Cómo superar la tecnofobia en el
trabajo
El Cronista - martes, 18 de
marzo de 2014
Cuando se trata de la tecnología,
el mundo de los negocios es adicto a las novedades. Alabamos a quienes se
apremian en adoptar los últimos adelantos y desdeñamos a aquellos con un
enfoque más prudente, tildándolos de dinosaurios, enemigos del modernismo, o
tecnófobos.
Sin embargo, esto puede ser una
simplificación excesiva. En realidad existen grados de participación
tecnológica - y al igual que muchas distribuciones, la mayoría de la gente se
encuentra en la mitad.
“La tecnofobia es raramente un
caso de todo o nada”, dice Tomas Chamorro-Premuzic , profesor de psicología
empresarial de la University College London.
Un ejemplo de ello es Malcolm
Preston, director global de sostenibilidad de PwC, la firma de servicios profesionales.
Él se describe como un "tecno-utilitario" - lo que significa que
adopta algo si le ayuda con su trabajo. A pesar de que PwC alienta a su
personal a utilizar iPads en el trabajo, el Sr. Preston continúa utilizando su
ordenador portátil, porque no considera que las tabletas ofrecen beneficios
superiores para alguien en una posición como la suya.
Algunos tipos de tecnofobia
pueden ser pasajeros. Stephen Brooks, un especialista en personal y cambios en
PA Consulting, dice que trabajó en la City of London cuando los sistemas de
corretaje requerían que los corredores introdujeran las transacciones por su
cuenta: “Muchos de los corredores eran tipos con dedos torpes que juraban que
jamás usarían el sistema. Pero a fin de cuentas todos tuvieron que ajustarse”.
Gran parte del problema de la
tecnofobia se debe a quienes diseñan software y no a quienes lo utilizan, dice
David Gelernter, profesor de ciencias informáticas en la Universidad de Yale.
“Hay ingenieros idiotas que no pueden imaginar a usuarios finales que no sean
como exactamente ellos”, dice.
El Profesor Gelernter - tal vez
sorprendentemente - está en contacto con el tecnófobo que vive dentro de él y
hace declaraciones tales como “Odio los ordenadores”. De hecho, opina que “un
poco de tecnofobia puede ser algo muy bueno”.
Del mismo modo, el Profesor
Chamorro-Premuzic cree que depender tan fuertemente de la tecnología puede
provocar efectos que van desde fomentar una mentalidad superficial hasta
socavar las relaciones de trabajo: "Ves a personas más jóvenes que se
sienten demasiado emocionadas por nuevas aplicaciones. En comparación, algo de
escepticismo puede ser deseable".
Sin embargo, en términos
prácticos, hay que tratar con el mundo tal como es. En la mayoría de las
organizaciones, esto significa más tecnología con cada año que pasa, y por
consiguiente, aquellos que se resisten a usarla son considerados como
problemáticos.
Entonces, ¿cómo puede uno manejar
a los tecnófobos? ¿Podemos trabajar con un jefe tecnofóbico? Y ¿qué podemos
hacer si somos el tecnófobo de la oficina?
Tecnófobos en el equipo
Comience por preguntarse si,
siendo razonable, usted puede complacer a esa persona. "Las personas son
individuos y los gerentes deben tener la flexibilidad de no tener que obligar a
todos a adoptar las mismas técnicas", dice Tomas Chamorro-Premuzic.
Si los individuos requieren
entrenamiento, uno debe ser comprensivo, autodisciplinado y paciente, dice el
Profesor Gelernter de Yale. Hay que explicar no sólo cómo deben utilizar la
tecnología en cuestión, sino también por qué. Por encima de todo, dice, uno
nunca debe hacer la tarea por ellos: "Es probable que tengas que tomar más
tiempo para explicarlo, pero si lo haces por ellos, se sentirán estúpidos e
incompetentes".
Si hay grupos de personas
resistentes a la tecnología, la lucha contra el pensamiento de grupo puede ser
eficaz. Céntrese en una o dos personas que son más propensas a entender su
manera de pensar y que, una vez convertidos, puedan hacer la campaña por usted.
Los verdaderos tecnófobos
incondicionales que no usan o entienden la tecnología son pocos - y cada vez
menos a medida que las nuevas generaciones se integran a la fuerza laboral. Lo
que se puede encontrar, dice Martin Raymond de la consultora Future Laboratory,
son tecnófobos reaccionarios que se niegan a colaborar con la tecnología por
cuestión de principios. Algunas personas consideran que la tecnofobia es algo
divertido, dice. "Es necesario que se den cuenta que eso no es
aceptable".
El jefe tecnofóbico
Los jefes que realmente no están
seguros de la tecnología en sus centros de trabajo pueden sentirse inseguros de
sí mismos, y pensar que son demasiado dependientes de sus subordinados. Esto
puede hacerlos infelices e incluso enfadarlos. "Hay que tratar de entrenar
hacia arriba", dice Blaire Palmer, directora ejecutiva de la empresa
consultora That People Thing.
Recuerde que con la mejor de las
intenciones, es fácil caer en una posición en la que uno hace todo lo
relacionado con la tecnología para su jefe y termina con un segundo conjunto de
responsabilidades que minan su productividad. Pero si uno gestiona los linderos
con el jefe de manera efectiva, puede cosechar los beneficios de dispensar
consejos de vez en cuando.
Una variación del jefe
tecnofóbico es el cliente con aversión a la tecnología. En este caso, dice el
Sr. Brooks, ellos son los que están pagando por lo que usted puede animarlos
pero no forzarlos: "Si un cliente quiere algo escrito a mano, lo escribiremos
a mano".
¿Soy un tecnófobo?
Comience por hacer un análisis:
es posible que usted no sea el antimodernista que cree ser. Es probable que, al
menos, utilice un teléfono inteligente y el correo electrónico, fundamentos
sobre los cuales puede edificar otras habilidades. Por otra parte, usted no
tiene que adoptar la moda de descargar cada nueva aplicación que salga y unirse
a todas las redes sociales. “Cuando uno se enfrenta a un montón de cosas que no
tiene el tiempo de dominar, uno no es tecnófobo”, dice Martin Raymond de Future
Laboratory.
Si se pelea con la tecnología, no
debe sufrir en silencio. Si tiene colegas que saben más de tecnología, recuerde
que la gente considera que es un cumplido que se les pida ayuda, y para muchos
amantes de la tecnología no hay nada mejor que ayudar a esparcir el amor por la
tecnología.
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