El fútbol brasileño: una cuna de
talentos hundida en un mar de problemas
AFP - viernes, 18 de abril
de 2014
"Con los jugadores que se producen aquí,
Brasil debería tener el mejor campeonato del mundo", dijo recientemente
Clarence Seedorf, en el carioca Botafogo hasta 2013: el holandés resumía así la
paradoja de un fútbol brasileño que es cuna de talentos pero está plagado de
obstáculos.
Pese al prestigio de la Seleçao y
el dominio continental (de las 10 últimas Libertadores seis victorias fueron
brasileñas), el país del "futebol", pentacampeón del mundo, padece de
varios males a pocos días de la apertura del campeonato nacional, el
"Brasileirao", este viernes 19. Y a menos de dos meses del Mundial en
casa...
- Racismo, violencia -
Casos de racismo en estadios
estallan casi todos las semanas en este país, donde la mayoría de la población
es mulata. La presidenta Dilma Rousseff recibió a mediados de marzo a dos
víctimas de racismo y luego hubo sanciones, muy dispares.
El club Esportivo de Veranopolis
fue sancionado con la pérdida de nueve puntos, lo cual le hizo caer a la
segunda división del campeonato "gaúcho" (del estado de Rio Grande do
Sul, sur de Brasil), luego de que un árbitro hallara bananas sobre su coche,
que también fue vandalizado.
El club de Mogi Mirim, dirigido
por el Balón de Oro 1999 Rivaldo, recibió por su lado una multa de unos 11.200
dólares tras insultos racistas de hinchas contra un jugador del Santos.
El ministro de Deporte, Aldo
Rebelo, propuso "prohibir la entrada a los estadios" de los autores
de actos racistas.
También hay casos de violencia
física, como la pelea en el estadio de Joinville (Santa Catarina, sur) a fines
de 2013, justo después del sorteo del Mundial-2014, o la invasión del campo de
entrenamiento del Corinthians el 1 de febrero por parte de un centenar de
hinchas violentos del propio club.
- Finanzas -
La deuda de los clubes ha
explotado. Un proyecto de ley, Proforte, busca la renegociación de sus deudas
(y también las deudas de las federaciones de cada estado) con el gobierno
federal. Proforte indica que los 25 mayores clubes acumulan una deuda de 2.000
millones de dólares, contra ingresos de 1.240 millones de dólares.
Brasil, octavo del mundo en
términos de ingresos de clubes, solo posee el onceavo valor de mercado en
efectivos de jugadores, sobre todo a raíz de las copropiedades opacas sobre los
jugadores.
El Bom Senso FC (BFC, FC Sentido
Común), un colectivo de jugadores que reclama reformas, propuso un sistema de
fair-play financiero, inspirado en el modelo europeo. La Confederación
Brasileña de Fútbol (CBF) rechina, pero hay diputados que les apoyan.
- Calendario -
Entre los campeonatos de cada
estado (de mediados de enero a mediados de abril), el campeonato nacional (de
mediados de abril a comienzos de diciembre), la Copa de Brasil y las copas
continentales, el calendario es demencial para un puñado de clubes, los
mayores. Aunque algunos partidos se disputan durante las fechas Fifa, privando
a esos clubes de sus internacionales.
Pero de 684 clubes profesionales,
583 no poseen calendario anual y solo disputan 19 encuentros; 82% de los
jugadores se hallan entonces desempleados al menos durante seis meses. El FC
Bom Senso lo recordó durante las finales de los campeonatos estatales el
domingo, al desplegar una banderola que leía: "Final de campeonato: 1
campeón, 500 clubes sin actividad y 12.000 desempleados".
"La lucha principal es por
los pequeños equipos, porque lo que pasa es que sus jugadores, que ganan menos,
no son pagados, y todo trabajo merece un salario", confió a la AFP el
centrocampista Elano, internacional de Flamengo.
En octubre pasado, la CBF aprobó
una reforma para 2015, con la introducción de una pre-temporada de un mes, la
garantía de 30 días de vacaciones para los jugadores y un límite a la cantidad
de partidos por mes y por año.
- Afluencia -
Es cierto, la pasión sigue
presente. Pero Brasil, con sus 200 millones de habitantes, solo ocupa el 18º
lugar mundial en términos de promedio de espectadores, detrás de países como
Estados Unidos o Australia.
Los partidos del campeonato
brasileño acogen a cerca de 13.000 personas en promedio, una cifra que cae a
2.500 para los campeonatos estatales.
Una muestra de ejemplo: el
clásico Fla-Flu del 8 de febrero solo atrajo a 18.000 espectadores y el estadio
Maracaná, que puede albergar a hasta 74.000, parecía vacío. La entrada más
barata costaba 100 reales...
- Éxodo -
En parte a raíz de todo esto,
Brasil no consigue retener a sus jóvenes talentos, por ejemplo a Neymar, que
partió al FC Barcelona desde el Santos, donde Pelé tuvo todos sus años de
gloria. Según las últimas cifras del Centro Internacional de Estudios del
Deporte (CIES), basado en Suiza, Brasil era por lejos en 2012 el primer
proveedor mundial de jóvenes jugadores para Europa, con 515 futbolistas, lejos
por delante de Francia (269), Serbia (205) o Argentina (188).
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