Los indígenas que dejaron
perplejos a los alemanes en la Primera Guerra Mundial
LaNacion - lunes, 26 de
mayo de 2014
En el otoño de 1918, tropas
estadounidenses participaron en la ofensiva de Meuse-Argonne, en el frente
occidental. Era una de las mayores operaciones de soldados estadounidenses en
guerra, pero las comunicaciones en el campo estaban en peligro. Los alemanes
habían logrado pinchar las líneas telefónicas, estaban descifrando los códigos
y capturando repetidamente a los mensajeros enviados a entregar instrucciones
directamente.
"Era un problema muy grande,
y no sabían cómo resolverlo", le dice a la BBC Matt Reed, curador de
colecciones amerindias del Centro Histórico de Oklahoma, sede de la Sociedad
Histórica de Oklahoma.
Fue entonces que se toparon con
la solución por casualidad: una conversación entre dos soldados choctaw en el
142do. Regimento de Infantería. Los hombres estaban charlando cuando un capitán
se acercó y les preguntó qué idioma estaban hablando. Dándose cuenta del
potencial para comunicaciones, les preguntó si otros soldados hablaban la
lengua entre la tropa.
En efecto, había soldados choctaw
en los cuarteles generales. Usando un teléfono de campo, el capitán hizo que
los hombres transmitieran un mensaje en su lengua nativa, que sus colegas
tradujeron rápidamente al inglés. Así nació el escuadrón telefónico choctaw. Y
así nacieron los "locutores de claves".
"Usar el lenguaje choctaw
tenía unas enormes ventajas", afirma William Meadows de la Universidad
Estatal de Misouri, el único académico que ha estudiado y escrito extensamente
sobre los locutores de claves choctaw. "Era una lengua prácticamente
desconocida. Sólo unas pocas tribus amerindias tenían poblaciones superiores a
20.000 personas, y en la mayoría de los casos no había registros escritos. Y lo
que había era sólo la Biblia y unos himnos, que se usaban localmente".
El escuadrón fue puesto en acción
casi inmediatamente. En cuestión de horas, ocho soldados que hablaban choctaw
fueron despachados a posiciones estratégicas. Ellos fueron fundamentales para
las tropas estadounidenses en varias batallas, le cuenta Meadows a la BBC.
Incluso si los alemanes estaban
escuchando, no podían entender. Además era la manera más rápida de codificar y
decodificar información, más rápida que cualquier máquina, lo cual le dio a las
tropas estadounidenses una ventaja crucial sobre el enemigo.
"La lengua dejó pasmados a
los alemanes", dice Reed, quien añade que entonces comenzaron a circular
teorías extrañas acerca de cómo se producían sus sonidos. "Se dice que
creían que Estados Unidos había inventado un artilugio para hablar debajo del
agua".
El dialecto choctaw no incluía
muchos términos militares, así que se crearon expresiones en código. Las armas
automáticas eran "las pequeñas armas que disparan rápido" y los
batallones eran identificados por el número de granos en una mazorca de maíz.
Esto creó un "código dentro del código" e hizo el lenguaje aún más
impenetrable, explica Meadows.
En total, 19 soldados choctaw
fueron reclutados para el escuadrón telefónico. Venían de los Regimientos de
Infantería 141ro., 142do. y 143ro. Muchos se conocían desde Oklahoma. Otras
tribus amerindias serían empleadas de la misma manera después, entre ellas la
comanche.
La ofensiva de Meuse-Argonne
terminó siendo parte de la campaña final de los aliados en el Frente
Occidental, pero el trabajo de los choctaw determinaría las comunicaciones
militares en conflictos subsiguientes. Los locutores de claves navajo y comache
de la II Guerra Mundial están entre los más distinguidos.
En ambas guerras se utilizaron
dos tipos de locutores de claves de esta naturaleza, señala Meadows, quien es
autor del libro "Los locutores de claves comanches de la Segunda Guerra
Mundial". Los primeros utilizaron términos militares especiales recreados
en su lengua nativa; los segundos, sólo el vocabulario nativo existente. Se
cree que ninguno de los lenguajes o códigos utilizados fueron jamás descifrados
por el enemigo, según añade el especialista.
"La idea de hablar en código
usando lenguas originarias fue copiada una y otra vez, pero podría no haber
ocurrido nunca de no haber sido por los choctaw", dice Nuchi Nashoba,
presidente de la Asociación de Locutores en Clave Choctaw. Su bisuabuelo, Ben
Carterby, fue uno de los hombres que participó en la primera prueba que se hizo
para enviar un mensaje al Frente Occidental.
"Fueron los locutores de
claves originales y siempre serán una fuente de inmenso orgullo para nuestra
tribu".
Pero, al mismo tiempo, la lengua
choctaw se encontraba bajo enorme presión en Estados Unidos. En esa época
estaba en boga la idea de la asimilación cultural. Los intentos del gobierno de
"civilizar" a los amerindios involucraban meter a los niños en
internados estatales, donde con frecuencia se los reprendía por hablar su
lengua nativa.
"Había una situación
descabellada en la que el lenguaje choctaw estaba siendo utilizado como un arma
de guerra formidable, mientras que en casa los niños eran golpeados por
usarlo", dice Judy Allen, funcionaria de relaciones tribales con la Nación
Choctaw de Oklahoma. "Los dos soldados a los que un oficial oyó hablando
choctaw probablemente creyeron que estaban en problemas cuando se les acercó,
en vez de que estaban a punto de ofrecer la solución a los problemas de
comunicación del ejército".
