Ellas crearon un robot que
convierte nieve en agua potable
Forbes - miércoles, 30 de
abril de 2014
Gabriela y Constanza aún no
cumplen 14 años pero desarrollaron un robot que convierte nieve en agua
potable, el prototipo puede utilizarse en caso de desastres naturales.
Constanza y Gabriela de 12 y 13
años respectivamente, han demostrado que no importa la edad para ir tras la
conquista del mundo a través de la robótica. Prueba de ello es el desarrollo de
un robot que recoge nieve y la convierte en agua potable para consumo humano,
el cual puede ser usado en temporada invernal o en caso de desastres naturales.
“Decidimos inventar un robot que
recogiera la nieve, la calentara, la derritiera y purificara para finalmente
hacerla bebible. Muchas veces cuando hay desastres naturales se impide la
movilidad vial y se da el congelamiento de ductos, razones por las que es
complicado tener agua potable, en este caso, la nieve nos permite convertir una
problemática en algo vital para la vida”, cuenta en entrevista con Forbes
México Gabriela Nava, alumna de la escuela de robótica Robotix.
Imaginar, el primer paso para la
creación
En agosto de 2013 el quipo
Toonbots, integrado por ocho niños y dos niñas, comenzó la construcción del
robot Blizzard Breaker, que permite la purificación de hasta un 60% del agua.
El robot recoge la nieve con una
pala ubicada en la parte delantera, la deposita en una parrilla que se calienta
con dos pilas de 12 volts, una vez en estado líquido la filtra y finalmente la
vierte en una botella ubicada en el extremo trasero.
Durante seis meses el equipo
investigó, planeó y desarrolló bocetos pensados en lugares con gran altitud y
donde se presentan de manera constante tormentas de nieve.
Las pequeñas programadoras
indican que con base en las investigaciones que realizaron, su robot también
representa un beneficio para el bolsillo de quienes hagan uso de él.
En Canadá el costo aproximado de
una barredora es de 1,000 dólares canadienses (11,900 pesos mexicanos al tipo
de cambio actual) en tanto que el prototipo comercial de Blizzard Breaker es de
8,000 pesos, sin embargo ya consideran la posibilidad de crear sus propias
piezas para reducir el costo hasta un 50%.
“Nos gustaría llevar este
prototipo también a un modelo móvil para escaladores y coches. Por ahora está
pensado para dos sectores: Gobierno en las vías públicas federales y para
particulares, es decir que cualquier persona lo puede tener en su cochera y hacer
uso de él cuando se requiera”, detalla Constanza Ballesteros.
‘Las niñas no estamos peleadas
con la tecnología’
Las estudiantes de primaria y
secundaria, aseguran que cualquier niña puede hacer lo mismo que cualquier
niño, todo depende de la persistencia y visión que se tenga. Este pensamiento
ha sido heredado por sus madres y hermanas a quienes refieren como sus mayores
inspiraciones y ejemplos a seguir.
Pablo Hernández, uno de los couch
del equipo considera que el ser las dos únicas niñas en un equipo dominado por
niños, ha representado una ventaja para equilibrar el trabajo, al respecto
explica: “Los equipos más balanceados son aquellos que tienen mujeres. Tenerlas
adentro hace que el equipo tenga mayor orden y que las cosas sean más
funcionales”.
Además considera que durante
estos seis años que ha estado como líder de equipos, las niñas y los niños le
han enseñado sobre la importancia de creer en una idea y concretarla, virtud
que muchas veces cuando se es adulto se olvida.
Gabriela comenta que el juego, la
imaginación y la amistad son las claves que les han permitido trabajar como
equipo y poder desarrollar inventos tecnológicos: “Al principio nada es fácil,
pero si uno empieza a ver las cosas como obligación se aburrirá y creo que ese
es el problema que tienen los adultos, simplemente dejan de disfrutar lo que
hacen y lo empiezan a ver como una responsabilidad”.
El arte de crecer y aprender
Aunque no han logrado resultados
positivos en todas las competencias en las que han participado, eso no las ha
hecho pensar en declinar, al contrario aseguran que han crecido con cada caída
y mantienen altas expectativas a futuro. “Si quieres ganar, tienes que perder
al menos una vez. Cuando caes te pierdes, si pierdes solamente levántate y
sigue caminando”, indica Constanza.
Actualmente siguen trabajando en
proyectos de robótica y desean continuar como equipo, a fin de asistir a más
concursos. Les gusta mirar a futuro, por
un lado Gabriela se imagina en la medicina, mientras que Constanza dentro del
mundo del arte.
Por ahora piensan en desarrollar
sus propias piezas en impresoras 3D, con el propósito de reducir los costos del
robot Blizzard Breaker, crear un software libre y en un futuro cercano,
patentar la idea una vez que ya estén concretadas las mejoras.
Constanza y Gabriela a tienen claro que quieren ayudar a las
personas con la tecnología acompañando esta experiencia con sus amigos. Son
conscientes de los retos a los que se enfrentarán cuando crezcan, pero aseguran
que mientras dure, disfrutarán cada día de su niñez hasta que la edad adulta
las mire de frente.
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