Invertir en conservación
ambiental es un gran negocio para un país, dice experto
AFP - miércoles, 19 de
marzo de 2014
Invertir en conservación
ambiental genera enormes beneficios para los países, pero muchos no tienen en
cuenta esta realidad en sus planes de desarrollo, señaló este martes un experto
que participa en un foro regional sobre áreas protegidas en la capital
costarricense.
"Queremos demostrar que las
áreas protegidas son una buena inversión, hay estudios hechos en muchos países
que demuestran que la inversión (en estas áreas) rinde entre 35 y 60 veces el
monto original", dijo a la AFP Ernesto Enkerlin, de la ONG Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
En un país como Costa Rica, que
dedica el 25% de su territorio a la conservación, "solo en el rubro de
turismo los beneficios representan el 4% de su Producto Interno Bruto
(PIB)", señaló Enkerlin, presidente de la Comisión Mundial de Áreas
Protegidas de la UICN, en entrevista con la AFP.
En el caso de México, el retorno
en turismo es de ocho veces la inversión, "eso es dinero contante y
sonante, pero no es el único beneficio", manifestó.
Sin embargo, "aún es un
problema delicado que las áreas protegidas no se vean como una prioridad
económica y que no se reflejen en las políticas de desarrollo de los
países", indicó el experto de UICN.
"Mientras se mantenga esa
mentalidad y se sigan considerando las áreas protegidas como un asunto de
interés de los conservacionistas, estamos perdidos", advirtió.
El especialista participa en el
IV Congreso Mesoamericano de Areas Protegidas que se instaló este martes en San
José, en el cual participan los ministros o encargados de Ambiente de la
región, académicos, organizaciones no gubernamentales y representantes de
pueblos indígenas y afro-descendientes, entre otros sectores.
- Del polen a las grandes
finanzas -
Según Enkerlin, los servicios que
prestan las áreas de conservación son múltiples, valiosos y muchas veces
inimaginados para el común de las personas y con frecuencia para los mismos
diseñadores de políticas públicas.
"Actualmente hay una crisis
de polinizadores, lo cual está afectando la agricultura en muchas partes del
mundo, y las áreas silvestres protegidas son una fuente importantísima de
polinizadores que pueden contribuir a solventar el problema a muy bajo
costo", anotó.
También son reservorios de
carbono y su conservación es una medida importante de adaptación frente al
cambio climático y los problemas meteorológicos extremos.
"En países como México,
Belice, Honduras o Nicaragua, los huracanes producen un fuerte impacto en la
infraestructura y ponen en riesgo muchas vidas humanas, pero se ha visto que en
las áreas bien conservadas, los pérdidas humanas y materiales han sido mucho
menores", aseguró el experto.
Entidades financieras y de
seguros a nivel mundial han empezado a tomar en cuenta estos hallazgos, que ya
han sido demostrados y contabilizados.
Algunas compañías aseguradoras
incluyen entre los criterios para definir las primas de sus pólizas la
circunstancia de que los países o regiones donde se desarrollan los proyectos
asegurados desarrollen adecuadas políticas de conservación y cumplimiento de la
legislación ambiental, aseguró Enkerlin.
"Las empresas que están en
lugares de mayor riesgo, más vulnerables por inadecuadas políticas de
conservación, son penalizadas con primas más altas", señaló.
- Cambiar bosques por cultivos -
Actualmente, las áreas protegidas
representan el 20% de la superficie del planeta, pero son muy fuertes las
presiones que podrían inducir a una reducción de esos porcentajes.
"La principal amenaza es la
expansión de la frontera agrícola", afirmó Enkerlin sobre la tentación de
cambiar bosques por cultivos para la producción de biocombustibles.
En los últimos cinco o seis años,
"se han perdido miles de hectáreas de bosque por ese concepto equivocado
de desmontar ambientes naturales para alimentar a las máquinas", señaló el
experto.
Otro problema detectado por la
UICN, una de las organizaciones ambientalistas más grandes del mundo, es la
debilidad de los marcos jurídicos que definen las áreas protegidas en muchos
países.
En tales contextos, explicó, es
peligroso que proyectos económicos de gran envergadura puedan tumbar los marcos
jurídicos con un buen abogado, y así se acaben imponiendo los intereses
comerciales sobre el bien público.
El IV Congreso Iberoamericano de
Áreas Protegidas, que se prolongará hasta el viernes, se realiza cada tres o
cuatro años y su objetivo es intercambiar experiencias y conocimientos
acumulados en los países centroamericanos, México y República Dominicana.
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