William Kent, el arquitecto de la
Gran Bretaña georgiana y el jardín inglés
EFE - viernes, 21 de marzo
de 2014
Planos, cuadros y muebles
diseñados por William Kent (1685-1748), el polifacético arquitecto que levantó
la Gran Bretaña georgiana, integran una muestra que se inaugura mañana en los
salones del museo Victoria & Albert de Londres.
La muestra "William Kent:
Diseñando la Gran Bretaña georgiana", que está abierta al público hasta
julio, es un recorrido por la vida y la obra de este artista versátil de la
Ilustración (siglo XVIII), considerado el creador del jardín inglés.
La muerte de la reina Ana de
Inglaterra en 1714 marcó el inicio de la era georgiana, el periodo de esplendor
en el que reinaron cuatro monarcas -Jorge I, II, III y IV- de la casa de
Hannover y en el que se cambió el estilo neoclásico por el barroco para
construir una nueva nación, tras la unión con Escocia en 1707, que dio lugar a
Gran Bretaña.
Fue Kent el encargado de diseñar
el prominente edificio blanco que alberga el Tesoro y el Horse Guards, donde
está la guardia montada a caballo de palacio, con vistas al parque real de
St.James, en el centro de Londres.
Los planos de esos dos edificios
icónicos, que atraen hoy a miles de turistas que visitan la capital británica,
se exhiben en la muestra, junto a bocetos en los que se observa la influencia
del arquitecto renacentista italiano Andrea Palladio y del británico Inigo
Jones, del siglo XVII, en la obra de Kent.
La música clásica, los efectos
luminosos y el sonido del canto de los pájaros en la sala evocan la primavera y
sientan al visitante en un banco de un jardín inglés tres siglos atrás.
Una de las ambiciones del
versátil artista era la reforma de las Casas del Parlamento, el gótico edificio
victoriano a orillas del Támesis que alberga las cámaras de los Comunes y los
Lores.
Kent hizo el proyecto de la
restauración exterior y la del interior de la Cámara de los Lores -la cámara
alta del parlamento británico-, pero, aunque sus planos se muestran en la
exposición, las obras nunca se llevaron a la práctica.
Los edificios clásicos que
construyó contrastan con su estilo barroco en la pintura y los muebles.
Sillones de tapicería de color
bermellón y madera revestida de oro llenan el espacio junto a mesas, lámparas
de techo bañadas de plata, butacas, centros de mesa dorados, peanas y alacenas
de caoba con detalles metálicos.
Muchos de estos muebles proceden
de casas de campo británicas de grandes nobles y aristócratas para los que Kent
trabajaba.
Un grandioso autorretrato de
Kent, en el que se dibuja como uno de esos aristócratas con un vestuario lujoso
pero sin dejar de sostener la paleta y los pinceles, sirve para abrir la
exposición.
Desde ese inicio, un laberinto de
pinturas, bocetos, libros ilustrados y un prototipo del palacio real que quería
construir llenan el espacio hasta llegar a la sala final, que Julius Bryant,
comisario de la exposición y conservador de pintura del Victoria & Albert,
califica como "el paraíso".
En contraposición al parterre
francés, formal, simétrico, florido y extremadamente cuidado y detallista,
William Kent diseñó el jardín inglés, "que es muy natural y parece un
paisaje silvestre", explicó Bryant a Efe, el cual suele tener estatuas y
grandes estanques de agua rodeados de mucha extensión de parque.
Un documental proyectado en la
pared en esa sala final recuerda sus jardines y pone el broche final a una
exposición sobre el arquitecto que definió los gustos de la era georgiana, un
periodo determinado en el terreno musical por el compositor alemán Georg
Friedrich Händel (1685-1759).
William Kent nació en Yorkshire,
al norte de Inglaterra, en una familia modesta de padre carpintero y ebanista,
y se convirtió en el hombre más importante de su época.
"Fue como una estrella de
pop, el David Bowie del momento, un fenómeno de éxito", afirmó Bryant.
Estudió pintura en Roma entre
1709 y 1719 y a su regreso a Inglaterra empezó a trabajar como pintor,
interiorista, decorador, diseñador y arquitecto.
"Kent diseñó para una nueva
monarquía, una nueva sociedad, un nuevo Londres y una nueva nación. Fue el
momento en que el Reino Unido despegó y superó a Francia y España como un gran
imperio, centro del mundo occidental. Londres necesitaba nuevos edificio que
reflejaran eso", afirmó Bryant.
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