Tips de emprendimiento de un
veterano de la tecnología
Forbes - martes, 29 de
abril de 2014
Matthew Bellows ha experimentado
los altibajos del mundo del emprendimiento tecnológico, fundó dos compañías y
ayudó a crecer a un par más, pero descubrió que ser emprendedor es ser aprendiz
eterno.
Hay una gran cantidad de
aprendices en el mundo del emprendimiento tecnológico. Matthew Bellows
probablemente califica como uno de ellos. En sus 18 años de carrera ha fundado
dos empresas y ayudado a levantar otras más, se ha quedado a la ha vuelto exitosa con sólo unos cuantos
millones de dólares, subió a bordo de una startup cada vez mayor pero se fue antes de que fuera comprada,
desafió al poder en la oficina (y fue despedido en el proceso), levantó millones
de dólares en capital de crecimiento y, más recientemente, lanzó una
herramienta de ventas y marketing de comunicación llamada Yesware, todo al
mismo tiempo que encontraba la forma de dedicar un sinnúmero de horas a la
meditación.
“El negocio es muy creativo y
literalmente creas algo de la nada. Me encanta ese sentimiento”, dice el
emprendedor de 46 años de edad. “Esa es la sensación que, creo, me impulsa
ahora.” Bellows, hijo de un médico y una psicóloga, no tuvo mucho contacto con
los pequeños detalles de los negocios cuando era joven, pero encontró el camino
en la tecnología después de mucho pensarlo.
Pasó dos años en la Brown
University antes de terminar sus estudios universitarios en la Naropa
University, en Colorado, una escuela de artes liberales fundada por un maestro
de meditación e inspirada en las enseñanzas budistas. “Fue fundada con la idea
de ofrecer una educación contemplativa”, dice Bellows. Pasó dos años de
postgrado esquiando, meditando y en la búsqueda de sí mismo; trabajando en
restaurantes para ganar dinero. “No hay nada como un año de meditación para
conocerte a ti mismo. Recuerdo haber sentido que todo eso era genial, pero que
no quería convertirme en un monje. Probablemente ni siquiera seré un académico.
Quiero volver a entrar en el mundo.”
Volver al mundo significaba
regresar a Boston y conseguir un trabajo, preferiblemente algo relacionado con
el software, un reino en el que no tenía absolutamente ninguna habilidad
vendible. “Eso fue en 1995. Las computadoras han sido y siempre serán algo
súper importante en Boston, por lo que hay muchas empresas de tecnología. Yo
vivía en Somerville y básicamente rondé todas los que estaban a un paseo en
bicicleta de mi casa y empecé llamándoles por teléfono.” Un truco que aprendió
rápidamente fue pedir siempre a la recepcionista que los comunicaran con el
departamento de relaciones con inversionistas. “Siempre devuelven la llamada.”
Para el 2001, Bellows tenía
experiencia tecnología, había estudiado tibetano y sánscrito en la Universidad
de Harvard y obtenido un MBA en el Babson College. Se encontraba trabajando en
el desarrollo de negocios en Engage Inc. en un momento en el que empresas de
alta tecnología de todo el mundo empezaron a tener problemas. Él dice que fue
entonces cuando empezó a darse cuenta de que fundar su propia empresa que no
estaba completamente fuera de su alcance. Engage estaba en el proceso de
recorte de empleados y Bellows también fue despedido. Aprovechó el tiempo libre
para iniciar la plataforma de reseñas de juegos WGR Media junto a Cashman Adrus
ese mismo año. Decidieron evitar a los inversionistas, generando ingresos de
los anunciantes y proporcionando contenido a otros medios de comunicación.
Menos de tres años después, el
socio de contenido multimedia Ziff Davis estaba en pláticas para adquirir WGR
Media. “Estábamos involucrados en una serie de juntas dolorosamente largas”,
recuerda Bellows. “Estaban hablando de ganancias a cinco años, de muchos
términos simplemente terribles y en absoluto interesantes.” Un asesor le
sugirió checar el interés del hub de medios de tecnología CNET, que derivó en
una reunión con el cofundador de Gamespot, Vince Broady. En una escena salida
de los sueños de todo joven emprendedor tecnológico, Andrus y Bellows volaron a
San Francisco, donde Broady ceremoniosamente les pasó un pedazo de papel sobre
la mesa de reuniones. Era una oferta de más de 3 millones de dólares en
efectivo, mucho más allá de sus expectativas. “Básicamente, pasamos la
siguiente hora y media saltando y gritando.”
Bellows se quedó en CNET durante
un año, antes de unirse a Floodgate Entertainment, una compañía de videojuegos
fundada por el veterano de la industria Paul Neurath, responsable de títulos
como Neverwinter Nights y Dark Messiah. No hubo química desde el principio.
