
recordemos a Steve Jobs y a Carlos Slim. Su imagen es distinta porque sus
marcas son distintas y el mensaje que expresan también lo es.
Lo mismo pasa en RP. En este sector, la imagen
cuenta mucho, pero no está casada con las imágenes acartonadas y cuadradas de
hace algunos años.
10. Todo es networking
Y la cereza del pastel viene con la esencia
misma de las Relaciones Públicas: el networking. Ese intercambio de tarjetas de
presentación, la charla informal en la sobremesa, un saludo casual en el
elevador y hasta el diálogo accidental con el taxista con una persona en el
súper son el pan nuestro de cada día en el mundo de las Relaciones Públicas.
Nunca se sabe qué relación y contacto le puede cambiar la vida.
No deje de platicar con las personas porque,
como lo dijo Wilhelm von Humboldt: “En el fondo son las relaciones con las
personas lo que le da sentido a la vida”, y las Relaciones Públicas son de
quien las trabaja. Aplique estos principios en su día a día al frente de su
empresa y ponga los cimientos para una reputación en imagen sólida.
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