La tumba de Tutankamón ya convive
con su doble
EFE - sábado, 26 de abril
de 2014
Sin los tesoros que la hicieron
célebre pero con la magia que todavía la rodea, la tumba del faraón Tutankamón
tiene ya a su lado un doble que, nacido de una avanzada técnica, podría
liberarla de turistas para que descanse en paz.
Justo antes de penetrar en el
Valle de los Reyes, la inmensa necrópolis de la antigua Tebas, se halla la
casa-museo de Howard Carter, el arqueólogo británico que en 1922 descubrió
intacta dicha cámara funeraria.
En el terreno contiguo ha surgido
un montículo artificial con una entrada a una reconstrucción de la experiencia
de Carter.
Es la réplica de la tumba de
Tutankamón, obra del estudio Factum Arte -con sede en Madrid- que fue
obsequiada por la Unión Europea a Egipto en 2012 y que será inaugurada el
próximo 30 de abril y abierta al público al día siguiente.
Tras pasar largo tiempo
almacenada y ante la duda de cuál iba a ser su destino, las autoridades
egipcias finalmente aceptaron que la copia se instalara en las proximidades de
la ciudad de Luxor, en el sur del país, como se concibió en un inicio.
Esa nueva "hermana
gemela" que le ha salido a la histórica tumba -a la que se accede
atravesando un pasillo y una antecámara- pretende devolver "el espíritu de
la arqueología", comenta a Efe el artista británico Adam Lowe, al mando
del proyecto.
Unas luces tenues se encargan de
ambientar el lugar, que también comparte con el original factores externos como
la humedad o las altas temperaturas.
"Quitar el polvo de las
paredes fue increíblemente difícil, entre otras cosas porque la pintura es muy
frágil", sostiene Lowe, mientras enumera las dificultades que tuvieron
para captar al detalle los elementos de la tumba real antes de reproducirla.
Hace ya cinco años que grabaron
en 3D la cámara funeraria, con un único sarcófago en su interior. De esa
fotografía se han servido para reflejar de la forma más fiel posible esa
herencia cultural en paredes de poliéster con fibra de vidrio a las que han
revestido con una especie de "piel" elástica y rugosa.
"Es impresionante la
investigación que conlleva" el proceso, con retos como elaborar los
materiales o desarrollar la tecnología, afirma a Efe el español Javier Barreno,
encargado del montaje.
No se salvan de la imitación ni
los parches, microbacterias y defectos acumulados desde la creación de la
última morada del llamado "faraón niño", de la dinastía XVIII.
Tutankamón murió joven, tras un
breve reinado entre 1332 y 1323 a.C. aproximadamente, pero fue el
descubrimiento de sus tesoros lo que hizo que se desatara una fiebre por la
egiptología.
Por muy valiosa información que
el hallazgo aportara a los investigadores, siempre quedarán otros misterios por
resolver, como qué pasó con el denominado "fragmento perdido".
Lowe explica que, durante años,
una parte de la pared que fue retirada para sacar los objetos permaneció en la
tumba, entre los escombros.
De repente ese trozo desapareció
y puede que se encuentre guardado en los sótanos del Museo Egipcio de El Cairo,
apunta el británico, que detalla que han reconstruido esa pared
"extraviada" a partir de una pequeña fotografía en blanco y negro que
Harry Burton tomó cuando la quitaron de su lugar.
En ese juego de ideas que surgen
de la relación entre lo original y la copia, Lowe se reafirma en la necesidad
de "revelar la biografía de esa tumba y hacer que la gente piense que la
originalidad es activa" y va cambiando en el tiempo.
La puerta que se pierde y
reaparece para la réplica es un ejemplo de esa actividad, como también lo son
las propias sepulturas faraónicas.
"Las tumbas no fueron
concebidas para ser visitadas, su originalidad residía en estar en un lugar
cerrado; por eso, cuando se abren al público se está cambiando" su
naturaleza, indica el artista.
Desde esa óptica, dice, el nuevo
proyecto -que ha contado con el apoyo, entre otros, de la Fundación Factum y la
asociación suiza Amigos de las Tumbas Reales de Egipto- se nutre de la
"tumba más famosa del mundo y el descubrimiento arqueológico mejor
documentado" con el fin de "concienciar sobre los problemas de
conservación".
El facsímil podrá soportar más de
medio millón de visitas al año, según sus autores. Si las autoridades egipcias
lo creen conveniente, puede ser una opción para reducir y, llegado el caso,
incluso parar la afluencia de turistas a la tumba original, que con más de
3.300 años de antigüedad sufre el desgaste del paso del tiempo y de la
curiosidad humana.
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