El icónico Charlot es ya un
personaje centenario
EFE - miércoles, 12 de
marzo de 2014
Charlot nació por casualidad hace
un siglo fruto del instinto de su creador, el genio de la comedia Charles
Chaplin, cuando le encargaron que se pusiera "cualquier cosa" para un
breve papel en una película y este improvisó un personaje de vagabundo que
haría historia.
El británico Chaplin tenía por
entonces 24 años, una intensa carrera teatral como profesional de la pantomima
a los servicios de la compañía de Fred Karno, y poco interés por el cine como
medio de expresión, un espectáculo inmaduro que echaba a andar.
Para el actor, la gran pantalla
era más una herramienta generadora de fama que un espacio artístico, pero tras
instalarse en 1912 en Estados Unidos decidió darle una oportunidad a ese
formato motivado fundamentalmente por una suculenta oferta económica.
La productora Keystone le puso en
nómina en septiembre de 1913 por 150 dólares semanales, el doble de lo que
ganaba con Karno, según cuenta Jeffrey Vance en su libro "Chaplin: Genius
of the Cinema", y tras mudarse a Los Ángeles le pusieron a trabajar de
inmediato.
Su primer papel fue en la comedia
"Making a Living", un cortometraje donde encarnó a un hombre
maquiavélico que trataba de robarle la chica y el trabajo a un fotógrafo.
La cinta fue un éxito de público
pero horrorizó al actor, que era poco amigo de las persecuciones que se habían
impuesto como el elemento clave para hacer reír a la audiencia, y criticó
también su edición final.
Chaplin creía en el peso del
personaje como vehículo para contar historias, más que en los gag de situación.
Poco después Mack Sennett, el
dueño de la productora, le llamó para que apareciera en "Mabel's Strange
Predicament" y participara en una escena jocosa a la entrada de un hotel.
"Ponte un maquillaje de
comedia, cualquier cosa servirá", explicó Chaplin en su autobiografía.
"No tenía idea de qué
ponerme", reconoció el actor que mientras iba a los camerinos comenzó a
pensar en vestirse con algo que llamara la atención.
"Pantalones bombachos,
grandes zapatos, un bastón, un bombín. Quería que todo fuera una contradicción:
pantalones anchos, el abrigo ajustado, un sombrero pequeño y los zapatos
grandes", contó.
Como guinda, se colocó un bigote
porque a Sennett le gustaba su caracterización de viejo.
"En el momento que estuve
vestido, las ropas y el maquillaje me hicieron sentir cómo era el personaje.
Empecé a conocerle y para cuando llegué al set ya había nacido
completamente", declaró.
En "Mabel's Strange
Predicament" se dio a luz a Charlot, pero la distribución de las cintas de
Keystone hizo que "Kid Auto Races at Venice" fuera el debut del
personaje en las salas de cine el 7 de febrero de 1914.
Chaplin nutrió a Charlot con la
esencia del vodevil británico y las influencias de vagabundos que había
conocido en su infancia. El personaje fue creciendo en matices y, a medida que
tomó control de la dirección de sus filmes, asombraría no solo por su capacidad
para despertar sonrisas, sino también para conmover ("The New Janitor").
En aquel año Chaplin estrenó 36
cortometrajes que se grababan en cuestión de días y sin un guión definido, y su
Charlot se convirtió en un fenómeno de público, lo que le llevó a pedir un
aumento de sueldo. Sennett se negó y el actor hizo las maletas.
En 1916, Chaplin firmaba un
contrato con Mutual Film Corporation por 670.000 dólares por hacer 12 películas
al año, el mayor salario del momento para una estrella del cine.
Charlot estaría casi
permanentemente en cartelera los años siguientes con producciones como "A
Dog's Life" (1918), "The Kid" (1921), "The Circus"
(1928) y "City Lights" (1931), filme que le llevó casi tres años de
trabajo y cerca de 200 días de rodaje.
El final de la década de los 20 y
el inicio de los 30 trajeron dos fenómenos que marcarían el futuro de Charlot,
la llegada de las películas habladas, y la depresión económica tras el
"crack" de 1929.
Chaplin se resistió cuanto pudo
al cambio del mudo al sonoro. Su Charlot se expresaba con los gestos, pero para
1936 ya asumió la nueva realidad. Llegó a desarrollar diálogos para su icónico
personaje pero tras varias pruebas se echó atrás.
"Modern Times" (1936),
una crítica a la automatización industrial y la crisis, marcó el final de la
era Charlot. En el filme Chaplin emplea efectos sonoros, murmullos de fondo y
por un momento se escucha su voz en un canturreo improvisado.
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