El
veneno del cono marino, un potente y prometedor analgésico
AFP - lunes, 17 de marzo de
2014
Una pequeña proteína extraída del
veneno del cono marino parece prometedora para producir analgésicos más
potentes que la morfina, con menos efectos secundarios y menor riesgo de
adicción, según trabajos de investigadores australianos presentados el domingo
en Estados Unidos.
Los expertos crearon al menos
cinco nuevas sustancias experimentales a partir de esta proteína que podrían
conducir algún día al desarrollo de analgésicos orales eficaces para tratar
algunos dolores crónicos.
"Se trata de un paso
importante que podría servir de base al desarrollo de una nueva clase de
medicamentos capaces de aliviar las formas más severas de dolores crónicos
actualmente muy difíciles de tratar", explicó David Craik, de la
Universidad de Queensland en Australia, autor principal de la investigación.
El estudio fue presentado en la
conferencia anual de la Sociedad Estadounidense de Química (ACS, en inglés)
reunida este fin de semana en Dallas, Texas (sur).
Los dolores combatidos por estos
medicamentos son con frecuencia provocados por la diabetes, la esclerosis
múltiple y otras enfermedades que afectan las terminaciones nerviosas, que
pueden durar meses o incluso años.
Los tratamientos actuales para
estos dolores crónicos neuropáticos pueden causar efectos secundarios
significativos y sólo son eficaces en cerca de uno de cada tres enfermos.
Los conos (caracoles marinos de
aguas tropicales) utilizan su veneno para paralizar a sus presas. Este veneno
contiene cientos de péptidos, que son pequeñas proteínas conocidas como
conotoxinas. En los humanos, algunas de estas conotoxinas parecen tener efectos
analgésicos, explicó el investigador.
En la actualidad, un solo
analgésico derivado de estas conotoxinas fue aprobado para un tratamiento
humano, la ziconotida. Pero este analgésico debe ser inyectado directamente en
la base de la médula espinal, un procedimiento invasivo, precisó Craik.
El experto explicó que trabajaba
con su equipo para desarrollar un analgésico basado en una conotoxina que pueda
administrarse por vía oral.
Una única dosis oral de este
analgésico experimental dado a ratas de laboratorio redujo fuertemente el
dolor, según las medidas estándar.
Apoyado en estas investigaciones,
los científicos llegaron a la conclusión de que el analgésico era cerca de cien
veces más potente que la morfina y la gabapentina, los dos analgésicos considerados
hasta el momento como los mejores tratamientos para dolores neuropáticos
crónicos.
Por otra parte, estas conotoxinas
actúan sobre receptores del cerebro diferentes de los que lo hacen la morfina y
otros opiáceos, por lo que suponen que la tendencia a desarrollar dependencia
sería menor.
"No sabemos si estos
derivados de conotoxinas tendrían efectos secundarios porque no han sido aún
probados en humanos", admitió Craik. Pero, continuó, "pensamos que
son seguros" porque actúan en receptores cerebrales totalmente diferentes
a los de la morfina.
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