Tradicionales vs. Millennials,
¿la nueva guerra?
Forbes - viernes, 30 de
mayo de 2014
Por primera vez en la historia,
en el mercado laboral coinciden hasta cuatro generaciones de trabajadores.
¿Cómo le hacen las compañías para no convertirse en un campo de batalla? El
reto es que no se confronten sino que se integren para beneficio de las empresas.
¿Hasta qué punto las ideas de los
empleados jóvenes son un paso hacia la innovación y hasta dónde un riesgo para
la estabilidad de una compañía? ¿Cuándo las ideas conservadoras de los
empleados mayores pueden proteger la permanencia de las empresas y cuándo
pueden condenarlas al rezago?
Éstas son las preguntas que
actualmente se hacen al interior de las organizaciones. La razón: hoy, como
nunca antes, en los grandes corporativos coinciden trabajadores de cuatro distintas
generaciones. Tradicionalistas, Baby boomers, Generación X y Millennials ocupan
distintas posiciones dentro de una misma empresa. ¿Cómo obtener lo mejor de
cada generación?
La internacionalización de los
mercados, el incremento de competidores, el avance tecnológico y los cambios
demográficos que se han presentado durante los últimos años cambiaron las
condiciones de éxito y de ventaja competitiva de las organizaciones. Cada vez
se requiere de un mayor nivel de talento de los colaboradores para asegurar la
ejecución de nuevas estrategias y procesos de cambio que permitan generar una
ventaja competitiva dentro del sector.
Dentro de este contexto de alta
competitividad, muchos especialistas en temas de gestión del capital humano
hablan de que estamos viviendo una “escasez de talento”, por lo que dentro de
las empresas se generan puestos para los que es necesario un mayor nivel de
conocimientos y habilidades que en el pasado.
Esta realidad hace que aumenten
los niveles de desempleo de personas poco calificadas y, a su vez, las muy
calificadas sean menos comunes y de alto costo. Así, la escasez de talento
plantea a las empresas el reto de cómo lograr atraer y comprometer al joven que
presenta inquietudes y expectativas distintas de las generaciones anteriores.
¿Campo de batalla?
Uno de los principales temas de
interés de las áreas de gestión del capital humanode los últimos años ha sido
el de la diversidad de generaciones compartiendo el mercado laboral. Por
primera vez en la historia, cuatro generaciones coinciden en el mismo tiempo y
espacio.
Por ejemplo, un estudio realizado
por la consultora Manpower señala que 85% de los profesionales se relaciona con
al menos tres generaciones distintas en su lugar de trabajo.
Según especialistas que han teorizado
en el tema, una generación construye su carácter con base en una serie de
factores.
Aunque existen diferencias entre
los autores que tratan el tema, se suele identificar a las generaciones activas
como: Tradicionales (nacidos hasta 1945), Baby boomers (nacidos entre 1946 y
1964), Generación X (nacidos entre 1965 y 1980) y Generación Y, también llamada
por algunos la Net Generation o Millennials (nacidos a partir de 1980 y tal vez
2000).
Un mercado convulso
Los sucesos del comportamiento de
las economías a nivel mundial de los últimos años han cambiado mucho la
realidad del mercado laboral y, por tanto, las oportunidades de empleo para los
jóvenes. Muchos de ellos están renunciado a seguir buscando una oportunidad
profesional. La tasa de empleo juvenil, estimada en 12.6% para 2013, se acerca
al nivel máximo registrado durante la crisis actual. Al mismo tiempo, el empleo
informal entre los jóvenes sigue extendiéndose y las transiciones al trabajo
formal son lentas y difíciles.
Según información de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2013 había en el mundo más de
73 millones de jóvenes desempleados: tres millones más que en 2007, y el
registro de 2012 fue de más de seis millones que abandonaron la búsqueda de un
puesto de trabajo. Se estima que más de 200 millones están trabajando, pero
ganan menos de dos dólares por día, por lo que el empleo informal entre ellos
sigue ganando terreno.
Otra problemática es que los
trabajadores jóvenes, a menudo, reciben salarios por debajo de la media y
ocupan puestos para los que cuentan con más o con menos competencias de las
exigidas para desempeñarlo. En algunas economías en desarrollo, hasta dos
tercios de la población en este rango de edad están subempleados, es decir,
están desempleados, trabajan en empleos ocasionales, quizá en el sector
informal o no son parte de la fuerza laboral ni reciben educación ni
capacitación.
Sin embargo, este problema no
sólo se presenta en las economías en desarrollo, pues también es un tema
sensible, sobre todo, en tres regiones: Unión Europea, Oriente Medio y África
del Norte, donde las tasas de desempleo para este sector han aumentado desde
2008.
Entre 2008 y 2012 el desempleo de
los jóvenes creció hasta 24.9% en los países desarrollados y en la Unión
Europea, y en 2012 alcanzó un nivel sin precedentes en los últimos decenios,
con 18.1%. Según las proyecciones actuales, en esa zona la tasa de desempleo no
bajará de 17% antes de 2016, según las expectativas oficiales.
Más flexibles, más conscientes
Todas estas realidades del
contexto laboral de los últimos años han cambiado el panorama al que se
enfrenta la Generación Y, Net Generation o Millennials. Era claro que se
trataba de una generación que había vivido cierta bonanza económica. Esta
situación los había hecho mucho más exigentes en el mercado laboral, no sólo
buscando oportunidades de desarrollo o un sueldo competitivo (las cuales eran
peticiones comunes de sus predecesores), sino que se caracterizaba por exigir,
además, respeto a su tiempo para poder viajar, conocer el mundo, explotar sus
aficiones, convivir con sus amigos, dedicarse a actividades deportivas,
etcétera.
Un estudio realizado en 2013 por
la empresa de reclutamiento Manpower, a jóvenes de entre 18 y 30 años, muestra
cómo lo que más buscan en una empresa es aprendizaje continuo, seguridad en el
trabajo y un salario justo y competitivo, así como un buen ambiente laboral.
Otro punto sobresaliente en ese
estudio muestra cómo factores referentes al trabajo flexible, trabajo remoto,
home office e incluso tener un trabajo divertido, obtuvieron una puntuación
menor, cuando anteriormente muchos de esos elementos se consideraban factores
críticos para atraer y retener a estas nuevas generaciones.
Otro elemento diferenciador
radica en que al hablar de competencias requeridas para el mercado laboral, los
jóvenes consideran que las más importantes son las relacionadas con valores,
actitudes y cultura organizacional, mientras que las organizaciones consideran
que son aquellas vinculadas a las habilidades específicas del puesto.
¿Cómo retenerlos?
A la luz del contexto actual y
considerando las expectativas que tienen las diferentes generaciones que
enfrentan un entorno de incertidumbre y riesgo para asegurar el empleo, existen
algunos aspectos que deberían tomar en cuenta las empresas para poder atraer y
comprometer al talento joven:
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