Las empresas descubren el
potencial de los drones para sus negocios
LaNacion - sábado, 15 de
marzo de 2014
Después de comprar sus primeros
vehículos aéreos no tripulados, conocidos como drones, el topógrafo griego
George Papastamos despidió hace dos años a casi todos sus empleados. Ahora, en
lugar de un equipo de 12 personas, cumple sus encargos con la ayuda de sólo un
dron y un asistente.
"Entendí que esto era el
futuro", dice Papastamos. Los drones han mejorado sus mapas y reducido sus
costos, y también le han permitido conseguir más contratos. "Es mucho,
mucho más rentable", señala.
Mientras que en algunos países
los reguladores y los tribunales debaten cuándo y cómo permitir el uso de
drones para fines comerciales, en otros, como Australia, Japón y el Reino
Unido, los robots voladores ya están transformando la manera en que las empresas
hacen negocios. Estos aparatos están demostrando su potencial para proveer
alternativas más baratas y efectivas a los aviones tripulados -y a mano de obra
humana- en industrias como la minería, la construcción y la cinematografía.
En Estados Unidos, el mayor
productor mundial de drones, el minorista en línea Amazon.com Inc., ha
propuesto usarlos para entregar paquetes. La idea, sin embargo, tardará años en
implementarse. Además, la legalidad del uso de drones para fines comerciales en
EE.UU. sigue siendo incierta. La Administración Federal de Aviación ha
prohibido su uso comercial en el país, aunque hace poco una corte cuestionó la
autoridad de la agencia para hacerlo.
En otros países, sin embargo, el
uso de drones no se centra en los consumidores, sino en ambientes de trabajo y
zonas remotas que tradicionalmente han requerido aviones tripulados.
Las mineras, por ejemplo, emplean
las cámaras de alta definición de los drones para crear mapas tridimensionales
de minas que luego un software utiliza para calcular cuánto material ha sido
removido, lo que les permite ajustar sus estimaciones de producción.
"Es más rápido, simple y
efectivo" que emplear inspectores humanos o aviones tripulados, señala
Thomas Lerch, que usa drones para medir hoyos de grava, excavaciones y
vertederos en Suiza.
EDF Energy, una división de
Électricité de France SA, dice que después de utilizar un dron fabricado por
Trimble Navigation Ltd. para inspeccionar un terreno donde construiría una
planta de energía nuclear en Inglaterra, supo que podría darle otros usos. El
dron trazó mapas de los escombros que deberían retirarse, señaló pilas de
asbestos que deberían excavarse y calculó dónde se acumulaba agua para manejar
posibles inundaciones. "Tiene potencial en cualquier proyecto de construcción",
afirma Barnaby Wiegand, director de desarrollo de proyectos de EDF Energy.
Papastamos, el topógrafo griego,
solía gastar hasta 25.000 euros para inspeccionar 15 kilómetros cuadrados, un
trabajo que le llevaba entre una y tres semanas dependiendo del terreno. Con un
dron puede hacer lo mismo en tres o cuatro días por menos de 5.000 euros. Al
cobrar menos, sus clientes están dispuestos a pagar por varios estudios para
monitorear el avance de obras de construcción, en lugar de sólo uno antes de iniciar
el proyecto.
"Es un negocio totalmente
distinto", dice Papastamos.
Algunos usos son más glamorosos.
La industria cinematográfica los ha utilizado para filmar escenas de
persecuciones y tomas aéreas en películas como las de James Bond y Harry Potter.
Los drones son "extremadamente comunes en los sets en el extranjero",
señala Kate Bedingfield, vocera de la Asociación Cinematográfica de Estados
Unidos, y agrega que son más seguros y baratos que los helicópteros tripulados,
y permiten tomas más innovadoras.
Expertos estadounidenses ven
grandes posibilidades para los drones en la agricultura. En Japón, Yamaha Corp.
lleva 20 años vendiendo drones a agricultores. La empresa calcula que cerca de
2.400 helicópteros no tripulados esparcen pesticidas y fertilizantes sobre 40%
de los campos de arroz del país. Otros 100 drones son utilizados en el cultivo
de trigo, soya y pinos en Corea del Sur o para quitar hierbas malas en
Australia, según Yamaha. El fabricante ha pedido el visto bueno de las
autoridades EE.UU. para su uso comercial en ese país.
Chris Anderson, presidente
ejecutivo del fabricante de drones 3D Robotics, de San Diego, EE.UU., dice que
llevará tiempo desarrollar usos comercialmente viables a gran escala. "El
potencial es inmenso, pero el cronograma es mucho más extenso de lo previsto
inicialmente", dice el ex editor en jefe de la revista Wired.
En EE.UU., el uso personal de
drones está permitido a menos de 122 metros de altitud, a la vista de su
operador y lejos de aeropuertos y zonas pobladas. También pueden utilizarlos
las agencias gubernamentales. Sin embargo, no se prevé una legislación sobre
uso comercial en ese país hasta después de 2015.
Otros países tienen normas más
sencillas. Australia exige que los operadores de drones comerciales demuestren
que pueden volar los dispositivos y que éstos cumplan estándares básicos que
establece la autoridad de aviación de las Naciones Unidas. El número de
operadores aprobados en ese país ha aumentado de 30 a más de 70 en un año, y la
industria de drones comerciales no ha tenido ningún accidente mayor en casi 10
años de operación, indica la autoridad australiana de aviación civil.
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