Generación Z: cómo salir del
sarcófago de Mumm-Ra
Forbes - lunes, 31 de marzo
de 2014
Los marketeros deben ya pensar en desarrollar
poderosas experiencias de marca que vayan más allá de los medios tradicionales
y que logren la conexión con la generación Z. ¿Por dónde empezar?
Hace algunos días, durante la
sobremesa familiar de cada domingo, terminé hablando de Facebook con una de mis
sobrinas. El diálogo fue un poco así:
- El problema es que en la escuela
hicieron un grupo para un proyecto…
- ¿Y? – pregunté
- Yo no tengo Facebook desde hace
mucho. Pero el profesor quiere verse “moderno”…
- ¡¿No tienes Facebook?!
- Ew, obvio no. ¿Para qué? ¿Platicar
sola o con mi mamá y sus amigas?
Mi sobrina cursa actualmente la
preparatoria y con este comentario no sólo hizo que me sintiera como Mumm-Ra
(la momia de los Thundercats para aquellos que no vivieron los ochentas), sino
que me cuestioné fuertemente sobre lo que yo consideraba un hábito básico de la
vida online, ¡Facebook! Para ella, lo que para muchos es “la red de redes” no
sólo era ya innecesario, sino algo que resultaba francamente indeseable.
Ante esta disrupción sobre lo que
pensaba, dudé de mi sobrina: “Puede ser que mi sobrina sea un caso un tanto
extremo, después de todo, está obsesionada con la suite de Adobe, la música
indie y la cultura pop, su cuenta de Tumblr es (aparentemente) enorme en Corea,
una de sus mejores amigas es una niña que vive en Nueva York (por cierto nunca
la ha visto en persona en la vida), pasa horas en Pinterest y Tumblr, seguido
por un enorme etcétera”.
Si bien estas “rarezas” me
resultan no solo extrañas sino desconocidas, no dudo que trazas de su
comportamiento sean comunes entre personas de su edad. Creí que nunca iba a
sonar como mi papá, pero es que es real: la juventud de hoy ya no es lo que era
antes.
Millenials, abran paso: llegó la
Generación Z.
Más allá del fantasma moralino
que aqueja a la interacción y la comparación entre diferentes generaciones (“yo
estoy bien, las cosas deben de hacerse así”), el tema resulta de lo más
relevante para los marketeros, y es que pensémoslo así: para 2020, las personas
que hoy tienen entre 14 y 19 años serán el grupo de consumidores más grande del
mundo, llegando a representar hasta el 40% de la población en EUA, Europa o los
BRIC* y mucho de lo que son hoy lo conservarán durante su vida adulta, por lo
que crear marcas significativamente diferenciadas resulta un must para todos y
cada uno de nosotros.
El primer paso es evidente:
conocerlos, sí, pero desmitificándolos. Las personas de la Generación Z no son
aliens: si bien comparten características de generaciones anteriores de
adolescentes, cuentan con un sinnúmero de nuevas herramientas de consulta y
comunicación que les permiten descubrir e incorporar información a su vida en
tiempo real así como expresar sus identidades e influenciar a los demás. Estos
individuos tienen el tiempo y los recursos para tomar decisiones formadas a
partir de fuentes múltiples sin importar el tiempo y el espacio. Si ellos están
despiertos, ¿por qué la opción que buscan no habría de estar disponible en ese
momento?
La Generación Z son personas
altamente críticas y con foco en los detalles. Antes de dejar su casa rumbo a
la tienda, probablemente ya realizaron una búsqueda sobre todos los aspectos
que deberían de tomar en cuenta y leyeron la opinión de varios usuarios en el
mosaico de redes al que pertenecen. Son seres moderadamente influenciables pero
al mismo tiempo altamente influenciadores; son selectivos y viven en un estado
de atención amplia pero parcial gracias a su sobre-exposición a un mundo
multi-pantalla. Para ellos la tecnología no es el gran wow que representaba
para los Millenials sino simplemente el vehículo que les permite llevar a cabo
gran parte de su vida (ergo el mote “Nativos Digitales”).
Esta generación tiene una
cosmovisión diferente que nace y se desarrolla en un mundo de grandes
contrastes: por una parte existe una constante preocupación por la seguridad
nacional en el país más rico del mundo que se hace oír en el resto, mientras
que por otro lado, es más global, más humanitario y más conectado. Quien
pertenece a esta generación aspira al bien social, a la organización
comunitaria y al emprendedurismo. Un tanto paralela a la Silent Generation,
aquella que atravesó las grandes crisis mundiales a inicios del siglo pasado,
la Generación Z son personas más adversas al riesgo y para ellos, las marcas
representan un poderoso referente que ofrece certeza y reduce la incertidumbre.
Estos nuevos consumidores confían
en las marcas como referentes. Son personas que ya no quieren ser amigos de una
galleta en Facebook solo por el hecho de serlo (como lo harían los Y’s o los
Millenials), sino por la capacidad de esta galleta de ofrecerles un mundo
idealizado en el que las experiencias que viven son cercanas a lo que se
imaginan. Nosotros como marketers tendremos que darnos cuenta de ello y
aprovecharlo. Es imperante intentar salir del sarcófago de Mumm-Ra y pensar en
desarrollar poderosas experiencias de marca que vayan más allá de los medios
tradicionales y que logren la conexión con esta generación.
Ya no se trata de generar
contenidos para “llenar el timeline” o contenidos hedónicos que sean “híper
virales” por contener un chiste “de patas cortas”, o contratar agencias que compran
fans para las páginas de Facebook, sino que tenemos que buscar contenidos que
motiven la interacción y permitan establecer asociaciones claras y contundentes
para saber quién es la marca y qué esperar de ella.
¿El reto? Revolucionar
paradigmas. Pensar que, a lo mejor, sí hace sentido involucrarse más en
aspectos sociales, en comunicarse a través de nuevos medios como el mini-video
de Vine o lo híper-visual e intiuitivo de Pinterest, Tumblr o Snapchat entre
otras plataformas. Dejar de pensar que Facebook, o incluso Twitter, son el alfa
y el omega del new media y buscar integrar canales diferentes para ofrecer una
experiencia mucho más rica y vivencial, una experiencia que permita a los
consumidores soñar en un mundo mejor o al menos diferente.
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