El 'listo' alemán que dice que el
mundo no existe
elmundo.es
Se llama Markus Gabriel y es el
'Marc Márquez' del pensamiento
Es el filósofo más joven y
brillante de la Alemania de Merkel
Habla nueve lenguas. Su libro 'El
mundo no existe' está entre los más vendidos
Puso nombre a su filosofía, Nuevo
Realismo, en un café de Nápoles
Es un lanzado, y aún practica
'skateboarding'
Cuando tenía 16 años, Markus
Gabriel tuvo una profunda revelación. Todo empezó cuando se rompió el tobillo
haciendo skateboarding. Estuvo en cama muchos días y un amigo teólogo le llevó
un libro de filosofía. «No comprendí nada», dice Gabriel. Luego leyó otro libro
titulado El mundo como voluntad y representación, de Arthur Schopenhauer. «A
este sí lo entendí». Pero aquello fue como tragarse una bomba porque decía que
el mundo era mentira: una ilusión.
Gabriel tuvo un shock emocional:
«Muchas de mis creencias cotidianas eran falsas o no estaban bien
justificadas». A partir de ahí se lanzó a buscar lo verdadero estudiando
filosofía, lenguaje, germanística... Y lo hizo con tanto ahínco que a los 28
años consiguió algo que muy pocos logran en Alemania: su Habilitation. Es un
título mucho más difícil que el doctorado porque el estudiante no puede ser
guiado por ningún profesor y debe prepararse a solas ante un duro tribunal de
inquisidores. Gabriel presentó un trabajo tan profundo que gracias a ello, a
los 29 años, se convirtió en el profesor universitario de Filosofía más joven
de Alemania. Pero lo mejor llegó después: a los 33 años sacó un libro titulado
El mundo no existe que en 2013 se convirtió en uno de los más vendidos en
Alemania según la lista de la revista Der Spiegel.
'La entrevista en español'
«Ha sido una sorpresa para mí y
para la editorial Ulstein», dice Markus Gabriel. Hoy tiene 34 años y todas las
semanas aparece en radio, televisión, prensa o da charlas en salas abarrotadas
de gente porque explica filosofía usando películas como Matrix. Es el Marc
Márquez del pensamiento, sólo que rubio y con gafas. Según Wikipedia, habla
inglés, francés, español, italiano, portugués, chino y alemán, por supuesto.
Domina también el latín y el griego. ¿En serio habla usted todas esas lenguas?,
le pregunto desconfiado en inglés. «Bueno, si quiere podemos hacer la
entrevista en español», responde Gabriel en perfecto castellano por teléfono
desde su despacho en la Universidad de Bonn.
Ajá, eso es que tiene un método
secreto. ¿Me lo puede confesar? Y Gabriel dice en español: «El único método
secreto es que me encantan los idiomas. Para entender a los demás, tengo que
aprender sus idiomas. Bueno, el griego y el latín me ayudaron mucho a entender
español, italiano y francés. Fueron más fáciles que el chino». Y eso de que «el
mundo no existe», ¿me lo podría explicar como si yo fuera un niño?
«Claro. Le diría a ese niño:
mira, a veces sueñas con que estás en un sitio. Entonces te despiertas y estás
en otro sitio. Por la mañana vas a la escuela y estás en un sitio. Luego vas a
casa de tus abuelos que están en un sitio. Tú siempre estás en un sitio, pero
nunca en todos los sitios». Lo que quiere decir Gabriel es que no existe algo
que englobe todos los sitios porque sería una contradicción. Sería más grande
que todos los sitios. «Hace poco, una chica de 11 años me preguntó:
"¿Quiere decir que no hay nada más grande que todas las cosas?". ¡Eso
es!, le dije», afirma Gabriel. «Si [el universo] está dentro de una cosa más
grande que el universo, entonces el universo ya no es el todo. Y esa es la
paradoja: el todo no puede ser parte de sí mismo».
Entonces, ¿qué es la realidad?
¿Qué es el mundo? Gabriel afirma que la realidad se nos aparece a cada uno
mediante campos de sentido, como esos sitios que se le aparecían al niño a lo
largo del día.
¿Por qué se ha revolucionado el
pensamiento filosófico? Porque un día, un pensador alemán llamado Kant nos
deprimió al decirnos que jamás podríamos conocer el mundo ya que los sentidos
nos mienten. Y ahora viene Gabriel con una filosofía optimista que grita al
mundo: «Eh, chicos, creo que podemos conocer los hechos tal como son. Soy
optimista».
Lo llamó Nuevo Realismo y se le
ocurrió mientras tomaba un café en Nápoles con otro amigo filósofo llamado
Maurizio Ferraris. Algunos críticos se rieron de este chico ingenuo y
calificaron su libro de «simple» y de «filosofía para tontos». Lo que no
esperaban es que pensadores como Umberto Eco, Hillary Puttnam y John Searle le
dieran a Gabriel un espaldarazo de categoría mundial.
No limitarse a ver 'cosas'
¿Qué trae esta filosofía de
nuevo? «Podemos reconocer la realidad de los productos humanos, la realidad de
los gobiernos, de los pensamientos, del arte, del amor...». Es como entrar en
un restaurante y no limitarse a ver solo cosas como toldos y mesas, sino
también hechos como gente que se ama, sufre o dibuja.
Por eso, cuando se le pregunta a
Gabriel si ha creado un sistema filosófico superando al de Kant, responde sin
dudas: «Sí». Es un sistema para interpretar el mundo.
Un momento, ¿es que su libro
sirve para encontrar sentido a la vida? «Sí. Muchas personas no ven el sentido
en sus vidas porque creen que se necesita un sentido más profundo. Pero no hay
un sentido más profundo que el sentido que damos a nuestra vida».
Entonces ¿cada uno debe de buscar
su sentido en la vida porque no hay un sentido que abarque a todo? Y Gabriel
exclama: «¡Exacto!».
¿Y Dios? ¿Dónde está Dios en su
filosofía? «Dios es la idea de nuestra capacidad de entender cómo son las cosas
y los hechos».
No me resisto a hacerle la última
pregunta, la más trascendental de todas.
Profesor, ¿sigue haciendo
skateboarding?
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