El costo real de luchar contra la
corrupción en China
BBC Mundo - abril de 2014
Mucho se ha escrito sobre la
campaña que ha emprendido el gobierno de China para combatir la corrupción.
Ahora uno de los principales bancos del mundo le ha puesto un precio a la
titánica lucha.
De acuerdo con un informe
publicado por el Banco de América Merrill Lynch este mes, el proyecto
gubernamental contra la corrupción podría costarle a la economía más de
US$100.000 millones este año.
Eso representa una gran actividad
económica, una cifra que no se aleja mucho del tamaño de la economía de
Bangladesh, que sostiene a unas 150 millones de personas (aunque habría que
admitir que no lo hace muy bien).
Muchos de los microefectos de la
lucha anticorrupción del presidente chino Xi Jingping han sido muy bien
documentados: una desaceleración en el sector de los restaurantes, por ejemplo,
y una significativa caída en las ventas de los bienes de lujo.
Durante el último año, en los
elegantes centros comerciales y las boutiques de diseñadores de Shanghái –que
alguna vez fueron el centro de la generosidad oficial y la entrega de regalos–
casi es posible escuchar el sonido de sollozos y el crujir de dientes.
Macroeconomía
Pero el informe del banco
estadounidense sugiere que la campaña está teniendo también un efecto
macroeconómico importante y preocupante.
Desde inicios del año pasado,
asegura la entidad financiera, los depósitos bancarios del gobierno se han
disparado a una tasa interanual de hasta casi 30%.
Incluso los funcionarios honestos
–sugiere el informe– están aterrorizados de comenzar nuevos proyectos por temor
a que sean vistos como corruptos. Ellos están simplemente manteniendo los
fondos públicos en el banco.
El costo total a la economía de
las prohibiciones al consumo gubernamental y el enfriamiento del gasto
administrativo es una reducción estimada en el crecimiento de al menos 0,6%
este año.
Pero de acuerdo con el informe,
podría llegar a ser tan alto como 1,5%, porcentaje que de acuerdo con mis
cálculos muy toscos nos da una cifra de alrededor US$135.000 millones de
pérdida de la actividad económica.
Los autores del informe
admitieron que sus cálculos son una "aproximación de la estimación de la
contracción fiscal", pero incluso si ellos tienen la mitad de la razón es
una cantidad extraordinaria de dinero y resalta algunos de los desafíos que
enfrenta el líder anticorrupción, el presidente Xi.
Desde que asumió el cargo hace
más de un año, el mandatario ha hecho de la causa anticorrupción un objetivo
que lo define. El líder ha advertido que la corrupción y la extravagancia
oficiales amenazan la misma supervivencia del Partido Comunista.
A inicios de abril, una noticia
no confirmado daba una seductora idea de la seriedad del proyecto del
Ejecutivo. Supuestamente, las autoridades chinas se habían apoderado de activos
valorados en más de US$14.000 millones que pertenecían a la familia y al
círculo de amigos de un solo individuo: Zhou Yongkang, un poderoso exmiembro
del Politburó).
Prostitución
En 2012, el entonces secretario
general del Partido Comunista, Hu Jintao, advirtió que la corrupción podría
llevar a la caída del partido.
Desmantelar estructuras de poder
de ese tipo conlleva riesgos muy altos, por supuesto.
Otra noticia publicada a inicios
de mes sugiere que el expresidente Jiang Zemin le había enviado un mensaje a la
actual dirigencia: no permitir que la campaña contra la corrupción se les
escape de las manos.
Evan Osnos, en la revista
estadounidense The New Yorker, cita al exmiembro del partido Chen Yun diciendo:
"Combate la corrupción muy poco y destruye el país; combátela demasiado y
destruye el partido".
El informe del banco
estadounidense da una idea clara de cómo la corrupción se ha entrelazado con el
crecimiento económico chino.
No es frecuente que se encuentren
banqueros discutiendo la importancia macroeconómica de la prostitución, pero
ellos lo hacen para dejar constancia de una realidad.
Este año, de acuerdo al informe,
la campaña anticorrupción ha acelerado su ritmo y ha tenido como blanco el
comercio sexual en docenas de ciudades.
Eso ha tenido un impacto adverso
en algunos negocios de la industria de los servicios, señala.
Quizás hoy en día, Chen Yun
añadiría una tercera observación a su reflexión sobre la dificultad de
balancear la lucha contra la corrupción: no importa el Partido, combatir la
corrupción con demasiada fuerza también podría conducir a la destrucción de la
economía china.
No hay comentarios:
Publicar un comentario