Como otras tribus, el modo de
vida de los choctaw se encontraba amenazado. Poco más que una generación antes,
habían sido retirados a la fuerza de su tierra ancestral. Bajo una ley de 1830,
fueron sacados de áreas alrededor de Misisipi hacia lo que hoy es Oklahoma. Se
le conoce como el "Camino de las lágrimas": de unos 12.000 choctaws
que fueron trasladados, unos 2.500 murieron de hambre, enfermedad y
agotamiento.
Pero cuando el gobierno los
necesitó, ellos respondieron, dice Meadows. "Los soldados choctaw fueron
increíblemente gentiles y dispuestos a compartir su lengua. No tenían que
hacerlo, pero lo hicieron. Tenían algo que era único y estaban increíblemente
orgullosos de ello".
A nivel nacional, los amerindios
no obtuvieron la nacionalidad estadounidense hasta 1924, años después de que
terminara la Primera Guerra Mundial, aún cuando más de 12.000 de ellos habían
peleado en el frente de batalla, de acuerdo con el Museo Nacional de Indios
Americanos. Se ofrecieron como voluntarios para luchar porque defender a su
pueblo y su tierra era parte de su cultura y su tradición.
"Era una extensión del rol
tradicional de guerrero", dice Reed. "Los hombes protegían y proveían
para aquellos que no podían hacerlo por sí mismos o no se esperaba que lo
hicieran. Es parte de lo que significa ser hombre y ser líder. Los guerreros
eran tratados con el mayor de los respetos por sus comunidades. Era lo mismo
con los veteranos; aún es así hoy en día".
Todos los miembros del escuadrón
teléfonico regresaron a casa con sus familias, dice Meadows. Por décadas, su
papel como locutores de claves era prácticamente desconocido fuera de la tribu
y sus esfuerzos pasaron sin ser reconocidos. En algunos casos, sus propias
esposas y familiares sabían muy poco del asunto.
"Los choctaw no creen en
hablar de sus propios logros; es cosa de otros alabarlos", dice Nashoba.
"Los locutores de clave no contaban muchas historias de sí mismos.
Consideraban lo que habían hecho como su deber. Cuando mi bisuabuelo fue entrevistado
por una publicación local cuando regresó de la guerra, simplemente dijo 'fui a
Francia, vie el país y regresé vivo'. Sólo eso".
También era un tema delicado para
el gobierno. Habría sido difícil explicar que la misma lengua que estaban
tratando de erradicar en Estados Unidos había sido fundamental para las
comunicaciones en el campo de batalla. El buró de Asuntos Indios y el gobierno
no recalcaron su uso, dice Meadows. Además, los líderes militares también se
dieron cuenta del potencial que había en usar lenguas nativas y no querían que
la estrategia se diera a conocer.
"Aunque los locutores de
claves navajos de la Segunda Guerra Mundial fueron objeto de atención pública
cuando su código fue desclasificado en 1968 y recibieron reconocimiento del
Congreso y medallas de plata en 2001, todos los demás locutores de claves
siguieron sin ser reconocidos a nivel federal", dice Meadows.
Pero la atención que recibieron
los navajos pronto despertó el interés por los choctaw. Familiares de los
hombres y la tribu reunieron la información que pudieron con un puñado de
documentos existentes y con los relatos de los pocos veteranos que estaban
vivos. Trabajaron duro e hicieron campaña junto con otras tribus para que se
reconociera el trabajo de sus hombres.
En 1989, el gobierno francés les
otorgó la Orden Nacional al Mérito en forma póstuma a los locutores de claves
choctaw de la I y de la II Guerra Mundial, así como a los locutores de claves
comanches de la Segunda Guerra Mundial.
Pero no fue hasta 2008 que la Ley
de Reconocimiento de Locutores de Claves fue aprobada en el Congreso, rindiendo
homenaje a cientos de locutores de claves de diferentes tribus que habían sido
ignorados, incluidos los choctaw. Finalmente, en noviembre del año pasado, cada
gobierno tribal recibió medallas de oro del Congreso, la distinción civil de
más alto nivel en Estados Unidos. Llevaban grabado un diseño exclusivo que
representaba a su tribu. Las familias de cada locutor de claves recibió una
versión similar en plata.
En la ceremonia, el senador Harry
Reid dijo: "En la hora de mayor necesidad de esta nación, los lenguajes
nativos americanos demostraron tener un gran valor. El gobierno de Estados
Unidos recurrió a la gente y a la lengua que había tratado de erradicar".
Fue un momento agridulce, dice
Nashoba. "Los locutores de claves originales nunca llegaron a ver el día
(en que se reconoció su trabajo) y muchos de sus familiares, que habían hecho
tanta campaña por ellos, también habían muerto. Pero también fue un momento
increíble, no puedo expresar con palabras la alegría y el orgullo que sentí.
Esos hombres merecían ser honrados".
Nadie podría haber adivinado que
una conversación escuchada por casualidad terminara siendo tan significativa,
dice Meadows. "A veces las grandes cosas ocurren por accidente".
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