Los estragos de los juegos de la
discordia
Forbes - jueves, 20 de
marzo de 2014
Los Juegos de Invierno de Sochi
se convirtieron en los más costosos de la historia. Eso mantuvo la alerta
encendida en Rusia, ante el enfrentamiento que libró Vladimir Putin con
diversos grupos de protesta.
Sochi es una ciudad rusa que se ubica en la
“zona caliente” del Cáucaso y, durante el mes de febrero, tuvo los focos rojos
encendidos por los Juegos Olímpicos (JO) de Invierno, el evento deportivo más
costoso de todos los tiempos, que ha implicado una inversión por 51,000
millones de dólares (mdd).
Los expertos decían que eran los
Juegos de Vladimir Putin, presidente de Rusia. Y ni los grupos extremistas
islámicos ni los separatistas ni los políticos miraron a Sochi 2014 con buenos
ojos; vamos, tampoco la comunidad internacional que se quejó de los daños
ecológicos de la zona, ni la comunidad gay que tacha a Rusia de racista y
homofóbica, ni Lady Gaga que llamó al boicot de la justa.
Los Juegos Olímpicos de Invierno
representaron el más grande acontecimiento en Rusia desde la caída de la URSS.
Como contexto, Putin llevó una serie de reformas relacionadas con el deporte.
No sólo organizó este evento, sino que en cuatro años se celebrará el Mundial
de Fútbol en Rusia y, por si fuera poco, este mismo año la Fórmula 1 llegará a
Sochi. Para este tercio de eventos, Rusia invertirá 71,355 mdd.
Así, mientras las pantallas de tv
transmitían los Juegos Olímpicos de Invierno, la tensión persistía en esta
ciudad enclavada entre las montañas nevadas del Cáucaso y el Mar Negro. El
Parlamento Ruso cuestiono los “gastos excesivos” para estos JO.
Juegos con excesos
El último ranking de
Transparencia Internacional (2013) dice que Rusia es igual de corrupto que
Paquistán, Mali y Nicaragua; y es mucho más que naciones como Sierra Leona,
Kosovo, Nigeria o Togo.
Quizá por eso el descontento de
diversos grupos. Los 51,000 mdd de inversión de las JO no estaban previstos en
ningún presupuesto; incluso, los documentos oficiales relatan que la inversión
total sería de 12,000 mdd, pero con el paso de los años (desde 2007 cuando le
otorgaron la sede a Sochi) la inversión se disparó. Los rusos, por capital, no
pararon. Por algo, 8.1% de los billonarios del planeta son rusos, de acuerdo
con el último ranking anual de Forbes.
Un ejemplo: Alisher Usmanov es el
hombre más rico de Rusia, con una riqueza estimada en 17,600 mdd; no sólo eso,
también es presidente de la Federación Internacional de Esgrima y miembro del
Comité Organizador de estos juegos invernales. Por si faltara algo, dos de sus
empresas (Metalloinvest y MegaFon) son patrocinadoras de la justa.
Sochi siempre fue el sitio de
descanso de los zares rusos y de la elite de aquella nación; al sur, colinda
con Georgia y su población no supera los 370,000 habitantes. “Ésta es la
primera vez que (Rusia) se presenta al mundo en un contexto capitalista”,
analiza Miguel Ángel Lara, presidente del Instituto de Altos Estudios sobre
Deporte, Cultura y Sociedad (Indecus).
El estudio Winter Olympics in the
sub-tropics: corruption and abuse in Sochi, detalla caso por caso el incremento
en el costo de las instalaciones:
a) El estadio donde se desarrolló
la inauguración y tuvo lugar la clausura, estaba presupuestado en 230 mdd; el
costo final fue de 780 mdd.
b) El inmueble de hockey sobre
hielo pasó de 200 a 300 mdd.
c) El valor por habitación de la
villa olímpica por atleta es de 363,000 dólares, cuando el promedio de este
tipo de infraestructura en otras justas olímpicas (verano o invierno) es de
150,000 dólares.
Pero el debate al interior de
Rusia no sólo fue por los altos precios, sino también por los actos de
corrupción que fueron documentados por el congresista Boris Nemtsov, quien a
través de un documento hecho público hace algunos meses sentenció: “Los Juegos
Olímpicos de Sochi son un proyecto personal de Vladimir Putin. El evento expone
muchos abusos del sistema ruso como la corrupción, poco profesionalismo e
irresponsabilidad”.