Unirse a una empresa existente después de dirigir la suya hizo la experiencia
aún más incómoda y él sintió que no era tomado en serio por el fundador de
Floodgate. Dicho esto, se quedó con la empresa hasta el 2008, ayudando a
levantar capital y trabajando para elevar los ingresos de la compañía. “Nunca
logramos que pasara de ser una empresa de estilo de vida a una empresa de
verdad redituable”, dice Bellows.
Tres años pudieron haber sido
suficientes para Bellows, si se hubiera quedado habría experimentado otra
recompensa de oro: Floodgate fue adquirido por Zynga en la primavera de 2011.
En 2008 se convirtió en
Vicepresidente de ventas en Vivox, una firma de tecnología de voz integrada con
respaldo de capital de riesgo y se quedó durante más de dos años. “El CEO (Rob
Seaver) y yo no teníamos una gran relación de trabajo… en realidad nunca cuajó
profesionalmente”, recuerda. En un punto, Bellows incluso sugirió a la mesa de
la compañía —y a Seaver— que él mismo podría ser un buen CEO. La jugada no
simpatizó a su jefe, quien terminó por despidirlo. “(Seaver) tenía un apego
increíble por la compañía”, dijo Bellows. “No iba a soltarla, es un luchador.”
Cansado de trabajar con equipos
en los que no encajaba, comenzó Yesware en 2010 con su amigo y cofundador de
WGR, Cashman Andrus, y Rajat Bhargava, cofundador de Quova. “Es un mercado
gigantesco que no recibe el servicio que necesita”, afirma Bellows. Hasta
ahora, el servicio cuenta con más de 450,000 usuarios registrados, está
profundamente integrado con Gmail y Salesforce.com. La integración con Outlook
está en camino, al igual que una solución móvil. “Queremos ofrecer esto a todos
los vendedores del mundo, no sólo a aquellos usuarios de Google.”
Lidiar con obstáculos, la
búsqueda de dinero y la vida de una startup.
En el camino, Bellows enfrentó algo
con lo que la mayoría de los emprendedores se topan toda su carrera:
detractores y críticos. Saber cuándo debes escuchar esas advertencias y cuándo
pasar de largo es clave, dice. “La persona que dice ‘ésa es una idea estúpida’
podría estar en lo cierto.” Si crees que lo está, ponte metas, si no las
cumples, reconsidera lo que estás haciendo, porque todo el negocio —o ciertas
estrategias— podría ser una locura. “Comenzar una startup es un carrera con
obstáculos hacia la realización de tu sueño.”
Los sueños son fantásticos, pero
los emprendimientos existen en la realidad y en esta realidad las cosas cuestan
dinero. Aunque Bellows no recurrió a inversionistas en su primera compañía,
ayudó a Floodgate a levantar cerca de 2 millones, otros 9 millones para Vivox,
y su última empresa, Yesware, cuenta con unos 20 mdd en capital de
inversionistas como Google Ventures, Foundry Group e IDG.
Bellows pensó que conseguir 1
millón en fondos semilla para Yesware sería fácil —un mercado enorme y poco
atendido, personal con experiencia en el desarrollo de negocios tecnológicos,
liderazgo probado, modelo exitoso, etc.—, pero estaba equivocado. “Tuve que
hablar con 45 empresas diferentes, fondos pequeños, fondos grandes, ángeles,
grupos de ángeles, todas las combinaciones posibles que puedas imaginar de
fuentes de financiamiento para emprendimientos.”
Bellows aconseja a nuevos
emprendedores recordar asegurarse de contar con al menos un socio
inversionista, lo cual debe ser algo más que una transacción comercial. “No sólo
estás tratando de encontrar dinero en efectivo, estás tratando de encontrar un
socio que ayudará a hacer crecer el negocio. Alguien que respetes y te respete,
que sea curioso, alguien que se adapte a tu personalidad particular de una
manera complementaria y aditiva.”
La buena noticia, dice Bellows,
es que no sólo es más fácil conseguir socios e inversionistas estos días, sino
que ahora son más flexibles de lo que solían ser. En la escena tecnológica de
Boston de mediados de la década de 1990 en la que se curtió, los capitalistas
de riesgo eran conocidos por ser groseros y arrogantes. “Eso ha cambiado
radicalmente, porque las empresas no necesitan tanto capital como solían
necesitar.”, explica Bellows. “Puedo ir a cualquier lugar en el mundo para conseguir
mi siguiente ronda de financiamiento.”
La construcción de pequeñas
empresas aporta un elemento al estilo de vida al que Bellows admite ser adicto.
La vida de las startups es intensa, dice, y la dura rutina hace que los
trabajadores se sientan valiosos y apreciados. “Ya que las cosas están siempre
en el filo de la navaja y la beta entre las altas y las bajas es tan dramática,
creo que es más fácil que la gente se sienta valiosa en esos emprendimientos.”
Esa dinámica, Bellows insiste, también puede integrarse en las grandes
empresas, y hacerlo en Yesware a medida que la organización crezca es una de
sus tareas futuras.
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