Cleopatra, entre el mito y la
realidad en la Pinacoteca de París
EFE - sábado, 19 de abril
de 2014
La constante pugna entre mito y
realidad que ha envuelto durante siglos a la figura de Cleopatra llega a la
Pinacoteca de París a través de una exposición que desvela cómo la leyenda, a
partir de la pintura, la literatura o el cine, se ha apoderado del personaje
histórico.
Con una colección integrada por
351 piezas que incluye lienzos, restos arqueológicos, esculturas, vestidos o
joyas, "El mito de Cleopatra" aborda las diferencias entre realidad y
ficción para intentar reconstruir, una vez más, la biografía de "la reina
del Nilo".
"¿Qué sabemos exactamente de
ella, además de que fue una mujer totalmente fuera de lo común?", se
pregunta el director de la Pinacoteca, Marc Restellini, quien matiza las
"verdades aceptadas" que existen en torno a la monarca.
"Todo el mundo sabe que
Cleopatra fue una mujer muy hermosa a pesar de que nadie sabe con exactitud
cómo eran sus rasgos (...) Ha sido representada con facciones africanas,
egipcias o nubias, pero nunca griegas, que es lo que ella era", agrega.
En el plano arqueológico, insiste
Restellini, muchas de las piezas que podrían haber servido para arrojar algo de
luz sobre Cleopatra han sido destruidas; y en el plano histórico los
testimonios escritos resultan siempre muy contradictorios.
"De Cleopatra ha quedado su
belleza y las relaciones que mantuvo con algunos de los hombres más influyentes
de la época, como Julio César o Marco Antonio", resume el director del
museo, al tiempo que recuerda que el mito de la reina ha sido revisado en todas
las épocas, siempre desde una óptica diferente.
Los poetas coetáneos la tacharon
de "puta", "reina demente" o "reina meretriz",
una versión que renació con fuerza durante los siglos XIV y XV, de la mano de
autores como Giovanni Boccaccio o Dante Alighieri, que la describieron como
"la prostituta de los reyes de Oriente", "criatura
lujuriosa" o "devoradora de hombres".
A partir del siglo XVII, con el
redescubrimiento de la obra del biógrafo griego Mestrio Plutarco, el recuerdo
nocivo que se tenía de Cleopatra deja paso a la imagen de una mujer "más
frágil", sacudida por un "destino trágico".
Hasta que en 1606 William
Shakespeare apuntaló la revisión del personaje en la obra "Antonio y
Cleopatra", basada en la obra de Plutarco "Vida de Marco
Antonio", señala el director del museo.
Ya a finales del siglo XVIII, al
calor de los descubrimientos del egiptólogo francés Jean-François Champollion,
escritores y artistas fascinados por el mundo egipcio y por la historia de
Cleopatra le conceden a la reina "una belleza inigualable y una seducción
legendaria".
Una imagen mucho más amable y
seductora que fue la que llegó al cine, la ópera y el teatro, subraya
Restellini.
La muestra, que podrá disfrutarse
hasta el 7 de septiembre, es un compendio de todas las interpretaciones,
concretadas en manifestaciones artísticas, que a lo largo de los siglos se han
hecho sobre la reina del Nilo.
La integran desde piezas
arqueológicas de la cultura egipcia que datan de 3.000 años antes de Cristo o
lienzos creados entre los siglos XV y XIX, hasta los vestidos que lucieron
Elizabeth Taylor y Richard Burton en la "Cleopatra" de Joseph L.
Mankiewicz (1963).
Diferente en cada una de sus
encarnaciones, alejada siempre de la realidad histórica, si algo se ha cumplido
en las múltiples versiones que el arte ha dado de Cleopatra es la continua
exageración de sus rasgos y su personalidad, subraya Restellini.
Una tendencia a la hipérbole que
cristaliza en la frase del físico francés Blaise Pascal: "Si la nariz de
Cleopatra hubiese sido más pequeña toda la faz de la tierra habría
cambiado".
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