Estados Unidos, ¿democracia u oligarquía?
BBC Mundo - martes, 22 de
abril de 2014
Dos académicos de prestigiosas
universidades estadounidenses han publicado una investigación en la que
aseguran tener evidencia para afirmar que la democracia en su país va por mal
camino, porque está cada vez más influida por una minoría pudiente.
Martin Gilens, de la Universidad
de Princeton, y Benjamin I. Page, de la Universidad Northwestern, alegan que
las élites económicas son las que con más frecuencia ven reflejada su voluntad
en las políticas de la nación que tantas veces ha sido vista como referente
mundial de la democracia.
"La fuerte tendencia hacia
la desregulación del gobierno de EE.UU. desde 1970, adoptada en grados
variables por los dos partidos políticos, es mucho más consistente con las
preferencias e intereses de las élites y grupos económicos que con los
ciudadanos comunes y corrientes", asegura Gilens en declaraciones a BBC
Mundo.
"Un ejemplo son las
respuestas de las administraciones de los presidentes George W. Bush y Barack
Obama frente a la Gran Recesión: las instituciones financieras pudieron en gran
medida evadir responsabilidades, la regulación financiera fue débil mientras
que la clase media y los pobres no han podido recuperar el terreno perdido a
pesar de que a las corporaciones lo han recuperado notoriamente", añade el
investigador.
"Si una oligarquía significa
que unos pocos individuos muy ricos tienen la última palabra, entonces yo diría
que EE.UU. no lo es... Pero debido a la falta de influencia de los ciudadanos
promedio sobre las políticas de gobierno, los individuos más ricos y las
organizaciones, EE.UU. es una democracia que no funciona bien", agrega.
Poca influencia independiente
De acuerdo con el estudio, una
política propuesta con poco apoyo entre la élite estadounidense -de uno a cinco
a favor- es adoptada sólo cerca del 18% de las veces, pero una con alto apoyo
de las élites (cuatro a cinco a favor) son adoptadas un 45% de las veces.
"El análisis de múltiples
variables indica que las élites económicas y los grupos organizados que
representan intereses comerciales tienen impactos sustanciales independientes
en la política de gobierno de EE.UU., mientras que los ciudadanos comunes y
grupos de interés de masas tienen poca o ninguna influencia
independiente", explica el informe.
Los dos profesores llegaron a
esta conclusión después de analizar las respuestas de 1.779 preguntas
formuladas en encuestas realizadas entre 1981 y 2002 sobre la generación de
políticas públicas.
Las respuestas fueron segmentadas
por niveles de ingresos y por la frecuencia con las que determinados grupos de
ingresos y de intereses organizados vieron convertirse en ley sus propuestas.
El estudio de los académicos
asegura que "cuando una mayoría de los ciudadanos no está de acuerdo con
las élites y/o los grupos de intereses organizados, generalmente pierde. Esto
debido al fuerte sesgo del status quo integrado al sistema político de EE.UU.,
aun cuando una extensa mayoría de los estadounidenses esté a favor del cambio
político".
Gilens y Page concluyen que,
aunque los estadounidense disfrutan de muchas características centrales de la
democracia, como elecciones regulares y libertad de expresión y asociación, en
realidad la formulación de políticas está dominada por organizaciones
empresariales de alto alcance y por un pequeño número de estadounidenses ricos.
Debate
Sin embargo, no todos comparten
el tono alarmista que ha suscitado este estudio.
En una columna en el diario The
New York Times, Scott Winship, del Instituto Brookings -un centro de estudios
con sede en la capital estadounidense-, advierte que la investigación incluye
un dato importante que no debe ser pasado por alto, más allá de cómo se toman
las decisiones: que las preferencias sobre políticas son ampliamente
compartidas entre los estadounidenses de altos ingresos y la clase media.
Es decir -destaca Winship- que
sólo hay pocos desacuerdos entre ambos estamentos sociales.
Y añade que una de las posibles
razones detrás de la impresión de que EE.UU. es dominado por una oligarquía es
que los ciudadanos de los sectores pudientes registran una mayor participación
electoral que la clase media.
Otros comentaristas han
respaldado los argumentos de los académicos, asegurando que sí reflejan la
dirección que está tomando la sociedad del país.
Robyn Pennacchia, de la
publicación Death and Taxes, escribe que tal vez los estadounidenses deberían
aceptar lo que ella llama su destino.
"Tal vez sea hora de admitir
que tenemos una sociedad clasista y hacer como Reino Unido, donde existe una
Cámara de los Lores y una Cámara de los Comunes, en vez de pretender que
tenemos alguna suerte de igualdad de oportunidades aquí", asegura.
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