La familia Rotenberg, amigos
desde la infancia del Presidente, recibió 21 contratos de construcción para el
evento valuados en 7,000 mdd; lo que significa 1,000 mdd más que el costo total
de los Juegos de Invierno de Vancouver, hace cuatro años.
El reporte The Sochi 2014 Winter
Olympics, del Pan European Institute, detalla que la obra monumental, un tren
de alta velocidad que va de Adler a Krasnaya Polyana (la localidad de Sochi)
tuvo un costo aproximado de 50 mdd por kilómetro (son 48 kilómetros en total).
El 29 y 30 de diciembre de 2013
se presentaron los principales actos de repudio a las políticas de Vladimir
Putin y al gasto excesivo de Sochi: 34 muertos en atentados en Volgogrado. El
grupo terrorista islámico Vilayat Daguestán, se adjudicó los ataques y, no
sólo eso, el líder guerrillero Doku Umarov instó a atacar los Juegos Olímpicos.
Reflectores = crisis
Entre 1988 y las designaciones ya
amarradas hasta 2020, hay 18 Juegos Olímpicos (entre sus versiones de invierno
y verano); de esta cifra, 11 se han desarrollado o tendrán lugar en ciudades
de países del G8, el grupo económico más poderoso del mundo. Si se contaran únicamente
los Juegos Olímpicos de Invierno, Noruega es el único país que ha sido sede de
esta justa y que no pertenece a este grupo (en 1994 celebró los Juegos de
Lillehammer); el resto, ha caído en manos de las naciones más industrializadas.
Por lo visto, el capital es determinante para organizar un evento de este
calibre.
“El deporte es uno de los mayores
representantes del capitalismo salvaje, por los gastos excesivos y los sueldos
que se pagan. Ya no es ganar una medalla de oro, sino cuánto te cuesta (económicamente)
ganar una medalla de oro”, dice Miguel Ángel Lara, director de Indecus.
Si se hace la suma del total que
se ha invertido en los diez Juegos Olímpicos más caros de toda la historia la
cifra acaricia los 200,000 mdd.
Si se pudiera lanzar alguna
interpretación de estas cifras, habría que decir que unos Juegos Olímpicos
podrían llevar a la nación organizadora a las puertas de un crack financiero.
Por ejemplo, el gobierno de Montreal, hace un par de años, apenas había
terminado de pagar el costo de albergar el evento deportivo más importante del
mundo en 1976. Recientemente, en una competencia regional como los Juegos
Panamericanos en Guadalajara en 2011, el gobierno del estado se vio orillado a
aumentar su monto de deuda, que se disparó de los 4,000 a los 16,000 mdp,
según el reporte de gastos que presentó el gobierno estatal al Congreso.
Pero el caso más dramático ha
sido Grecia, que en octubre de 2011 se declaró en estado de emergencia. “En
lugar de invertir en infraestructura, lo desperdiciamos en bienes de lujo”,
detalla el presidente de la compañía griega Mytilineos Holding, Evangelos
Holding. Un año antes de los Juegos Olímpicos de Atenas, el país creció 6%,
para el año olímpico (2004) 4% y, hacia 2009, el déficit presupuestal ya alcanzaba
12.7%. Los especialistas detallaban que el costo de organizar los Juegos
Olímpicos y las bajas tasas de interés que generaron un boom de compras
compulsivas, fue el inicio de la bancarrota griega.
Celebración en vilo
Sochi 2014 es para el gobierno ruso
un motivo para hablar de impulso económico. Hace unas semanas, la calificadora
Moody’s detalló que este año se tiene una expectativa de crecimiento para
Rusia, que pasará de 1.5 a 1.9%, teniendo en cuenta los beneficios que traerá
la infraestructura creada para Sochi (en total, hasta el cierre de la justa el
23 de febrero se esperaban 400,000 turistas nacionales e internacionales).
De acuerdo con el reporte Summary
Report on the Olympic Games Impact, la economía de Sochi creció 178.8% entre
2005 y 2010 (el lapso donde se otorgó la sede, se generaron empleos y se
iniciaron las obras de infraestructura).
“(Ganar la sede) es un reconocimiento
a las posibilidades de crecimiento de Rusia”, dijo Vladimir Putin aquel verano
de 2007, cuando el Comité Olímpico Internacional le dijo que una de las
ciudades de su país albergaría los juegos invernales.
Aunque los números en los gastos
representaron un “exceso” y las protestas persistieron siempre, Vladimir Putin
siempre se empeñó en hacer de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi una
ventana para Rusia.
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