El castellano conquista el nombre
de muchas bandas anglosajonas
EFE - martes, 18 de marzo
de 2014
Si un aficionado oye música por
la radio de grupos como Amor de Días, San Fermín o Los Campesinos puede pensar
que son bandas nacidas en España o al otro lado del río Grande. Pero cuando
observe que cantan en inglés tampoco se sentirá extraño: es el idioma del rock
para centenares de chavales de todo el mundo.
El oyente ha caído en la trampa y
está, ligeramente, equivocado. Está escuchando a una nueva ola de bandas
anglosajonas o nórdicas que usan el idioma castellano para denominarse, para
nombrarse como marca musical. La tendencia no es nueva.
Clásicos como The Ramones, Yo La
Tengo o Sigue Sigue Sputnik, apostaron en su día por un nombre o expresión en
castellano y no les impidió, sino todo lo contrario, alcanzar el éxito y la
popularidad.
Por ejemplo "Yo la
Tengo" es una banda de culto que practica el "indie" rock,
creada en 1984, en Nueva Jersey (EE.UU). Su nombre nace de una anécdota del
béisbol: Richie Ashburn jugaba en los New York Mets y chocaba constantemente
con su compañero venezolano Elio Chacón. Cuando iba a por la pelota, decía
"I got it". Elio no sabía inglés y acababan cruzándose uno contra
otro.
Un día, Ashburn dijo "¡Yo la
tengo!", y consiguió detener la bola sin chocar con Chacón. Sin embargo,
otro compañero que no sabía español, Frank Thomas (91 kilos), le golpeó
mientras se preguntaba qué era eso de "yellow tango".
También anecdótico es el caso The
Ramones. Según la mayoría de sus biógrafos, adaptaron el apellido Ramone para
simular que todos eran hermanos. Y la idea no fue suya; decidieron usarlo tras
enterarse que Paul McCartney usaba el seudónimo de "Paul Ramone"
cuando se registraba en los hoteles para escapar de sus fans.
En el espectro de grupos de la
onda independiente han surgido, en los últimos años, una colección de bandas
con acento "en castellano".
Británicos como Gomez -sin
tilde-, Los Campesinos o The Delgados -por Perico, el ciclista y comentarista
televisivo segoviano-; belgas como "Vaya por Dios" o nórdicos como
"I?m From Barcelona" (homenaje al Manuel de la mítica serie de la BBC
"Fawlty Towers"), son algunos ejemplos con denominación de origen
hispano.
También hay sitio para ciudades,
calles o fiestas a la hora de buscar tu nombre favorito para tu grupo de moda.
Por ejemplo, Barcelona, además de ser la capital de Cataluña, ha dado nombre a
combos musicales de Virginia y Seattle, sin ir más lejos.
O San Fermín, que, además de ser
santo patrón de Navarra, es el nombre de un novísimo grupo de Nueva York que,
en su primer y único disco (2013), introduce en su portada un hermoso toro de
lidia.
Según su líder, Ellis
Ludwig-Leone, el nombre de la banda, de "pop barroco", surge de su
fascinación por el encierro donde la gente corre delante de los toros "a
vida o muerte". Eso sí, en su primera gira europea no pisan la península
ibérica por si acaso.
Más curiosa es la historia del
dúo Amor de Días. En declaraciones a EFE, su cantante -española- Lupe
Núñez-Fernández explica que todo nació de un error lingüístico. "El nombre
surgió un día caminando por Madrid, por la calle "Amor de Dios";
Alasdair Mclean -la otra pata del grupo- creía que era Amor de Días. El juego
de palabras le pareció muy poético. Yo me reí y al final, así nos
quedamos".
Lupe, que antes estuvo en el
grupo británico "Pipas", defiende con "Amor de Días" un
exquisito sonido folk con toques de "bossa nova",
"twee-pop" , barnizado, obviamente, con la lengua inglesa.
Mucho más minoritarios pero de
última hora hay que destacar a las "chicas luminosas" de "garage
surf" La Luz (Seattle, EE.UU), a Ola Podrida -no confundir con la olla-, a
Helado Negro, a los errores gramaticales de los chicos de Muuybiien o al músico
electrónico finlandés Pepe Deluxé, otra joya para paladares muy viajados.
Después de este viaje por esta
tendencia -minoritaria-, algunos pueden apuntar que existen más ejemplos como
Nirvana, Génesis o tipos con apellido castellano-manchego (Bono), que lideran
exitosas bandas irlandesas.
Cierto, cualquier excusa es buena
para alimentar el ego patriótico, pero no nos engañemos. La aparición temporal
de grupos anglosajones con nombres en español no es un efecto más de la Marca
España. Es tan solo una moda casual en un mundo cada día más mezclado y
globalizado.
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