4 formas de evitar el texting
& driving
Forbes - viernes, 23 de
mayo de 2014
“Si un segundo basta para morir,
basta también para cambiar”, así que si eres un asiduo practicante del texting
& driving, aún no es tarde.
Este fin de semana me preguntaba
¿cuántas cosas pueden caber en cinco segundos? Un bostezo, un buen sorbo de
café, el mejor de los abrazos, una jugada de gol o un breve y sólido solo de
guitarra. Es muy probable que esta lista corra el riesgo de ser interminable;
sin embargo podemos hacer una pausa en un caso concreto. En un abrir y cerrar
de ojos te cambia la vida por completo.
Imaginemos que Luis, el nuevo
gerente de la planta a la que le ha dedicado los últimos cinco años de su vida,
está feliz y eufórico por su reciente nombramiento. No cabe de la emoción y,
como suele pasar, no aguanta la hora para llegar a casa y compartir la buena
nueva. Aunque ya le llamó a su esposa, el ímpetu del nuevo cargo lo invita a
que tal felicidad debe ser compartida con sus amigos y con el resto de su
familia.
Va de camino a su casa, y como el
tránsito es pesado en algunos tramos, saca su smartphone para intercalar sus
manos entre el volante y la mensajería instantánea, un par de perfiles en redes
sociales y una breve llamada a su mejor amigo. La noticia ahora es más grande,
ya que su pericia al volante, pero sobre todo la velocidad de sus pulgares, le
han dejado creer que el texting and driving es normal.
Según cifras del Instituto
Tecnológico de Transporte de Virginia, las personas que acostumbran textear
mientras conducen promedian cinco segundos cada vez que dejan de ver la
carretera y fijan su vista en su dispositivo móvil. Si se va a una velocidad de
80 kilómetros por hora, en cinco segundos se puede recorrer el largo de una
cancha de futbol, por ejemplo. Esto, evidentemente, aumenta 23 veces todos los
riesgos al manejar.
El desenlace de Luis ya no lo
conoceremos, toda vez que, efectivamente, esos cinco segundos marcaron la
diferencia entre llegar a su casa a celebrar con sus seres queridos, darle un
tallón al coche de enfrente y llamarle al seguro o salir lastimado. Y no sólo
se trata de textear y hacer malabares con las manos, pues según la Universidad
de UTAH, cuando se usa la opción “manos libres”, la capacidad de reacción ante
cualquier imprevisto es mucho más lenta que cuando el conductor está
completamente concentrado en la carretera.
Y por supuesto no se trata de una
cuestión de orgullo, de conectividad o de adicción a los dispositivos móviles.
El poeta cubano Eliseo Diego comentó: “Si un segundo basta para morir, basta
también para cambiar”, por lo que el texting & driving es un fenómeno que
cada vez se hace más grande, y es por eso que los retos en materia de educación
y comunicación también se hacen mayores, siendo el CEO de la compañía el
primero en propagar el pensamiento a su equipo directivo, dado que mucha de la
comunicación corporativa se da cuando uno está fuera de la oficina y existen
muchas solicitudes de respuesta a mensajes y correos por el trabajo.
Marcas, medios, sociedad civil,
en fin, concientizar en torno de este problema es una tarea que nos toca a
todos, y en la medida en que estemos mejor informados y desarrollemos mejores
hábitos de seguridad personal, y de los demás, podremos edificar un consumo
tecnológico responsable.
Si el caso de Luis te pareció un
tanto familiar o conoces a alguien que sigue creyendo que a él no le va a pasar
o se justifica con el famoso “qué tanto es tantito”, o incluso si tú mismo has
caído en la desafortunada práctica de textear al volante, revisemos y
compartamos estas cuatro formas sencillas para evitarlo. Y si bien a más de uno
le podría resultar una exageración o hasta incómodo tener que recurrir a estos
tips, la verdad es que, como bien reza el dicho, “más vale prevenir que
lamentar”.
1. Ojos que no ven, corazón que
no siente
Un poco más de la filosofía
popular para poner en marcha un alto definitivo al texting & driving. Si
vas a manejar, lleva tus dispositivos en el portafolio y guarda todo en la
cajuela. Aunque consideres de vital importancia llevar tus dispositivos móviles
en el bolsillo de la camisa, es muy probable que cuando llegues a tu destino
puedas responder los mensajes que eventualmente llegaron a tu buzón en el
trayecto. Y si ya de plano tienes proyectado pasar un rato considerable frente
al volante, prevé los asuntos más importantes y calcula los periodos en los
que, evidentemente, ya no podrás textear.
2. ¿Y dónde está el copiloto?
Si tienes la oportunidad de
conducir con al menos un tripulante de compañía, y además consideras
impostergable responder algún mensaje, pide ayuda y deja que tus compañeros
ocupen su vista y sus manos en el dispositivo mientras tú no pierdes de vista
la vía.
3. Silencio, el mejor aliado
Si alguno de los escenarios
anteriores no te convenció, también podrás activar el modo “silencio” de tu
dispositivo. De esta manera lo tendrás al alcance de tu mano, pero no tendrás
cada interrupción sonora que en muchas ocasiones puede resultar de menor
importancia; tal vez fue sólo un mensaje sobre las noticias del día. Haz la
prueba y platícanos cómo te fue.
4. Usa la tecnología a tu favor
Y justamente porque estamos
hablando de comportamientos relativamente nuevos y que obedecen al desarrollo
de la tecnología, también te podría servir darle una oportunidad a las
distintas aplicaciones móviles que ofrece este servicio: contestar tus mensajes,
personalizar según el remitente o simplemente notificar que en este momento no
puedes contestar.
¡Piénsalo! Si la persona que te
escribió recibe una respuesta automática porque está al volante, seguro podrá
contagiar la responsabilidad y hacer de éste un mejor hábito en torno a los
conductores hiperconectados.
Herramientas como DriveMode and
Drive First, Quiet Zone, tXtBlocker o DriveSafe.ly, entre otras, podrán suponer
un gran aliado en este cambio de conducta. Haz la prueba y tal vez descubras
que no pasa nada si esperas a estar bajo el auto y entonces sí responder toda
tu mensajería.
El poeta argentino Antonio
Porchia escribió: “Mueren cien años en un instante, lo mismo que un instante en
un instante”,por lo que tener todos tus sentidos al volante y llegar seguro a
tu destino hace la diferencia. Aplica estos pequeños consejos y compártelos con
tus colaboradores para ir creando nuevos hábitos en el nuevo escenario de
movilidad e hiperconectividad en el que estamos inmersos los ejecutivos de hoy
en día.
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