Relaciones públicas: el básico de la comunicación
de marca
Forbes -
jueves, 9 de octubre de 2014
Las relaciones públicas son el aliado de cada
marca, individuo u organización para que haga frente a cualquier situación sin
renunciar a su identidad.
Uno de los diferentes sectores en los que me he
involucrado como asesora estratégica es la industria de la moda. En este mundo,
un tema siempre recurrente son los listados de “los básicos del buen vestir”,
donde nunca falta el clásico vestido negro o little black dress (LBD, por sus
siglas en inglés), y su homólogo el traje negro. Las cualidades innegables de
esta prenda, que le permiten ayudarnos a “estar listo para cualquier ocasión”,
me parecen comparables con su gemelo del mundo de la comunicación de marca: las
relaciones públicas.
Cuando se piensa en las cualidades que definen
a estas piezas irrenunciables de un buen guardarropa es evidente que las
relaciones públicas funcionan de la misma forma, como el aliado que acompaña a
cada marca, individuo u organización a fin de que esté listo para cualquier
situación sin renunciar a su identidad.
Si bien la analogía podría parecer superficial
en el mundo empresarial, resulta práctica para poder construir una breve guía
que nos asista para identificar un buen plan de relaciones públicas, con el
cual, al igual que con esa prenda, se consiga preservar estilo y consistencia
en la imagen que se transmite, tratando de acercarnos a la muy acertada y aún
vigente visión de mademoiselle Chanel.
Es así que compartimos las 5 cualidades a
identificar en una estrategia de relaciones públicas para determinar si el
“guardarropa” de comunicación de marca con que se cuenta tiene cubierto este
clásico del buen vestir o, mejor dicho, del buen branding.
1. Durabilidad. Como el vestido que preserva su
calidad, la vigencia de la estrategia prevalece fiel a la personalidad de la
marca, organización o individuo.
2. Atemporalidad. La estrategia trasciende
épocas, estaciones y coyunturas garantizando la consistencia a través del
tiempo, como el vestido que rompe barreras de generaciones y modas para
permanecer.
3. Versatilidad. Al igual que la prenda que se
adecua con sencillez al tipo de evento, el plan de comunicación se adapta con
facilidad y rapidez a diversos ambientes o audiencias sin renunciar a su
esencia.
4. Neutralidad. Cada acción integrada a la
estrategia mantiene consistencia al objetivo original sin entrar en conflicto
con el resto de las acciones, de la misma forma que el vestido sirve de pieza
base para cualquier ocasión.
5. Accesibilidad. La comprensión de las
acciones parte de la estrategia y son fáciles de usar, tal como la pieza de
vestimenta se integra naturalmente al guardarropa.
Vale la pena recordar que a las cualidades
descritas les anteceden buena materia prima (información), un buen corte
(diseño estratégico) y exposición, ya que un buen plan de comunicación, como un
buen vestido negro, se le aprecia y valora más conforme se le usa y resulta
útiles para más situaciones.
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