En el trabajo, cantidad no es
igual a calidad
Forbes - viernes, 25 de
abril de 2014
No hay que dedicarle más tiempo
al trabajo, sino a ser más eficaces en la jornada laboral, pues son las
jornadas reducidas las que tienen mayor impacto en la productividad.
Una empresa cuenta con diferentes
recursos, siendo el tiempo, el dinero y las personas los esenciales.
A pesar de que el tiempo es un
recurso intangible, se trata de la herramienta primordial con la que se mide si
somos eficientes o no. Hago referencia a la conocida idea: “Siempre es hacer la
mayor cantidad de cosas en el menor tiempo posible”. Lo cual hace parecer que
todo es una carrera contra el tiempo.
El dinero, al igual que el
tiempo, uno desea que nunca se termine: tener una fuente infinita de recursos.
Sin embargo, no puede ser así.
En cambio, las personas son el
recurso laboral del que aparentemente uno puede disponer más fácilmente. De ahí
la frase: “Nadie es indispensable”. Y sin embargo, es en mi opinión el recurso
más complejo de manejar.
Podemos darnos cuenta de que la
importancia del manejo de los recursos parte desde mucho tiempo atrás:
retrocedamos a la Revolución Industrial donde nace la Administración como una
herramienta para precisamente manejar de manera eficiente y eficaz los recursos
de una empresa. Incluso, al paso del tiempo, nacieron varias escuelas: la
científica, la humanista, la burocrática. Todas girando en torno a la persona
en su contexto.
Como empresario, uno quiere
colaboradores productivos. Muchos de los debates en torno a la productividad
son acerca de la jornada ideal de trabajo.
Es de conocimiento general que la
calidad de vida de los empleados genera más productividad a nivel mundial, y
entre los principales factores para lograrlo está el trabajar sólo las ocho
horas de la jornada laboral o incluso reducir el tiempo de trabajo, mejorar las
instalaciones de la compañía y establecer tiempos de descanso para permitir la
recuperación física y mental.
Después de un detenido análisis
de las diferentes jornadas laborales en sus respectivos países, he llegado a la
conclusión de que no hay que dedicarle más tiempo al trabajo, sino a ser más
eficaces en la jornada laboral pues son las jornadas reducidas las que tienen
mayor impacto en la productividad. Esto aplica tanto en empresas como el sector
gobierno. Es importante tener sólo el personal necesario para desarrollar las
actividades productivas y administrativas e implementar horarios de verano con
reducción de horario.
Como ejemplo claro tenemos al
mundialmente reconocido Google, que ha sido nominado por cuarta vez, según la
revista Fortune, como la mejor empresa para trabajar, pue éste, dentro de
múltiples beneficios a sus empleados, ofrece jornadas de trabajo flexibles en
las que los trabajadores tienen descansos amplios e incluso pueden trabajar
desde su casa. Son pagados por su talento más que por su esfuerzo.
En México, los empresarios ocupan
el séptimo sitio a nivel mundial en presentar el más alto estrés en los últimos
meses, de acuerdo a la Encuesta Internacional de Grant Thornton (IBR), y
también es uno de los países que menores días de asueto presentes en el año,
sólo nueve, mientras la media internacional es de 14 días.
Paradójicamente, los países que
mayor productividad presentan cuentan con más número de días de asueto, como
los países nórdicos, que tienen 23 días de descanso.
Considero importante impulsar la
flexibilidad de horarios y crear un sistema de remuneraciones al personal en
función de cumplimiento de objetivos, es decir, en forma variable y en forma
fija de acuerdo al impulso o apoyo que presten a su empresa, al utilizar su
talento y creatividad en la innovación y desarrollo de nuevos productos y
servicios.
Es necesario mantener al personal
de la empresa motivado, y no es sólo cuestión de remuneración basado en el
salario, sino la implementación de diferentes estrategias motivacionales para dar
así un enfoque importante al factor humano.
Una forma de lograr esta
motivación es a través de la personalización, canalizar las habilidades de cada
empleado para cumplir los objetivos determinados. Por tanto, es más honesto
preguntarle a una persona cuánto puede conseguir y encaminarlo a desarrollar su
talento, y considerar su remuneración en base al desarrollo de éste y el
beneficio que presenta tanto económico como en otros rubros de la empresa.
Es en esa individualización donde
radica la clave de la gestión moderna de las empresas: es la diferencia. Como
lo demostró Google, cuando se pide el máximo uso de las habilidades a cambio de
condiciones de trabajo y de vida óptimos, creas un trabajador leal a la
empresa, productivo y comprometido.
En el camino para la implantación
de nuevas metodologías de trabajo en México, se deben aprovechar las
posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías de la información, como
Internet, telefonía, que permiten trabajar desde diferentes puntos. Y lo más
importante: necesitamos poner una mayor ponderación en la productividad y la
calidad en los productos y servicios.
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