Famosos: lo que comunican y lo que son
Forbes - martes, 7 de octubre de 2014
Las marcas tratan de comunicar mensajes
positivos reforzados con un comportamiento consistente por parte de los famosos
que contratan como su imagen.
En días pasados, en que la Liga Nacional de
Futbol Americano (NFL) trajo a Joe Montana a México como parte de una campaña
para crear conciencia sobre la prevención del cáncer de mama y la lucha contra
la obesidad, recordé sus comerciales para una marca de cervezas, pero también
vinieron a mi memoria un par de jugadores de la NFL del siglo pasado que
ligaron sus reconocidas habilidades deportivas a marcas comerciales.
Uno de ellos es Joe “Broadway” Namath, mariscal
de campo de los Jets de Nueva York, equipo al que se unió en 1965. En 1968, con
25 años de edad y en su tercera temporada, alcanzó el entonces récord de 4,007
yardas ganadas por pase luciendo un enorme bigote que le caracterizaba. A fin
de promocionar un comercial de la rasuradora Schick, aceptó rasurarse el bigote
frente a las cámaras de televisión a cambio de 10,000 dólares (de esos años).
Este año, Namath estuvo presente en la ceremonia del “volado” del pasado Súper
Tazón.
El otro es Charles Edward Green, mejor conocido
como Mean Joe (Maloso Joe) Green, quien en la década de los setenta se
convirtió en el liniero defensivo más dominante en la Liga Nacional de Futbol
Americano. Es considerado como el mejor en toda la historia en esa posición, y
fue piedra angular de la famosa “Cortina de Acero” de los Acereros de
Pittsburg. En 1979 grabó un tierno comercial para Coca-Cola que fue premiado
como el mejor de la época y ha sido considerado uno de los 10 mejores
comerciales de todos los tiempos. (Una nueva versión muy similar protagonizada
por Troy Polamalu, también de los Acereros, se transmitió durante el Súper
Tazón 43, en 2009.
Ignoro desde cuándo se empezó a crear una liga
entre atletas y marcas comerciales, pero me parece que ha sido una forma
efectiva de promover una marca, generando beneficios tanto para empresa como
para el deportista.
Según un estudio realizado en Alemania por
Media Analyzer, especializada en investigación de mercados, citado por
marketingdirecto.com, el 53% de los consumidores encuestados cree que los
deportistas resultan creíbles cuando son imagen de una marca, contra humoristas
y presentadores (48%), cantantes (47%), actores (43%) y modelos (32%).
Seguramente el valor de la victoria es uno de los factores fundamentales para
relacionarlos con una marca.
Sin embargo, esta relación, que por lo general
es benéfica para ambas partes, puede dañarse o definitivamente romperse por el
desarrollo de la vida personal del deportista y debido a su comportamiento
dentro y fuera de las canchas. La forma en que el deportista se conduce frente
a sus rivales es un referente para millones de personas, sin dejar de
considerar variables como la honestidad, el doping, la violencia o cualquier
tipo de discriminación, lo mismo que conductas personales que enturbian los
valores positivos del deportista y, eventualmente, el del producto.
Algunos casos notables
Ejemplos de ello, especialmente en el futbol
americano, hay muchos. El más reciente es el caso de Ray Rice, ahora ex
estrella de los Cuervos de Baltimore.
Peterson fue acusado de golpear a su hijo y
enfrenta cargos por abuso de menores. Aunque hasta el momento no ha sido
arrestado, se encuentra bajo investigación y enfrenta un proceso judicial. Ante
esta situación, el pasado septiembrePaul Giblett, vocero de la empresa,
comunicó: “A la luz de los recientes eventos, Castrol ha decidido finalizar su
relación con Adrian Peterson”.
Fuera de la NFL hay otros atletas que han
estado ligados a marcas comerciales y han tenido problemas judiciales. Estos
son algunos de ellos:
Armstrong era un ejemplo a seguir hasta que
aceptó públicamente que durante el tiempo en que era considerado un héroe,
tomaba una sustancia prohibida para ganar, y encima obligaba a sus compañeros
de equipo a consumirla. Ante ello, Katherine McLane, vicepresidenta de la fundación,
decidió hace poco distanciarse de los grandes nombres, sin buscar caras famosas
para promover donativos y cancelando las donaciones de personalidades del mundo
artístico y deportivo, sólo centrándose en el día a día de la gente que padece
la enfermedad.
En fin, las marcas aprovechan al máximo los
valores que el deporte les ha permitido desarrollar a los atletas. Sin embargo,
no sólo es suficiente el mérito deportivo, sino, lo que es más importante, se
trata de comunicar mensajes positivos que idealmente sean reforzados con un
comportamiento consistente por parte de los personajes que los promueven. Casos
como los de Armstrong y Rice son una evidencia de la incongruencia entre lo que
se busca comunicar y lo que realmente se es.
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