Científicos instan a un cambio en
la normativa de transgénicos en Europa
Reuters - viernes, 14 de
marzo de 2014
La estricta regulación europea
sobre cultivos genéticamente modificados no tiene base racional y debería
modificarse para permitir que los países decidan si adoptarlos o no, dijeron el
viernes asesores científicos británicos.
En un informe asesor solicitado
por el Gobierno, los científicos dijeron que la legislación sobre el uso en la
Unión Europea (UE) de organismos genéticamente modificados (OGM) en los
cultivos debería decidirse a nivel nacional, como ocurre con las farmacéuticas.
"La tecnología para hacer
que los cultivos sean más saludables y más favorables para el medio ambiente se
está moviendo con rapidez, pero el sistema regulatorio necesita cambiar para
permitirnos aprovechar este beneficio antes", dijo Jonathan Jones, experto
en OGM en el laboratorio Sainsbury de Gran Bretaña y uno de los autores del
informe.
Muchos países de la UE tienen
poblaciones que son hostiles a la cosecha de cultivos OGM. En Gran Bretaña,
también, probablemente haya oposición de la opinión pública a la idea, con
activistas argumentando que se desconocen las consecuencias a largo plazo de
una agricultura transgénica más amplia.
La gran mayoría de los
científicos argumentan que la modificación transgénica en los cultivos es tan
segura como la agricultura convencional y puede aportar grandes beneficios en
términos de creación de plantas diseñadas para resistir enfermedades, plagas y
soportar condiciones atmosféricas inestables o estresantes.
En una carta al primer ministro
David Cameron, los científicos dijeron que aunque la UE es "actualmente
hostil con el cultivo de transgénicos", Gran Bretaña "puede
beneficiarse significativamente en el desarrollo de innovaciones que el resto
del mundo sí empleará", si es capaz de argumentar a favor de un control
nacional sobre las decisiones en esta materia.
En la actualidad no se cultivan
OGM en Gran Bretaña y en la Unión Europea sólo se permite el cultivo de dos: un
maíz resistente a plagas y una papa con más contenido en almidón.
Los expertos británicos en
transgénicos dicen que las regulaciones de la UE suman entre 10 y 20 millones
de libras (16 a 23 millones de dólares) al costo de desarrollar características
de OGM en un cultivo, prohibitivo para el sector público y para las pequeñas y
medianas empresas.
En Estados Unidos, donde hay
bastante menos oposición a los transgénicos, las primeras semillas se plantaron
hace más de 15 años y hasta ahora no hay pruebas documentadas de impactos
adversos para la salud de las personas que comen productos derivados de los
transgénicos.
En declaraciones en una
intervención en Londres, científicos británicos dijeron que habían respaldado
el punto de vista del Consejo Asesor Europeo de Academias de Ciencia (EASAC),
que ha dicho que no hay base racional para el proceso actual estricto de
transgénicos.
EASAC representa a 29 organismos
científicos de la región.
David Baulcombe, presidente del
grupo de trabajo del informe y responsable de Ciencias de las Plantas en la
Universidad de Cambridge, dijo que la mayoría de las preocupaciones públicas
sobre los transgénicos no tenían nada que ver con la tecnología, que dijo es
tan segura como los cultivos convencionales.
"Están la mayor parte de las
veces relacionados con la forma en que se aplica la tecnología", dijo,
"y si es beneficiosa para los agricultores de pequeña escala y para el
medio ambiente".
Por esa razón, la normativa de la
UE debe adaptarse para centrarse en las particularidades de los transgénicos
-como la resistencia a las plagas o el rendimiento mejorado- en lugar del
método de modificación genética en sí, argumentaron los científicos.
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