Skid Row, la ciudad de Los Ángeles caídos
AFP - domingo, 5 de octubre de 2014
Una mujer camina entre los coches ajena al
peligro, mientras dos hombres salen de unas tiendas de campaña tapados con
trozos de tela: en el corazón de Los Ángeles, Skid Row es desde hace un siglo
la capital estadounidense de los sin techo.
Unas 2.000 personas, casi el 75% de ellas
negras, viven en la calle o en paupérrimas tiendas en esta zona situada al sur
de la ciudad, convertida en refugio para aquellos que ya no pueden caer más
bajo en el escalafón social, sin agua, electricidad ni lugar donde tirar su
basura.
La gran mayoría son alcohólicos, drogadictos o
tienen problemas físicos o mentales. Y entre tanto desamparado, la violencia
está a la orden del día.
"Ha sido muy difícil para mí", se
lamenta Chesterlas Nelson Jr. un cantante apodado con el nombre de "El
artista" que lleva viviendo 15 años bajo una humilde lona.
"Cada vez que abandono mi lugar para hacer
algo y vuelvo, me encuentro con que me han destruido todo; ya me robaron todas
las tiendas que tuve", explica.
Eunice Carr V, otro habitante de este tenebroso
lugar, cuenta que él y su esposa sufren agresiones. "Hay veces que viene
alguien y nos pega. Skid Row es peligroso, incluso durante el día".
- Una comida caliente -
Los Ángeles es para el profesor de Derecho en
la universidad UCLA y experto en temas relacionados con indigentes, Gary Blasi,
una paradoja.
"Aquí tenemos el mayor número de
millonarios y de mansiones, pero también tenemos la pobreza más extrema del
país", explica a la AFP.
Una decena de organizaciones benéficas se han
instalado en la zona para impulsar programas sociales, médicos y de reinserción
con el fin de mejorar las condiciones de vida de los habitantes del barrio.
"Aquí comemos todos los días",
celebra Eunice Carr V, gracias a comedores gratuitos como el de la LA Mission,
un centro para indigentes dirigido por Herb Smith, donde la gente acude a
buscar una comida caliente o ser visitados por un médico.
El último programa creado se llama "Plan
for Hope" (Plan para la esperanza) y fue promovido por un consejero
municipal, aunque la mayoría de la financiación pública es destinada a
patrullas que vigilan la zona, que registra altos niveles de violencia y criminalidad.
"Tus posibilidades de acabar en la sala de
emergencias se multiplican por cinco cuando se vive en la calle. El hospital es
terriblemente caro, se pueden gastar fácilmente 5.000 dólares en un día, la
misma cantidad que se gasta en dos años en una vivienda social", dice
Blasi.
- El lujo amenaza -
Pero mientras Skid Row recibe cada día a nuevos
desamparados, no muy lejos empieza una nueva población de vecinos con un futuro
mucho más pudiente.
Jóvenes trabajadores con poder adquisitivo
están adquiriendo apartamentos y "lofts" en edificios totalmente
restaurados, impulsando el mayor renacimiento de esta zona de Los Ángeles desde
los años 1970 y amenazando "los hogares" de los indigentes.
"Yo apoyo que se esté renovando esta zona,
porque ha estado abandonada demasiado tiempo", dice a la AFP el activista
Dogon.
"Pero no estoy de acuerdo con que se eche
a la gente mayor. No es justo. Es una idea que va en contra del espíritu, el
alma y la cultura de este lugar", señala.
Pero aunque él dedique todas sus energías a
proteger a la comunidad indigente, principalmente de los peligros y las
agresiones, parece inevitable que los sin techo deberán buscar nuevas calles
para vivir ante el acecho de los promotores inmobiliarios.
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