¿Cuán peligroso es experimentar
con ayahuasca o yagé?
LaNacion - abril de 2014
Henry Miller, un joven de 19 años
de la ciudad de Bristol, Reino Unido, fue hallado muerto este fin de semana en
Colombia. Su cuerpo yacía al lado de una carretera en la remota localidad
amazónica de Mocoa, cerca de la frontera con Ecuador.
Miller falleció tras consumir una
infusión de ayahuasca -también conocida como yagé- durante un ritual chamánico
en la selva.
Aunque las autoridades
colombianas aún no determinaron definitivamente las causas de su muerte, se
cree que el joven desarrolló una reacción negativa al brebaje.
Su historia es sin duda trágica,
pero ¿es realmente peligroso ingerir esta infusión utilizada durante siglos por
comunidades indígenas en América del sur con fines curativos y espirituales? ¿Y
cuáles son sus efectos?
"Esta infusión está hecha
con dos plantas medicinales que contienen la sustancia química psicodélica DMT
(dimetiltriptamina)", le explicó a la BBC Vaughan Bell, psicólogo del
Instituto de Psiquiatría del King's College de Londres.
"Yo la he tomado y, en esencia,
no es muy diferente, según dicen, de los hongos mágicos o del LSD (ácido
lisérgico). Aumenta la intensidad de los colores y hace que todo se vea extraño
e inusual", dice.
"Es una experiencia que
invita a la reflexión pero también te hace vomitar descontroladamente por
cuatro o cinco horas, así que no creo que sea la droga recreativa que la
mayoría de la gente quiera tomar", añade.
"Sin quitarle la gravedad a
lo ocurrido con el joven británico, hay que decir que los estudios muestran que
esta droga parece ser razonablemente segura. Los peligros son las reacciones
idiosincráticas -que están asociados a cualquier droga o medicación- o los
accidentes que pueden ocurrir por estar intoxicado", explica Bell.
Una reacción idiosincrática es
una reacción adversa determinada genéticamente que algunas personas pueden
presentar ante un fármaco o una droga o fármaco.
En opinión de Benedict Allen,
autor y explorador británico, hay otros dos problemas asociados al consumo del
yagé: "Los chamanes y el hecho del que este procedimiento no está regulado
de ninguna forma".
"Lo que ocurre generalmente
es que llega un mochilero y ve un cartel que invita a tomar ayahuasca, a ver
las cataratas, a pasar una jornada entretenida visitando una comunidad
indígena, y decide ir con su mochila, solo, y así es que toma el brebaje, cuya
preparación tampoco está regulada", señala Allen.
"Y el chamán, ¿quién es? ¿Es
un verdadero chamán o es alguien que quiso ganarse US$20 y decidió que una
manera fácil era usando a un joven e inocente mochilero?", agrega.
"O quizá no es el chamán el
que está haciendo dinero sino el intermediario, que habla español y tal vez un
poco de inglés, y es el que lleva al joven al medio de la selva".
El problema, según Allen, es que
muchos han visto esta ceremonia en algún programa de televisión y se hacen una
idea romántica de la situación, que esperan les aporte claridad y
entretenimiento.
"Lo complicado es que estas
sustancias se toman -originalmente- en el contexto de un ritual y los
occidentales se aproximan sin ese conocimiento", sostiene Allen.
Para el psicólogo Bell, es
importante no exagerar la dimensión del problema, decir que hay una industria
alrededor de esta clase de experiencia para los turistas occidentales "es
un poco una exageración".
Los estudios muestran que esta
droga parece ser razonablemente segura. Los peligros son las reacciones
idiosincráticas -que están asociados a cualquier droga o medicación- o los
accidentes que pueden ocurrir por estar intoxicados
"No es una gran atracción turística.
Ciertamente, atrae a los más aventureros y a la gente que está buscando (esta
experiencia)", añade.
Y a la hora de emitir un juicio
sobre si es mejor evitar esta clase de aventura, Bell es categórico.
"No. Le diría a la gente que
se informe sobre los riesgos, que tome conciencia de ellos y que tome sus
propias decisiones".
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